Fuente: Everystockphoto.
Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Carolina del Norte en Charlotte (UNCC), Estados Unidos, ha revelado que tan sólo un rato corto de meditación durante pocos días los seres humanos podemos aumentar nuestras capacidades cognitivas.
En investigaciones previas realizadas con tecnología de registro de imágenes de la actividad neuronal se había demostrado ya que la meditación puede producir cambios significativos en áreas del cerebro relacionadas con la concentración
Sin embargo, hasta el momento se creía que, para conseguir estos cambios, se necesitaba un entrenamiento severo en las técnicas meditativas.
Rápido y sencillo
Según publica la UNCC en un comunicado, la presente investigación, realizada por el psicólogo de dicha universidad, Fadel Zeidan, y sus colaboradores, sugiere que la mente puede ser entrenada cognitivamente de forma rápida y sencilla.
Los investigadores analizaron los efectos de una técnica de meditación conocida como “mindfulness”, que consiste en tomar una actitud de atención y conciencia plena, de presencia atenta y reflexiva. La meditación mindfulness consiste, por tanto, en el esfuerzo por centrarse en el momento presente de forma activa y reflexiva.
Los participantes en el estudio practicaron este tipo de meditación durante sólo cuatro días, y durante 20 minutos cada uno de estos días. Tras este periodo de tiempo se constató un significativo aumento en sus habilidades cognitivas clave: los participantes puntuaron mucho más alto en tests de cognición que otras personas de un grupo de control que no había meditado.
Según Zeidan, los resultados de estos tests fueron similares a los documentados en otras investigaciones, en las que los participantes habían estado meditando durante más tiempo.
Zeidan señala que la profunda mejoría cognitiva constatada en los participantes tras sólo cuatro días de entrenamiento en la meditación resultó realmente sorprendente y sugiere que la mente es, de hecho, fácilmente transformable e influenciable, especialmente con esta técnica de concentración.
En investigaciones previas realizadas con tecnología de registro de imágenes de la actividad neuronal se había demostrado ya que la meditación puede producir cambios significativos en áreas del cerebro relacionadas con la concentración
Sin embargo, hasta el momento se creía que, para conseguir estos cambios, se necesitaba un entrenamiento severo en las técnicas meditativas.
Rápido y sencillo
Según publica la UNCC en un comunicado, la presente investigación, realizada por el psicólogo de dicha universidad, Fadel Zeidan, y sus colaboradores, sugiere que la mente puede ser entrenada cognitivamente de forma rápida y sencilla.
Los investigadores analizaron los efectos de una técnica de meditación conocida como “mindfulness”, que consiste en tomar una actitud de atención y conciencia plena, de presencia atenta y reflexiva. La meditación mindfulness consiste, por tanto, en el esfuerzo por centrarse en el momento presente de forma activa y reflexiva.
Los participantes en el estudio practicaron este tipo de meditación durante sólo cuatro días, y durante 20 minutos cada uno de estos días. Tras este periodo de tiempo se constató un significativo aumento en sus habilidades cognitivas clave: los participantes puntuaron mucho más alto en tests de cognición que otras personas de un grupo de control que no había meditado.
Según Zeidan, los resultados de estos tests fueron similares a los documentados en otras investigaciones, en las que los participantes habían estado meditando durante más tiempo.
Zeidan señala que la profunda mejoría cognitiva constatada en los participantes tras sólo cuatro días de entrenamiento en la meditación resultó realmente sorprendente y sugiere que la mente es, de hecho, fácilmente transformable e influenciable, especialmente con esta técnica de concentración.
Mejora sorprendente
En el experimento realizado participaron 63 estudiantes, 49 de los cuales completaron la investigación.
Los participantes fueron organizados de forma aleatoria y equivalente en dos grupos. Uno de ellos, se dedicó a meditar, mientras que al otro grupo se le pidió que escuchara durante periodos equivalentes de tiempo la lectura de un libro, El Hobbit, de J.R.R. Tolkein.
Según explican los investigadores en un artículo
aparecido en la revista Pub.Med, antes y después de las sesiones de meditación y de lectura, los estudiantes fueron sometidos a una gran cantidad de tests, con los que se evaluaron su estado de ánimo, su fluidez verbal, su procesamiento visual y su memoria de trabajo.
Ambos grupos presentaron resultados similares en estos tests al inicio del experimento, y ambos mejoraron sus resultados en lo que a estado de ánimo se refiere, después de los ejercicios de meditación y de los de lectura.
Sin embargo, el grupo que se dedicó a la meditación puntuó mucho más alto como media que el otro grupo en los tets sobre capacidades cognitivas, y hasta diez veces más alto que dicho grupo en tareas en las que los participantes tenían que procesar información bajo la presión de hacerlo en un tiempo limitado (capacidad de concentración cuando se tiene otra información en la mente).
En las pruebas se demostró, en concreto, que los participantes que habían practicado la meditación durante cuatro días habían mejorado notablemente sus capacidades de procesamiento visual del espacio, su memoria de trabajo y sus funciones ejecutivas (conjunto de habilidades cognitivas que permiten la anticipación y el establecimiento de metas, la formación de planes y programas, el inicio de las actividades y operaciones mentales, la autorregulación de las tareas y la habilidad de llevarlas a cabo eficientemente).
