La mayoría de las compañías no previenen adecuadamente el soborno

Los sectores del petróleo y el gas tienen los mecanismos más avanzados, mientras que el inmobiliario es el más atrasado


El soborno es un riesgo real al que se enfrentan las compañías alrededor del mundo y para el cual deben estar preparadas. Un nuevo estudio de la consultora de sostenibilidad EIRIS reveló preocupantes cifras según las cuales 85% de las empresas analizadas a nivel global carecen de políticas anti soborno adecuadas y 94% carecen de sistemas adecuados para el manejo de sobornos. Los autores de la investigación advierten que las consecuencias de los sobornos no solo son negativas para las organizaciones, sino también para socios e inversionistas, por lo que se deben tomar medidas correctivas. Por Catalina Franco R.


Catalina Franco
11/05/2010

Imagen de sergey02. PhotoXpress.
Los sobornos son un problema del que puede ser víctima cualquier persona o compañía en el mundo y, aunque para muchos parezca algo lejano que solo les sucede a otros o que pasa solo dentro de los equipos de trabajo de otros, se deben tomar medidas preventivas y conocer formas adecuadas de manejo de este tipo de situaciones para estar preparados ante cualquier eventualidad que puede ser fatal si no se enfrenta correctamente y a tiempo.

Parecería evidente que las grandes organizaciones, sobre todo aquellas que se encuentran en lugares calificados como de mayor riesgo de soborno, contaran con sistemas avanzados y efectivos de prevención y solución de problemas relacionados con el soborno, al menos como respuesta al hecho de que existe un riesgo latente que en cualquier momento las podría afectar.

Pero una reciente investigación de la consultora de sostenibilidad inglesa EIRIS reveló algunos datos preocupantes acerca de la situación global de las organizaciones en cuanto a sus políticas referentes al soborno, según los cuales se podría afirmar que estas políticas de prevención y manejo de soborno son casi inexistentes en las grandes empresas del mundo.

Al analizar 625 grandes empresas de diferentes partes del planeta (enfocándose en aquellas que tienen operaciones en sectores y regiones calificados como de alto riesgo con respecto al soborno) se encontró que 85% de estas carecen de políticas anti soborno adecuadas, 94% carecen de sistemas adecuados para el manejo de sobornos y solo 1% reportan adecuadamente situaciones relacionadas con este tipo de problemas.

Sin herramientas contra el soborno

Los investigadores parten de la base de que existen grandes diferencias en el manejo del soborno por parte de las empresas de acuerdo con los países en los que estas se encuentran y con la legislación de cada uno de ellos sobre este tema, así como con los requerimientos de las bolsas para que una organización pueda ofrecer sus acciones en ellas.

Los autores presentan el ejemplo de Estados Unidos, en donde el Sarbanes Oxley Act les exige a las compañías implementar un código de ética que asegure que se tienen procedimientos efectivos dentro de los empleados para que estos denuncien situaciones irregulares, lo que, según las cifras, parece dar muy buenos resultados: de acuerdo con el estudio, 52% de las empresas norteamericanas cuentan con un intermediario que evalúa los riesgos de soborno y ninguna compañía aparece como que no toma medidas frente a estos riesgos.

Por el contrario, en lugares como Singapur y Hong Kong, en donde no existe una legislación fuerte y adecuada sobre el tema del soborno, 49% de las organizaciones no logran presentar evidencias de procedimientos y estrategias para prevenir y atacar el soborno.

El estudio también encontró que aquellas compañías que han tenido una mayor exposición al soborno son más conscientes de los riesgos que enfrentan y toman más medidas para prevenirlos y atacarlos. Así mismo, las cifras muestran que las empresas de los sectores del petróleo y el gas cuentan con las respuestas más avanzadas para enfrentar este tema, posiblemente debido a que son sectores muy profundamente evaluados por inversores, socios, reguladores, etc., mientras que el sector inmobiliario es el que presenta el peor desempeño en el tema de los sobornos.

Como explica Robert Barrington, director de asuntos internacionales de Transparency International UK, “El riesgo de corrupción está aumentando para casi todas las compañías –y por ende para sus inversores. Alrededor del mundo se está estableciendo un marco legislativo más exigente y se están haciendo esfuerzos para aplicarlo, lo que se vio reflejado recientemente en el Bribery Bill en el Reino Unido. Los mercados y el comercio global han traído una exposición mucho mayor a los ambientes corruptos de lo que se daba en el pasado, pero la mayoría de las empresas están débilmente equipadas para enfrentar este reto”.

Los afecta a todos

Teniendo en cuenta que, según las cifras, parece ser que la mayoría de compañías en el mundo no se preocupan mucho de los riesgos de corrupción y soborno que existen para sus negocios, es importante recordarles que, una vez existen estos problemas, no solo se ve afectada la organización, sino también los socios y los inversores.

Como lo explica Sachi Suzuki, autor del reporte y analista de investigaciones de EIRIS, “Es claro que se necesita una nueva aproximación al soborno. Las fallas corporativas con respecto al soborno presentan riesgos significativos para los inversores y dejan a las compañías expuestas a riesgos de multas ilimitadas, daños a su reputación, acceso restringido a los mercados y dificultades para recaudar capital”.

Es por eso que el informe recomienda a los inversores desempeñar un papel activo en el desarrollo de políticas y estrategias claras de prevención y solución para todo lo relativo a la corrupción y el soborno, involucrándose más con las compañías, recompensando las buenas prácticas y llamando la atención sobre las áreas más preocupantes.

Siempre es más fácil y menos problemático prevenir y estar preparados para enfrentar problemas en los que puede verse envuelta una organización, que esperar a que exploten y atenerse a las consecuencias que pueden desencadenar, lo que probablemente, será mucho más costoso que haber implementado estrategias adecuadas desde el principio.

La legislación de cada país y la conciencia de cada empresa acerca de este riesgo deben unirse para enfrentar un problema que afecta no solo a los negocios, sino a todos aquellos involucrados con ellos.



Catalina Franco
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