Obama en plena discusión de la reforma sanitaria de EE.UU. Official White House. Photo by Chuck Kennedy
El tema de la salud es fundamental tanto en el gobierno de un país como en cualquier compañía, ya que la salud de ciudadanos y empleados es un derecho fundamental, además de un aspecto crucial a la hora de hablar de bienestar, productividad, satisfacción personal, etc.
Asimismo, para gobiernos y empresas alrededor del mundo la salud se ha convertido en un dolor de cabeza debido a los altos costos que ésta representa y que, además, muchas veces, van acompañados de resultados poco alentadores.
Un reciente estudio de la firma consultora de recursos humanos Hewitt Associates analizó el presente y los planes futuros en el área de la salud de cerca de seiscientas grandes compañías estadounidenses -que juntas suman más de diez millones de empleados- y encontró que, a pesar de que aún no se conoce el futuro de la reforma de salud del gobierno de Obama, el ánimo de inversión para mejorar la salud de los trabajadores y la productividad, y para reducir los costos del cuidado de la salud, continúa creciendo.
De acuerdo con la investigación, el 65% de los directivos está invirtiendo actualmente en nuevas estrategias y soluciones de largo plazo para mejorar la salud y la productividad totales de su fuerza de trabajo, y la cifra sube al 80% cuando se trata de aquellos que planean enfocarse en este punto en los próximos tres a cinco años. Sólo el 32% manifestaron estar concentrados principalmente en controlar sus costos de salud anuales y sólo el 3% expresó estar alejándose del cubrimiento directo de la salud.
La salud como prioridad de los directivos
Aunque los autores del estudio reconocen que las empresas apenas están empezando a implementar estrategias y tácticas que las ayuden a frenar el incremento de los costos de la salud y a buscar resultados más positivos en este campo, las cifras demuestran que están bien encaminadas y que están progresando. Los autores hacen énfasis en que cada vez más los directivos están reconociendo que los programas dirigidos a satisfacer necesidades puntuales de los empleados constituyen las mejores bases para los cambios futuros.
Según los hallazgos de la investigación, el 42% de los empresarios tiene actualmente constituida una política formal o un plan de salud estratégico, y el 80% afirma que ofrecer beneficios competitivos es un aspecto clave de su estrategia de salud. Además, temas puntuales como la administración de las enfermedades y los programas de mejoramiento de la salud continúan estando entre las prioridades de los empleadores: el 53% de las empresas tienen hoy funcionando algún programa de salud y, de las que no lo tienen, el 11% planean implementar uno durante 2010 y el 75% piensa hacerlo dentro de los próximos tres a cinco años.
Como lo explica Ken Sperling, líder del Global Health Care de Hewitt, “el cuidado de la salud es uno de los mayores gastos para una compañía. Aún así, la mayoría de las organizaciones no cuentan con un plan formal que resuma las metas de sus programas y que las ate a los objetivos del negocio. Esto hace que para las empresas sea fácil volver a lo tradicional, a tácticas menos sofisticadas de recorte de costos, cuando las cosas se ponen difíciles y se necesitan resolver desafíos de corto plazo”.
Otros de los aspectos y estrategias que hoy son tenidos en cuenta por una minoría de los directivos, pero que hacen parte de los planes del futuro cercano de otro buen número de empleadores son, por ejemplo, la creación de programas de salud mental y conductual; el ofrecimiento de incentivos a los empleados y sus familias para que participen en programas de salud; la implementación de penalidades para responder a conductas como fumar o no participar de los programas de administración de enfermedades; entre otros.
Asimismo, para gobiernos y empresas alrededor del mundo la salud se ha convertido en un dolor de cabeza debido a los altos costos que ésta representa y que, además, muchas veces, van acompañados de resultados poco alentadores.
Un reciente estudio de la firma consultora de recursos humanos Hewitt Associates analizó el presente y los planes futuros en el área de la salud de cerca de seiscientas grandes compañías estadounidenses -que juntas suman más de diez millones de empleados- y encontró que, a pesar de que aún no se conoce el futuro de la reforma de salud del gobierno de Obama, el ánimo de inversión para mejorar la salud de los trabajadores y la productividad, y para reducir los costos del cuidado de la salud, continúa creciendo.
De acuerdo con la investigación, el 65% de los directivos está invirtiendo actualmente en nuevas estrategias y soluciones de largo plazo para mejorar la salud y la productividad totales de su fuerza de trabajo, y la cifra sube al 80% cuando se trata de aquellos que planean enfocarse en este punto en los próximos tres a cinco años. Sólo el 32% manifestaron estar concentrados principalmente en controlar sus costos de salud anuales y sólo el 3% expresó estar alejándose del cubrimiento directo de la salud.