Capacidad de modificar la mente
Zeidan señala que habrá que hacer más estudios en adelante para confirmar los cambios cerebrales a raíz de estos breves periodos de meditación que los tests han indicado.
Aún así, el investigador considera que los resultados obtenidos en el experimento evidencian ya con claridad nuestra capacidad para modificar nuestra propia mente y mejorar nuestra cognición en unos pocos días.
Los participantes practicaron la meditación mindfulness con la ayuda de un entrenador, que les enseñó a relajarse, con los ojos cerrados, y a centrar al mismo tiempo su atención en el movimiento de sus respiraciones. Si algún pensamiento llegaba a los estudiantes durante este proceso, el entrenador les indicó que sólo debían dejarlo pasar, sin concentrarse en él, y luego volver a las sensaciones de la respiración.
Los beneficios inmediatos de la meditación para nuestras habilidades cognitivas han sido también demostrados por científicos de la Universidad Tecnológica de Dalian, en China, que en 2009 publicaron los resultados de una investigación en la que se demostró que otra técnica meditativa, conocida como “integrative body-mind training” (IBMT) puede producir cambios mensurables en la atención y reducir los niveles de estrés, en tan sólo cinco días de práctica, 20 minutos cada día.
En este estudio participaron 86 estudiantes de dicha universidad, y se aplicaron diversas tecnologías (como exploraciones de resonancia magnética funcional del cerebro), que permitieron demostrar que la IBMT potencia las relaciones entre la estructura del sistema nervioso central, la corteza cingulada anterior del cerebro y el sistema nervioso parasimpático, lo que a su vez potencia la conexión mente-cerebro.
Las imágenes tomadas del cerebro de aquéllos que habían practicado la IBMT mostraron diferencias radicales con respecto a otro grupo de participantes que había realizado otras prácticas de relajación.
En el experimento realizado participaron 63 estudiantes, 49 de los cuales completaron la investigación.
Los participantes fueron organizados de forma aleatoria y equivalente en dos grupos. Uno de ellos, se dedicó a meditar, mientras que al otro grupo se le pidió que escuchara durante periodos equivalentes de tiempo la lectura de un libro, El Hobbit, de J.R.R. Tolkein.
Según explican los investigadores en un artículo
aparecido en la revista Pub.Med, antes y después de las sesiones de meditación y de lectura, los estudiantes fueron sometidos a una gran cantidad de tests, con los que se evaluaron su estado de ánimo, su fluidez verbal, su procesamiento visual y su memoria de trabajo.
Ambos grupos presentaron resultados similares en estos tests al inicio del experimento, y ambos mejoraron sus resultados en lo que a estado de ánimo se refiere, después de los ejercicios de meditación y de los de lectura.
Sin embargo, el grupo que se dedicó a la meditación puntuó mucho más alto como media que el otro grupo en los tets sobre capacidades cognitivas, y hasta diez veces más alto que dicho grupo en tareas en las que los participantes tenían que procesar información bajo la presión de hacerlo en un tiempo limitado (capacidad de concentración cuando se tiene otra información en la mente).
En las pruebas se demostró, en concreto, que los participantes que habían practicado la meditación durante cuatro días habían mejorado notablemente sus capacidades de procesamiento visual del espacio, su memoria de trabajo y sus funciones ejecutivas (conjunto de habilidades cognitivas que permiten la anticipación y el establecimiento de metas, la formación de planes y programas, el inicio de las actividades y operaciones mentales, la autorregulación de las tareas y la habilidad de llevarlas a cabo eficientemente).
Capacidad de modificar la mente
Zeidan señala que habrá que hacer más estudios en adelante para confirmar los cambios cerebrales a raíz de estos breves periodos de meditación que los tests han indicado.
Aún así, el investigador considera que los resultados obtenidos en el experimento evidencian ya con claridad nuestra capacidad para modificar nuestra propia mente y mejorar nuestra cognición en unos pocos días.
Los participantes practicaron la meditación mindfulness con la ayuda de un entrenador, que les enseñó a relajarse, con los ojos cerrados, y a centrar al mismo tiempo su atención en el movimiento de sus respiraciones. Si algún pensamiento llegaba a los estudiantes durante este proceso, el entrenador les indicó que sólo debían dejarlo pasar, sin concentrarse en él, y luego volver a las sensaciones de la respiración.
Los beneficios inmediatos de la meditación para nuestras habilidades cognitivas han sido también demostrados por científicos de la Universidad Tecnológica de Dalian, en China, que en 2009 publicaron los resultados de una investigación en la que se demostró que otra técnica meditativa, conocida como “integrative body-mind training” (IBMT) puede producir cambios mensurables en la atención y reducir los niveles de estrés, en tan sólo cinco días de práctica, 20 minutos cada día.
En este estudio participaron 86 estudiantes de dicha universidad, y se aplicaron diversas tecnologías (como exploraciones de resonancia magnética funcional del cerebro), que permitieron demostrar que la IBMT potencia las relaciones entre la estructura del sistema nervioso central, la corteza cingulada anterior del cerebro y el sistema nervioso parasimpático, lo que a su vez potencia la conexión mente-cerebro.
Las imágenes tomadas del cerebro de aquéllos que habían practicado la IBMT mostraron diferencias radicales con respecto a otro grupo de participantes que había realizado otras prácticas de relajación.