La verdadera evolución sucede cuando por primera vez se unen cosas que habían estado hasta entonces separadas. ARTHUR KOESTLER, Más allá del reduccionismo.
Cuando el respetado erudito y famoso novelista Arthur Koestler escribió estas palabras, hace más de treinta años, intentaba llamar nuestra atención sobre un fenómeno enormemente subestimado y mucho más importante de lo que Koestler imaginaba. Yo lo denomino la magia de la naturaleza.
Abundan actualmente las grandes teorías, y parece que las nuevas ideas deben dar gritos para ser oídas. Por eso las afirmaciones que hago pueden parecer una hipérbole, como es habitual. Mi tesis, básicamente, es que la sinergia, ese término vagamente familiar para muchos de nosotros, constituye uno de los principios rectores del mundo natural.
Ha sido el manantial de donde ha surgido la creatividad en la evolución del universo, y ha influido decisivamente en la trayectoria de la vida en la Tierra. Ha jugado también un papel central en el surgimiento de la humanidad. La sinergia es vital para el funcionamiento de toda sociedad moderna. No es una exageración afirmar que nuestro destino último depende de ella.
Hipótesis sinérgica
Todo esto puede sonar a vieja retórica, pero la Hipótesis Sinérgica, tal como yo la denomino, es una seria teoría científica enteramente compatible con la teoría de Darwin y con las leyes de las ciencias físicas, biológicas y sociales, e incluso con la nueva ciencia de la complejidad.
Tal hipótesis sostiene, en pocas palabras, que la sinergia es un efecto ubicuo en la naturaleza que ha jugado un papel central en la causalidad del proceso evolutivo. Ha sido al mismo tiempo el origen y la razón de ser de un crecimiento constante en el camino evolutivo.
Esta tendencia, lejos de ser predecible y de estar ajustada a reglas estrictas, ha implicado un continuo ejercicio abierto y creativo, aunque históricamente combatido, en el cual han predominado los criterios económicos, en sentido amplio.
La complejidad, en la naturaleza y en las sociedades, no es el producto de alguna ley, mecanismo o fuerza inexorable. Ha ido desarrollándose a través de las ventajas y resultados funcionales de las distintas formas de sinergia.
¿Qué es la sinergia?
De manera muy amplia, el término se refiere a los efectos combinados o cooperativos producidos por las relaciones entre distintas fuerzas, o partículas, o elementos de un mismo individuo, en un contexto determinado, efectos que no serían posibles de otro modo.
El término sinergia proviene de la palabra griega synergos, que significa “trabajar juntos”, o, literalmente, “cooperar”. La sinergia está a menudo asociada al tópico “el todo es mayor que la suma de sus partes”, (el cual se remonta a la Metafísica de Aristóteles). Pero ésta última es una descripción bastante estrecha y hasta engañosa.
En realidad, la sinergia aparece de muchas formas y algunas veces los todos no son mayores que la suma de sus partes: simplemente son diferentes. A continuación veremos algunos breves ejemplos de lo que es la sinergia, comenzando con algunas manifestaciones básicas de la naturaleza.
El centro de gravedad de un objeto, digamos un automóvil, consiste de hecho en un efecto sinérgico. Depende de cómo se distribuye el peso combinado de todas sus partes, tal como aprendimos en la escuela. Pero si desmontáramos el coche, su centro de gravedad desaparecería, se dividiría, por decirlo así, entre cada una de las 15.000 piezas individuales.
Supermoléculas
El vórtice, o remolino, que se forma cuando el agua de la bañera se vacía por el desagüe, representa un efecto complejo producido por las acciones combinadas de varias fuerzas: gravedad, presión del agua, presión del aire, fuerzas de rotación, fuerza centrífuga, e incluso el estado inicial del agua.
Otro ejemplo de sinergia son las “supermoléculas” de 50 átomos o más, que adquieren propiedades totalmente nuevas de las que sus congéneres más ligeras carecen, como mayor estabilidad, mejor capacidad de combinación, una geometría diferente, o menor disipación de energía (o entropía).