La salud como prioridad de los directivos
Aunque los autores del estudio reconocen que las empresas apenas están empezando a implementar estrategias y tácticas que las ayuden a frenar el incremento de los costos de la salud y a buscar resultados más positivos en este campo, las cifras demuestran que están bien encaminadas y que están progresando. Los autores hacen énfasis en que cada vez más los directivos están reconociendo que los programas dirigidos a satisfacer necesidades puntuales de los empleados constituyen las mejores bases para los cambios futuros.
Según los hallazgos de la investigación, el 42% de los empresarios tiene actualmente constituida una política formal o un plan de salud estratégico, y el 80% afirma que ofrecer beneficios competitivos es un aspecto clave de su estrategia de salud. Además, temas puntuales como la administración de las enfermedades y los programas de mejoramiento de la salud continúan estando entre las prioridades de los empleadores: el 53% de las empresas tienen hoy funcionando algún programa de salud y, de las que no lo tienen, el 11% planean implementar uno durante 2010 y el 75% piensa hacerlo dentro de los próximos tres a cinco años.
Como lo explica Ken Sperling, líder del Global Health Care de Hewitt, “el cuidado de la salud es uno de los mayores gastos para una compañía. Aún así, la mayoría de las organizaciones no cuentan con un plan formal que resuma las metas de sus programas y que las ate a los objetivos del negocio. Esto hace que para las empresas sea fácil volver a lo tradicional, a tácticas menos sofisticadas de recorte de costos, cuando las cosas se ponen difíciles y se necesitan resolver desafíos de corto plazo”.
Otros de los aspectos y estrategias que hoy son tenidos en cuenta por una minoría de los directivos, pero que hacen parte de los planes del futuro cercano de otro buen número de empleadores son, por ejemplo, la creación de programas de salud mental y conductual; el ofrecimiento de incentivos a los empleados y sus familias para que participen en programas de salud; la implementación de penalidades para responder a conductas como fumar o no participar de los programas de administración de enfermedades; entre otros.
La salud cuesta
Aunque la actitud de los directivos parece ser positiva con respecto a los planes de salud que tienen para sus compañías, sus preocupaciones por los altos costos de la salud, y por su continuo aumento, siguen creciendo, como lo confirman el 95% de ellos al decir que el manejo de estos costos es uno de las principales cuestiones del negocio.
Jim Winkler, líder del US Health Care de Hewitt, afirma que “La dura realidad es que con o sin reforma integral de salud, los empresarios tendrán iguales o mayores costos y problemas en la salud de sus empleados durante los próximos años. Los empleadores saben que no están obteniendo resultados con el enfoque tradicional y están dando pasos para invertir esa tendencia. Sin embargo, todavía tienen mucho trabajo para estar en un camino en el que vean cambios sostenibles y positivos que realmente muevan la aguja”.
Finalmente, es importante resaltar lo positivo de que los directivos estén asumiendo un papel activo en esta área fundamental que es la salud para así dar los primeros pasos en la dirección correcta en cuanto al mejoramiento de la salud y del bienestar de los empleados, lo que, indiscutiblemente, llevará a la obtención de resultados más positivos en las empresas y en la sociedad en general.
Aunque la actitud de los directivos parece ser positiva con respecto a los planes de salud que tienen para sus compañías, sus preocupaciones por los altos costos de la salud, y por su continuo aumento, siguen creciendo, como lo confirman el 95% de ellos al decir que el manejo de estos costos es uno de las principales cuestiones del negocio.
Jim Winkler, líder del US Health Care de Hewitt, afirma que “La dura realidad es que con o sin reforma integral de salud, los empresarios tendrán iguales o mayores costos y problemas en la salud de sus empleados durante los próximos años. Los empleadores saben que no están obteniendo resultados con el enfoque tradicional y están dando pasos para invertir esa tendencia. Sin embargo, todavía tienen mucho trabajo para estar en un camino en el que vean cambios sostenibles y positivos que realmente muevan la aguja”.
Finalmente, es importante resaltar lo positivo de que los directivos estén asumiendo un papel activo en esta área fundamental que es la salud para así dar los primeros pasos en la dirección correcta en cuanto al mejoramiento de la salud y del bienestar de los empleados, lo que, indiscutiblemente, llevará a la obtención de resultados más positivos en las empresas y en la sociedad en general.