'Talk Different' aprovecha el poder comunicativo de los colores. Fuente: Talk Different.
La madre de una niña autista Marie Spitz ha creado Talk Different (Habla distinto), una aplicación móvil que utiliza un lenguaje universal. Está accesible en nueve idiomas.
Está destinada a cualquier persona que quiera comunicarse de una manera lúdica, con una combinación de imágenes, texto, palabras y sonidos. Disponible en todo el mundo, la aplicación también satisface las necesidades de las personas con problemas de alfabetización y timidez, así como con dificultades para el lenguaje y discapacidad.
"He trabajado durante más de tres años en este proyecto con el objetivo de que sea accesible a todos, por menos de un euro, en los teléfonos inteligentes, al tiempo que es muy fácil de usar. La aplicación no requiere ningún entrenamiento especial", dice Spitz, creadora de Talk Different, en la nota de prensa de Sogeti, la empresa francesa de TIC que auspicia el proyecto.
"Talk Different ofrece nuevas oportunidades en el mundo de la medicina y en particular en el ámbito de la discapacidad. Ya está disponible, y continuamente se añaden nuevas características y módulos", señala.
La app permite una fácil comunicación a través de un teléfono inteligente o una tableta, gracias a un archivo de más de 700 imágenes -en la primera versión-, que satisfacen las necesidades de la vida cotidiana. El usuario se comunica mediante la construcción de oraciones que consisten en una serie de imágenes, a veces animadas, combinadas con texto y sonidos personalizables.
También pueden expresar emociones utilizando emolocores (emociones expresadas a través de colores), e insertar fotos, dibujos o grabaciones. Las frases pueden reproducirse en una presentación de diapositivas, o a través de la voz.
Está destinada a cualquier persona que quiera comunicarse de una manera lúdica, con una combinación de imágenes, texto, palabras y sonidos. Disponible en todo el mundo, la aplicación también satisface las necesidades de las personas con problemas de alfabetización y timidez, así como con dificultades para el lenguaje y discapacidad.
"He trabajado durante más de tres años en este proyecto con el objetivo de que sea accesible a todos, por menos de un euro, en los teléfonos inteligentes, al tiempo que es muy fácil de usar. La aplicación no requiere ningún entrenamiento especial", dice Spitz, creadora de Talk Different, en la nota de prensa de Sogeti, la empresa francesa de TIC que auspicia el proyecto.
"Talk Different ofrece nuevas oportunidades en el mundo de la medicina y en particular en el ámbito de la discapacidad. Ya está disponible, y continuamente se añaden nuevas características y módulos", señala.
La app permite una fácil comunicación a través de un teléfono inteligente o una tableta, gracias a un archivo de más de 700 imágenes -en la primera versión-, que satisfacen las necesidades de la vida cotidiana. El usuario se comunica mediante la construcción de oraciones que consisten en una serie de imágenes, a veces animadas, combinadas con texto y sonidos personalizables.
También pueden expresar emociones utilizando emolocores (emociones expresadas a través de colores), e insertar fotos, dibujos o grabaciones. Las frases pueden reproducirse en una presentación de diapositivas, o a través de la voz.
La creadora
Marie Spitz es la madre de una hija, Pauline, que es autista, con trastornos del lenguaje graves. Hace quince años, cuando aprendía acerca de la discapacidad que afecta a su hija, Marie terminó su actividad profesional en una escuela de negocios franco-alemana, dedicando una gran parte de su tiempo y energía a la causa de la discapacidad.
Debido a las dificultades para el habla y el lenguaje de Pauline, Marie se dedicó a trabajar técnicas de comunicación alternativa que utilizó a nivel personal, durante muchos años, a veces añadiendo expertos del ámbito de la discapacidad.
Hace tres años, con el avance de las soluciones digitales, los teléfonos inteligentes y las tabletas, decidió crear Talk differente. Spitz preside su propia compañía, MPSLS, creada en 2013.
Otro proyecto
Por su parte, el proyecto europeo Michelangelo, financiado por la UE, ha dedicado los últimos cinco años a buscar soluciones para valorar y tratar el autismo en el hogar, fuera del entorno clínico.
Los investigadores, informa Cordis, han desarrollado una serie de sensores omnipresentes para medir constantes fisiológicas como el ritmo cardiaco, la sudoración y la temperatura corporal; sistemas de cámaras para vigilar los comportamientos observables y registrar las respuestas cerebrales a estímulos ambientales naturales; y algoritmos que permiten describir anomalías en las ondas cerebrales ante estímulos concretos.
Estas tecnologías servirán para personalizar el tratamiento y, lo que resulta igual de importante, depositar en los padres el papel de co-terapeutas, ayudándoles a comprender mejor a sus hijos y ofreciéndoles los cuidados adecuados.
Marie Spitz es la madre de una hija, Pauline, que es autista, con trastornos del lenguaje graves. Hace quince años, cuando aprendía acerca de la discapacidad que afecta a su hija, Marie terminó su actividad profesional en una escuela de negocios franco-alemana, dedicando una gran parte de su tiempo y energía a la causa de la discapacidad.
Debido a las dificultades para el habla y el lenguaje de Pauline, Marie se dedicó a trabajar técnicas de comunicación alternativa que utilizó a nivel personal, durante muchos años, a veces añadiendo expertos del ámbito de la discapacidad.
Hace tres años, con el avance de las soluciones digitales, los teléfonos inteligentes y las tabletas, decidió crear Talk differente. Spitz preside su propia compañía, MPSLS, creada en 2013.
Otro proyecto
Por su parte, el proyecto europeo Michelangelo, financiado por la UE, ha dedicado los últimos cinco años a buscar soluciones para valorar y tratar el autismo en el hogar, fuera del entorno clínico.
Los investigadores, informa Cordis, han desarrollado una serie de sensores omnipresentes para medir constantes fisiológicas como el ritmo cardiaco, la sudoración y la temperatura corporal; sistemas de cámaras para vigilar los comportamientos observables y registrar las respuestas cerebrales a estímulos ambientales naturales; y algoritmos que permiten describir anomalías en las ondas cerebrales ante estímulos concretos.
Estas tecnologías servirán para personalizar el tratamiento y, lo que resulta igual de importante, depositar en los padres el papel de co-terapeutas, ayudándoles a comprender mejor a sus hijos y ofreciéndoles los cuidados adecuados.