El cloro y el sodio son ambos tóxicos para el ser humano, pero cuando se encuentran combinados producen una sustancia totalmente nueva que resulta beneficiosa en cantidades moderadas: la sal común.
El níquel-acero cromado, una aleación sintetizada a partir de los tres elementos naturales, puede ser un 35 % más resistente que la suma de sus tres componentes. Además, el níquel-acero cromado tiene otras propiedades sinérgicas, entre ellas la de ser inoxidable. El níquel añade fuerza al acero y el cromo reduce su tendencia a oxidarse.
Sinergia médica y alfabética
La sinergia es algo habitual en la medicina. Un ejemplo puede ser el efecto producido por el uso combinado de atropina y prednisona juntas para tratar las inflamaciones oculares. La atropina sirve para dilatar los ojos de tal forma que la prednisona, una sustancia antinflamatoria, pueda actuar con más efectividad.
Nuestro alfabeto es también altamente sinérgico. Tomemos “rata”, “lata” y “bata”. Cada combinación de letras produce una imagen diferente en la mente del lector. Pero imaginemos qué sucedería si desaparecieran las vocales. Como si fueran monedas que desaparecen por arte de magia en el pañuelo de un prestidigitador, la sinergia se evaporaría y nos quedaríamos con combinaciones de dos letras sin sentido: rt, lt, bt.
Una taza de judías, tomada sola, proporciona el equivalente nutricional que 60 gramos de carne. Tres tazas de cereales consumidas asiladamente proveen lo mismo que 142 gramos de carne. Pero si se ingieren al mismo tiempo las judías y los cereales proporcionan el equivalente a 265 gramos de carne, un 33 % más de proteína.
La razón es que sus respectivos aminoácidos son altamente complementarios. Cuando se combinan, cada tipo compensa las deficiencias del otro. En conclusión, el todo es realmente más nutritivo que la suma de sus partes.
Líquenes colonizadores
Los líquenes, que pueden encontrarse en los troncos de los árboles, en las rocas e incluso en el suelo raso de muchas áreas boscosas, poseen una habilidad legendaria para colonizar también terrenos estériles. La clave de su éxito como “pioneros de la naturaleza” se encuentra en sus talentos complementarios.
Los líquenes consisten en realidad en una relación simbiótica entre varios tipos de cianobacterias y hongos. (Existen más de 20.000 especies de liquen). La cianobacteria es un fotosintetizador. Se encarga de capturar la energía, mientras el hongo añade a la relación la capacidad de agarre, y el almacenamiento de agua, propiedades especialmente útiles en un ambiente árido.
Ambas especies deben juntar fuerzas para crear un órgano reproductivo especializado común, llamado thallus, el cual produce esporas combinadas simbióticamente. Por tanto, el “equipo “ puede hacer algo que ninguno de sus componentes podría.
La “integridad tensional” se refiere al modo en que fuerzas opuestas de compresión y tensión pueden ser utilizadas sinérgicamente para alcanzar la “integridad” en ciertas estructuras físicas auto-estabilizantes.
Tensegridad
El término “tensegrity” fue acuñado por el conocido ingeniero e inventor Buckminster Fuller, (quien casualmente también promovió el concepto de sinergia), para caracterizar su invención más célebre: las bóvedas geodésicas que hoy se cuentan por cientos de miles a lo largo y acho de la Tierra. Ahora sabemos que muchos tipos de integridad tensional también se hallan en la naturaleza.
Un ejemplo es el apropiadamente bautizado como carbono “buckminserfulleriano”, y sus diversas variantes. La gran estabilidad y las notables propiedades de combinación de estas supermoléculas de carbono puro recientemente sintetizadas ( denominadas “Bucky Balls”), provienen de su parecido físico con las bóvedas geodésicas o las pelotas de fútbol.
Otro ejemplo más cercano es el cuerpo humano. La integridad tensional entre nuestros huesos, músculos, tendones y ligamentos dan a nuestros cuerpos una combinación especial de estabilidad estructural y movilidad.
