Los bebés que se han nutrido exclusivamente de la leche materna durante un tiempo prolongado tienen un 54% menos de riesgo de padecer eccema a los 16 años, según un estudio realizado por investigadores del King’s College de Londres, de la Universidad de Harvard, de la Universidad de Bristol y de la Universidad McGill.
El estudio, publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA) Pediatrics, se ha basado en una muestra de 13.557 adolescentes bielorrusos participantes en el ensayo PROBIT (PROmotion of Breastfeeding Intervention Trial).
Del análisis de los datos de estos adolescentes se descubrió que los casos de eccema son un 54% menos frecuentes a los 16 años en aquellos bebés cuya madre, bien supervisada, practicó la lactancia materna exclusiva.
El eccema es una enfermedad de la piel que se caracteriza por la aparición de manchas rojas acompañadas de picor intenso. Provoca lesiones cutáneas como piel seca y rojiza, grietas y picazón. Afecta a uno de cada cinco niños y a uno de cada diez adultos en los países desarrollados.
Los investigadores del estudio PROBIT reunieron a 17.046 madres y sus bebés lactantes entre junio de 1996 y diciembre de 1997. El análisis de los datos para este estudio se realizó 20 años después, del 9 de mayo de 2016 al 21 de abril de 2017.
Grupo de control
La mitad de las madres y de las clínicas pediátricas participantes recibieron todos los apoyos establecidos en los protocolos de la Organización Mundial de la Salud y de la UNICEF, mientras que la otra mitad de las madres desarrolló la lactancia libremente, no sujeta a protocolo alguno.
La intervención a favor de la lactancia redujo en un 50% el riesgo de eccema durante el primer año de vida de los bebés, constató la investigación. Lo sorprendente es que dieciséis años más tarde, el efecto protector de la lactancia estuvo presente todavía en la mitad de los casos, según se comprobó mediante un análisis de la piel realizado por personal médico.
La tasa de lactancia materna en el Reino Unido es una de las más bajas del mundo. Sólo el 34% de los bebés (uno de cada tres) se nutren de la leche materna, frente al 49% de los bebés de Estados Unidos o el 71% de los de Noruega.
En el caso del Reino Unido, sólo el 1% de los bebés se alimenta exclusivamente de leche materna durante seis meses. A nivel mundial, solo un 40% de los lactantes menores de seis meses reciben leche materna como alimentación exclusiva, según la OMS. Si todos los niños fueran amamantados, cada año se salvarían unas 820.000 vidas infantiles en todo el mundo.
El estudio, publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA) Pediatrics, se ha basado en una muestra de 13.557 adolescentes bielorrusos participantes en el ensayo PROBIT (PROmotion of Breastfeeding Intervention Trial).
Del análisis de los datos de estos adolescentes se descubrió que los casos de eccema son un 54% menos frecuentes a los 16 años en aquellos bebés cuya madre, bien supervisada, practicó la lactancia materna exclusiva.
El eccema es una enfermedad de la piel que se caracteriza por la aparición de manchas rojas acompañadas de picor intenso. Provoca lesiones cutáneas como piel seca y rojiza, grietas y picazón. Afecta a uno de cada cinco niños y a uno de cada diez adultos en los países desarrollados.
Los investigadores del estudio PROBIT reunieron a 17.046 madres y sus bebés lactantes entre junio de 1996 y diciembre de 1997. El análisis de los datos para este estudio se realizó 20 años después, del 9 de mayo de 2016 al 21 de abril de 2017.
Grupo de control
La mitad de las madres y de las clínicas pediátricas participantes recibieron todos los apoyos establecidos en los protocolos de la Organización Mundial de la Salud y de la UNICEF, mientras que la otra mitad de las madres desarrolló la lactancia libremente, no sujeta a protocolo alguno.
La intervención a favor de la lactancia redujo en un 50% el riesgo de eccema durante el primer año de vida de los bebés, constató la investigación. Lo sorprendente es que dieciséis años más tarde, el efecto protector de la lactancia estuvo presente todavía en la mitad de los casos, según se comprobó mediante un análisis de la piel realizado por personal médico.
La tasa de lactancia materna en el Reino Unido es una de las más bajas del mundo. Sólo el 34% de los bebés (uno de cada tres) se nutren de la leche materna, frente al 49% de los bebés de Estados Unidos o el 71% de los de Noruega.
En el caso del Reino Unido, sólo el 1% de los bebés se alimenta exclusivamente de leche materna durante seis meses. A nivel mundial, solo un 40% de los lactantes menores de seis meses reciben leche materna como alimentación exclusiva, según la OMS. Si todos los niños fueran amamantados, cada año se salvarían unas 820.000 vidas infantiles en todo el mundo.
No para el asma
En este estudio se descubrió no sólo que la lactancia materna prolongada tiene un efecto protector contra el eccema, sino también que no disminuye el riesgo de padecer asma: el 1,5% del grupo de lactantes sujetos a protocolo (108 de 7.064) informó de síntomas de asma, frente al 1,7% (110 de 6.493) del grupo de control de las madres y lactantes. Según la OMS, el asma afecta a alrededor del 3% al 7% de la población adulta, siendo más frecuente en edades infantiles.
La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva al menos durante cuatro a seis meses como una forma de prevenir alergias y otras enfermedades relacionadas, según señala el autor principal del estudio, Carsten Flohr, en un comunicado.
Este estudio ilustra la importancia de las campañas que fomentan el recurso a la lactancia materna, cuya tasa de implantación es baja en todo el mundo, añade.
PROBIT es el mayor ensayo clínico aleatorio realizado hasta la fecha en el ser humano que, después de 20 años de vida, sigue aportando datos científicos importantes para la salud. Se basa en el seguimiento a largo plazo de la vida de 17.046 madres y sus lactantes sanos originarios de la República de Bielorrusia. El seguimiento de estos casos se realiza a través de una treintena de clínicas de maternidad seleccionadas aleatoriamente.
En este estudio se descubrió no sólo que la lactancia materna prolongada tiene un efecto protector contra el eccema, sino también que no disminuye el riesgo de padecer asma: el 1,5% del grupo de lactantes sujetos a protocolo (108 de 7.064) informó de síntomas de asma, frente al 1,7% (110 de 6.493) del grupo de control de las madres y lactantes. Según la OMS, el asma afecta a alrededor del 3% al 7% de la población adulta, siendo más frecuente en edades infantiles.
La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva al menos durante cuatro a seis meses como una forma de prevenir alergias y otras enfermedades relacionadas, según señala el autor principal del estudio, Carsten Flohr, en un comunicado.
Este estudio ilustra la importancia de las campañas que fomentan el recurso a la lactancia materna, cuya tasa de implantación es baja en todo el mundo, añade.
PROBIT es el mayor ensayo clínico aleatorio realizado hasta la fecha en el ser humano que, después de 20 años de vida, sigue aportando datos científicos importantes para la salud. Se basa en el seguimiento a largo plazo de la vida de 17.046 madres y sus lactantes sanos originarios de la República de Bielorrusia. El seguimiento de estos casos se realiza a través de una treintena de clínicas de maternidad seleccionadas aleatoriamente.
Referencia
The effect of an intervention to promote breastfeeding on asthma, lung function and atopic eczema at age 16 years. JAMA Pediatrics. doi:10.1001/jamapediatrics.2017.4064
The effect of an intervention to promote breastfeeding on asthma, lung function and atopic eczema at age 16 years. JAMA Pediatrics. doi:10.1001/jamapediatrics.2017.4064