Asimismo, cada una de los diez billones de células de nuestro cuerpo está soportada por una andamiaje interno, denominado citoesqueleto, el cual se compone de filamentos y ciertos microtubos. Los filamentos contrarrestan las fuerzas de extensión que presionan a la célula, y los microtubos resisten las fuerzas de compresión. Somos totalmente dependientes respecto de estas y otras clases de sinergia.
Cuando el respetado erudito y famoso novelista Arthur Koestler escribió estas palabras, hace más de treinta años, intentaba llamar nuestra atención sobre un fenómeno enormemente subestimado y mucho más importante de lo que Koestler imaginaba. Yo lo denomino la magia de la naturaleza.
Abundan actualmente las grandes teorías, y parece que las nuevas ideas deben dar gritos para ser oídas. Por eso las afirmaciones que hago pueden parecer una hipérbole, como es habitual. Mi tesis, básicamente, es que la sinergia, ese término vagamente familiar para muchos de nosotros, constituye uno de los principios rectores del mundo natural.
Ha sido el manantial de donde ha surgido la creatividad en la evolución del universo, y ha influido decisivamente en la trayectoria de la vida en la Tierra. Ha jugado también un papel central en el surgimiento de la humanidad. La sinergia es vital para el funcionamiento de toda sociedad moderna. No es una exageración afirmar que nuestro destino último depende de ella.
Hipótesis sinérgica
Todo esto puede sonar a vieja retórica, pero la Hipótesis Sinérgica, tal como yo la denomino, es una seria teoría científica enteramente compatible con la teoría de Darwin y con las leyes de las ciencias físicas, biológicas y sociales, e incluso con la nueva ciencia de la complejidad.
Tal hipótesis sostiene, en pocas palabras, que la sinergia es un efecto ubicuo en la naturaleza que ha jugado un papel central en la causalidad del proceso evolutivo. Ha sido al mismo tiempo el origen y la razón de ser de un crecimiento constante en el camino evolutivo.
Esta tendencia, lejos de ser predecible y de estar ajustada a reglas estrictas, ha implicado un continuo ejercicio abierto y creativo, aunque históricamente combatido, en el cual han predominado los criterios económicos, en sentido amplio.
La complejidad, en la naturaleza y en las sociedades, no es el producto de alguna ley, mecanismo o fuerza inexorable. Ha ido desarrollándose a través de las ventajas y resultados funcionales de las distintas formas de sinergia.
¿Qué es la sinergia?
De manera muy amplia, el término se refiere a los efectos combinados o cooperativos producidos por las relaciones entre distintas fuerzas, o partículas, o elementos de un mismo individuo, en un contexto determinado, efectos que no serían posibles de otro modo.
El término sinergia proviene de la palabra griega synergos, que significa “trabajar juntos”, o, literalmente, “cooperar”. La sinergia está a menudo asociada al tópico “el todo es mayor que la suma de sus partes”, (el cual se remonta a la Metafísica de Aristóteles). Pero ésta última es una descripción bastante estrecha y hasta engañosa.
En realidad, la sinergia aparece de muchas formas y algunas veces los todos no son mayores que la suma de sus partes: simplemente son diferentes. A continuación veremos algunos breves ejemplos de lo que es la sinergia, comenzando con algunas manifestaciones básicas de la naturaleza.
El centro de gravedad de un objeto, digamos un automóvil, consiste de hecho en un efecto sinérgico. Depende de cómo se distribuye el peso combinado de todas sus partes, tal como aprendimos en la escuela. Pero si desmontáramos el coche, su centro de gravedad desaparecería, se dividiría, por decirlo así, entre cada una de las 15.000 piezas individuales.
Supermoléculas
El vórtice, o remolino, que se forma cuando el agua de la bañera se vacía por el desagüe, representa un efecto complejo producido por las acciones combinadas de varias fuerzas: gravedad, presión del agua, presión del aire, fuerzas de rotación, fuerza centrífuga, e incluso el estado inicial del agua.
Otro ejemplo de sinergia son las “supermoléculas” de 50 átomos o más, que adquieren propiedades totalmente nuevas de las que sus congéneres más ligeras carecen, como mayor estabilidad, mejor capacidad de combinación, una geometría diferente, o menor disipación de energía (o entropía).
El cloro y el sodio son ambos tóxicos para el ser humano, pero cuando se encuentran combinados producen una sustancia totalmente nueva que resulta beneficiosa en cantidades moderadas: la sal común.
El níquel-acero cromado, una aleación sintetizada a partir de los tres elementos naturales, puede ser un 35 % más resistente que la suma de sus tres componentes. Además, el níquel-acero cromado tiene otras propiedades sinérgicas, entre ellas la de ser inoxidable. El níquel añade fuerza al acero y el cromo reduce su tendencia a oxidarse.
Sinergia médica y alfabética
La sinergia es algo habitual en la medicina. Un ejemplo puede ser el efecto producido por el uso combinado de atropina y prednisona juntas para tratar las inflamaciones oculares. La atropina sirve para dilatar los ojos de tal forma que la prednisona, una sustancia antinflamatoria, pueda actuar con más efectividad.
Nuestro alfabeto es también altamente sinérgico. Tomemos “rata”, “lata” y “bata”. Cada combinación de letras produce una imagen diferente en la mente del lector. Pero imaginemos qué sucedería si desaparecieran las vocales. Como si fueran monedas que desaparecen por arte de magia en el pañuelo de un prestidigitador, la sinergia se evaporaría y nos quedaríamos con combinaciones de dos letras sin sentido: rt, lt, bt.
Una taza de judías, tomada sola, proporciona el equivalente nutricional que 60 gramos de carne. Tres tazas de cereales consumidas asiladamente proveen lo mismo que 142 gramos de carne. Pero si se ingieren al mismo tiempo las judías y los cereales proporcionan el equivalente a 265 gramos de carne, un 33 % más de proteína.
La razón es que sus respectivos aminoácidos son altamente complementarios. Cuando se combinan, cada tipo compensa las deficiencias del otro. En conclusión, el todo es realmente más nutritivo que la suma de sus partes.
Líquenes colonizadores
Los líquenes, que pueden encontrarse en los troncos de los árboles, en las rocas e incluso en el suelo raso de muchas áreas boscosas, poseen una habilidad legendaria para colonizar también terrenos estériles. La clave de su éxito como “pioneros de la naturaleza” se encuentra en sus talentos complementarios.
Los líquenes consisten en realidad en una relación simbiótica entre varios tipos de cianobacterias y hongos. (Existen más de 20.000 especies de liquen). La cianobacteria es un fotosintetizador. Se encarga de capturar la energía, mientras el hongo añade a la relación la capacidad de agarre, y el almacenamiento de agua, propiedades especialmente útiles en un ambiente árido.
Ambas especies deben juntar fuerzas para crear un órgano reproductivo especializado común, llamado thallus, el cual produce esporas combinadas simbióticamente. Por tanto, el “equipo “ puede hacer algo que ninguno de sus componentes podría.
La “integridad tensional” se refiere al modo en que fuerzas opuestas de compresión y tensión pueden ser utilizadas sinérgicamente para alcanzar la “integridad” en ciertas estructuras físicas auto-estabilizantes.
Tensegridad
El término “tensegrity” fue acuñado por el conocido ingeniero e inventor Buckminster Fuller, (quien casualmente también promovió el concepto de sinergia), para caracterizar su invención más célebre: las bóvedas geodésicas que hoy se cuentan por cientos de miles a lo largo y acho de la Tierra. Ahora sabemos que muchos tipos de integridad tensional también se hallan en la naturaleza.
Un ejemplo es el apropiadamente bautizado como carbono “buckminserfulleriano”, y sus diversas variantes. La gran estabilidad y las notables propiedades de combinación de estas supermoléculas de carbono puro recientemente sintetizadas ( denominadas “Bucky Balls”), provienen de su parecido físico con las bóvedas geodésicas o las pelotas de fútbol.
Otro ejemplo más cercano es el cuerpo humano. La integridad tensional entre nuestros huesos, músculos, tendones y ligamentos dan a nuestros cuerpos una combinación especial de estabilidad estructural y movilidad.
Asimismo, cada una de los diez billones de células de nuestro cuerpo está soportada por una andamiaje interno, denominado citoesqueleto, el cual se compone de filamentos y ciertos microtubos. Los filamentos contrarrestan las fuerzas de extensión que presionan a la célula, y los microtubos resisten las fuerzas de compresión. Somos totalmente dependientes respecto de estas y otras clases de sinergia.
La función causal de la sinergia en la evolución
En consecuencia, la sinergia puede alienarse junto a conceptos tan fundamentales como gravedad, energía, entropía e información, como una de las claves para entender cómo funciona el mundo y cómo llegamos hasta aquí, o hacia dónde nos dirigimos. Además, la sinergia ha funcionado como un motor creativo y una fuente prolífica de innovación en el proceso evolutivo.
La sinergia estaba presente en el Big Bang. Ha estado implicada en la evolución de nuestro universo físico. En algún momento posterior a la aparición de la Tierra, hace unos 450.000 millones de años, las sinergia proporcionó las condiciones que culminaron en el todavía misterioso proceso por el cual ciertas redes de moléculas prebióticas se unieron y catalizaron en los primeros sistemas vivientes.
También originó los “beneficios” que, con el paso del tiempo, condujeron a la complejidad asombrosa de la fotosíntesis. (Existen libros enteros dedicados a describir de modo todavía imperfecto el funcionamiento de la fotosíntesis).
La sinergia se encuentra también en la combinación de las complejas células eurocariotas, y participa en el “telar encantado” de la mente humana, por utilizar una poderosa imagen del neurobiólogo Charles Sherrington.
Castillo mágico
Allí, dentro de nuestra mente, nuevos y maravillosos fenómenos sinérgicos se están inventando y actualizando cada día. En otras palabras, los efectos cooperativos producidos por diversas combinaciones de “partes” en un contexto determinado son, a su vez, causas distintivas e independientes de fenómenos evolutivos posteriores.
El universo puede verse así como una vasta estructura de sinergias, un edificio de muchos pisos en el cual las sinergias producidas en un nivel sirven como ladrillos de construcción del siguiente nivel.
Además, formas de sinergia impredecibles, e incluso nuevos principios, emergen en cada nivel organizativo. Yo lo llamo el “Castillo mágico”, porque hay algo verdaderamente mágico en este aspecto creativo de la naturaleza.
La sinergia es de una importancia esencial en cada una de las disciplinas científicas, aunque con mucha frecuencia viaje de incógnito bajo diversos disfraces, (cooperación, mutualismo, simbiosis, competencia, efectos emergentes, masa crítica, coevolución, interacciones, efectos umbral, suma acumulativa).
Efectos funcionales versus competición genética
De acuerdo con la tradición hoy imperante en la biología evolutiva, conocida como neodarwinismo, las mutaciones genéticas “aleatorias”, y los fenómenos asociados a nivel molecular, se encuentran en la base de la evolución. Según ésta, la evolución de la vida ha ido tomando forma a lo largo del tiempo gracias a una constante competición entre “genes egoístas”.
Yo sostengo que los neodarwinistas manejan un criterio sesgado. De hecho, son los beneficios funcionales, las “ventajas de supervivencia”, producidas por las distintas innovaciones a diferentes niveles, (incluida la innovación en el comportamiento), lo que ha definido la trayectoria de la evolución.
Al contrario de lo que comúnmente se cree, la selección natural no selecciona genes, sino que recompensa de forma distinta a diferentes genes y combinaciones de ellos, en base a los efectos que producen en un medio ambiente determinado. Son los efectos funcionales lo que importa en la selección natural.
Bajo este punto de vista, son en realidad formas primarias de sinergia funcional, de efectos cooperativos, las responsables de dar forma a la evolución a lo largo del tiempo. Lo hacen a través del proceso que puede ser caracterizado como “selección sinérgica”.
El mono sinérgico
Denomino a este nuevo paradigma “Darwinismo Holístico”, y me encuentro al lado de un número creciente de biólogos contemporáneos que sostienen que la evolución debe contemplarse como un proceso en muchos niveles, en el cual los genes egoístas se encuentran muy a menudo subordinados a los dictados de “genomas egoístas”, (de sistemas sinérgicos). Los genes que van por libre, “genes egoístas”, representan la excepción más que la regla general.
Se han formulado muchas teorías acerca la evolución humana a lo largo de la historia. Hemos sido llamados “el mono asesino”, “el mono desnudo”, “el mono hablador”. Se nos ha distinguido como “hombres cazadores “ o “ mujeres recolectoras”, e incluso como “monos egoístas”, aquellos que solo cuidan de sí mismos y de su familia.
Sin embargo, quiero proponer un escenario radicalmente diferente para la evolución humana. Nos hemos inventado a nosotros mismos a través de un proceso que he titulado “selección neolamarquiana”. Somos “el mono inventor”.
Además, muchas variedades de sinergia que nuestros antepasados generaron a lo largo de quizás cinco millones de años, han jugado un papel esencial. Somos también, en nuestra quintaesencia, “el mono sinérgico”.
Por último, las hipótesis sinérgicas también pueden aplicarse a la aparición explosiva de las complejas sociedades humanas durantes los últimos miles de años. Incluso diría que el común denominador en la reciente teoría de juegos de la evolución cultural es la sinergia, hecho totalmente ignorado. Es ella la responsable de la evolución cooperativa en la naturaleza y en la humanidad, sin lugar a dudas.
Los peligros de la predicción
Es una idea muy común que la sinergia siempre se refiere a fenómenos positivos; se presume siempre que es algo bueno. Pero no es así. Todos los días, en miles de formas distintas, nuestras vidas se modelan y se re-modelan por la sinergia. Aunque nuestra actitud hacia ello depende de nuestros valores y de dónde estamos, o quizás depende de en que lado estemos.
De hecho, hay un reflejo en el “lado oscuro” para cada una de las diferentes categorías de sinergia positiva. Es la “sinergia negativa” o “disergia”. Algunas categorías especiales de sinergia positiva y negativa, lo que yo llamo “el efecto bingo”, se producen cuando cristaliza determinada combinación de forma inesperada. Otro tipo de accidentes son la “sinergia más uno” y la “sinergia menos uno”, que representan una seria amenaza para algunos sistemas complejos.
Mi colega el escritor científico Connie Barlow, ha indicado que la Hipótesis Sinérgica es más que una hipótesis una teoría. También representa una visión del mundo que concede importancia a los efectos producidos por las relaciones entre las cosas.
Esta hipótesis destaca una propiedad fundamental del universo y, lo que es más relevante para la humanidad, una propiedad fundamental de las sociedades humanas.
Respuestas últimas
Una de las implicaciones principales de esta visión del mundo es que se trata de un error fundamental el buscar “leyes” secretas que organicen la historia humana, esto es, alguna fuerza o mecanismo determinista que nos permita predecir el futuro de la “carrera humana”, usando el término del antropólogo Richard Klein.
Los “neopitagóricos”, tal como yo los llamo, excluyen a priori, en su búsqueda de leyes universales, los fenómenos sinérgicos, históricos y contingentes que moldean el curso de nuestro proceso evolutivo. En consecuencia, estos teóricos son ciegos a un agente causal de primera magnitud en la evolución. En lugar de eso se necesita una “ciencia de la historia”.
El paradigma sinérgico proporciona respuestas a la “cuestión última”, esto es: ¿qué podemos predecir?”. Si ignoramos las implicaciones de esta visión del mundo, lo haremos por nuestra cuenta y riesgo, y éste último no será pequeño.
El Doctor D. Peter A. Corning es Director del Instituto para el estudio de Sistemas Complejos, Palo Alto CA – USA, y autor del libro de reciente aparición Nature's Magic:Synergy in Evolution and the Fate of Humankind
Traducción del inglés: David Carrión Alemán
En consecuencia, la sinergia puede alienarse junto a conceptos tan fundamentales como gravedad, energía, entropía e información, como una de las claves para entender cómo funciona el mundo y cómo llegamos hasta aquí, o hacia dónde nos dirigimos. Además, la sinergia ha funcionado como un motor creativo y una fuente prolífica de innovación en el proceso evolutivo.
La sinergia estaba presente en el Big Bang. Ha estado implicada en la evolución de nuestro universo físico. En algún momento posterior a la aparición de la Tierra, hace unos 450.000 millones de años, las sinergia proporcionó las condiciones que culminaron en el todavía misterioso proceso por el cual ciertas redes de moléculas prebióticas se unieron y catalizaron en los primeros sistemas vivientes.
También originó los “beneficios” que, con el paso del tiempo, condujeron a la complejidad asombrosa de la fotosíntesis. (Existen libros enteros dedicados a describir de modo todavía imperfecto el funcionamiento de la fotosíntesis).
La sinergia se encuentra también en la combinación de las complejas células eurocariotas, y participa en el “telar encantado” de la mente humana, por utilizar una poderosa imagen del neurobiólogo Charles Sherrington.
Castillo mágico
Allí, dentro de nuestra mente, nuevos y maravillosos fenómenos sinérgicos se están inventando y actualizando cada día. En otras palabras, los efectos cooperativos producidos por diversas combinaciones de “partes” en un contexto determinado son, a su vez, causas distintivas e independientes de fenómenos evolutivos posteriores.
El universo puede verse así como una vasta estructura de sinergias, un edificio de muchos pisos en el cual las sinergias producidas en un nivel sirven como ladrillos de construcción del siguiente nivel.
Además, formas de sinergia impredecibles, e incluso nuevos principios, emergen en cada nivel organizativo. Yo lo llamo el “Castillo mágico”, porque hay algo verdaderamente mágico en este aspecto creativo de la naturaleza.
La sinergia es de una importancia esencial en cada una de las disciplinas científicas, aunque con mucha frecuencia viaje de incógnito bajo diversos disfraces, (cooperación, mutualismo, simbiosis, competencia, efectos emergentes, masa crítica, coevolución, interacciones, efectos umbral, suma acumulativa).
Efectos funcionales versus competición genética
De acuerdo con la tradición hoy imperante en la biología evolutiva, conocida como neodarwinismo, las mutaciones genéticas “aleatorias”, y los fenómenos asociados a nivel molecular, se encuentran en la base de la evolución. Según ésta, la evolución de la vida ha ido tomando forma a lo largo del tiempo gracias a una constante competición entre “genes egoístas”.
Yo sostengo que los neodarwinistas manejan un criterio sesgado. De hecho, son los beneficios funcionales, las “ventajas de supervivencia”, producidas por las distintas innovaciones a diferentes niveles, (incluida la innovación en el comportamiento), lo que ha definido la trayectoria de la evolución.
Al contrario de lo que comúnmente se cree, la selección natural no selecciona genes, sino que recompensa de forma distinta a diferentes genes y combinaciones de ellos, en base a los efectos que producen en un medio ambiente determinado. Son los efectos funcionales lo que importa en la selección natural.
Bajo este punto de vista, son en realidad formas primarias de sinergia funcional, de efectos cooperativos, las responsables de dar forma a la evolución a lo largo del tiempo. Lo hacen a través del proceso que puede ser caracterizado como “selección sinérgica”.
El mono sinérgico
Denomino a este nuevo paradigma “Darwinismo Holístico”, y me encuentro al lado de un número creciente de biólogos contemporáneos que sostienen que la evolución debe contemplarse como un proceso en muchos niveles, en el cual los genes egoístas se encuentran muy a menudo subordinados a los dictados de “genomas egoístas”, (de sistemas sinérgicos). Los genes que van por libre, “genes egoístas”, representan la excepción más que la regla general.
Se han formulado muchas teorías acerca la evolución humana a lo largo de la historia. Hemos sido llamados “el mono asesino”, “el mono desnudo”, “el mono hablador”. Se nos ha distinguido como “hombres cazadores “ o “ mujeres recolectoras”, e incluso como “monos egoístas”, aquellos que solo cuidan de sí mismos y de su familia.
Sin embargo, quiero proponer un escenario radicalmente diferente para la evolución humana. Nos hemos inventado a nosotros mismos a través de un proceso que he titulado “selección neolamarquiana”. Somos “el mono inventor”.
Además, muchas variedades de sinergia que nuestros antepasados generaron a lo largo de quizás cinco millones de años, han jugado un papel esencial. Somos también, en nuestra quintaesencia, “el mono sinérgico”.
Por último, las hipótesis sinérgicas también pueden aplicarse a la aparición explosiva de las complejas sociedades humanas durantes los últimos miles de años. Incluso diría que el común denominador en la reciente teoría de juegos de la evolución cultural es la sinergia, hecho totalmente ignorado. Es ella la responsable de la evolución cooperativa en la naturaleza y en la humanidad, sin lugar a dudas.
Los peligros de la predicción
Es una idea muy común que la sinergia siempre se refiere a fenómenos positivos; se presume siempre que es algo bueno. Pero no es así. Todos los días, en miles de formas distintas, nuestras vidas se modelan y se re-modelan por la sinergia. Aunque nuestra actitud hacia ello depende de nuestros valores y de dónde estamos, o quizás depende de en que lado estemos.
De hecho, hay un reflejo en el “lado oscuro” para cada una de las diferentes categorías de sinergia positiva. Es la “sinergia negativa” o “disergia”. Algunas categorías especiales de sinergia positiva y negativa, lo que yo llamo “el efecto bingo”, se producen cuando cristaliza determinada combinación de forma inesperada. Otro tipo de accidentes son la “sinergia más uno” y la “sinergia menos uno”, que representan una seria amenaza para algunos sistemas complejos.
Mi colega el escritor científico Connie Barlow, ha indicado que la Hipótesis Sinérgica es más que una hipótesis una teoría. También representa una visión del mundo que concede importancia a los efectos producidos por las relaciones entre las cosas.
Esta hipótesis destaca una propiedad fundamental del universo y, lo que es más relevante para la humanidad, una propiedad fundamental de las sociedades humanas.
Respuestas últimas
Una de las implicaciones principales de esta visión del mundo es que se trata de un error fundamental el buscar “leyes” secretas que organicen la historia humana, esto es, alguna fuerza o mecanismo determinista que nos permita predecir el futuro de la “carrera humana”, usando el término del antropólogo Richard Klein.
Los “neopitagóricos”, tal como yo los llamo, excluyen a priori, en su búsqueda de leyes universales, los fenómenos sinérgicos, históricos y contingentes que moldean el curso de nuestro proceso evolutivo. En consecuencia, estos teóricos son ciegos a un agente causal de primera magnitud en la evolución. En lugar de eso se necesita una “ciencia de la historia”.
El paradigma sinérgico proporciona respuestas a la “cuestión última”, esto es: ¿qué podemos predecir?”. Si ignoramos las implicaciones de esta visión del mundo, lo haremos por nuestra cuenta y riesgo, y éste último no será pequeño.
El Doctor D. Peter A. Corning es Director del Instituto para el estudio de Sistemas Complejos, Palo Alto CA – USA, y autor del libro de reciente aparición Nature's Magic:Synergy in Evolution and the Fate of Humankind
Traducción del inglés: David Carrión Alemán