Un fósil del futuro. Fuente: Universidad de Leicester/AlphaGalileo.
Investigadores de la Universidad de Leicester (Reino Unido) han llevado a cabo un estudio sobre los efectos duraderos del plástico en la tierra y los océanos. Sus hallazgos revelan varios puntos importantes.
Por un lado, las evidencias señalan que nuestro planeta está entrando en una auténtica "Edad de plástico", y que los plásticos pueden viajar miles de kilómetros para quedar atrapados en las "islas oceánicas de basura" .
Asimismo, revelan que si todo el plástico fabricado en las últimas décadas fuera film transparente habría suficiente como para poner una capa alrededor de toda la Tierra; y que los plásticos son tan duraderos y generalizados que van a formar los fósiles del futuro lejano de nuestro planeta.
Por úlitmo, las evidencias apuntan a que los océanos y suelos del planeta Tierra estarán enterrados bajo capas de residuos plásticos a mediados de este siglo debido a la actividad humana.
Plastificados
Los plásticos son, por tanto, una señal de que vivimos en el Antropoceno, una época en la que los humanos dominan la geología de la superficie terrestre.
Sus resultados sugieren que la superficie del planeta está siendo notablemente alterada por la producción de materiales hechos por el hombre y duraderos, que podrían generar una auténtica "Edad de plástico".
Jan Zalasiewicz, profesor de paleobiología del Departamento de Geología de la Universidad de Leicester explica al respecto que: "Los plásticos fueron más o menos desconocidos para nuestros abuelos, cuando eran niños. Pero ahora, resultan indispensables para nuestra vida. Están por todas partes - en envoltorios de comida, en recipientes de agua y leche, en los cartones de los huevos, los recipientes de yogur, etc. También constituyen la mayor parte de la ropa que usamos".
Asimismo, sigue diciendo el investigador, "los plásticos se encuentran por todas las partes de la Tierra, desde las cimas de las montañas al fondo del océano; y podrían fosilizarse en un futuro lejano. En la actualidad, cada tres años fabricamos casi mil millones de toneladas de plástico. Si todo el plástico hecho en las últimas décadas fuera film transparente, habría suficiente para envolver la Tierra. Con las tendencias actuales de producción, habrá el equivalente a varias capas más de esta misma envergadora, para mediados de siglo".
Por un lado, las evidencias señalan que nuestro planeta está entrando en una auténtica "Edad de plástico", y que los plásticos pueden viajar miles de kilómetros para quedar atrapados en las "islas oceánicas de basura" .
Asimismo, revelan que si todo el plástico fabricado en las últimas décadas fuera film transparente habría suficiente como para poner una capa alrededor de toda la Tierra; y que los plásticos son tan duraderos y generalizados que van a formar los fósiles del futuro lejano de nuestro planeta.
Por úlitmo, las evidencias apuntan a que los océanos y suelos del planeta Tierra estarán enterrados bajo capas de residuos plásticos a mediados de este siglo debido a la actividad humana.
Plastificados
Los plásticos son, por tanto, una señal de que vivimos en el Antropoceno, una época en la que los humanos dominan la geología de la superficie terrestre.
Sus resultados sugieren que la superficie del planeta está siendo notablemente alterada por la producción de materiales hechos por el hombre y duraderos, que podrían generar una auténtica "Edad de plástico".
Jan Zalasiewicz, profesor de paleobiología del Departamento de Geología de la Universidad de Leicester explica al respecto que: "Los plásticos fueron más o menos desconocidos para nuestros abuelos, cuando eran niños. Pero ahora, resultan indispensables para nuestra vida. Están por todas partes - en envoltorios de comida, en recipientes de agua y leche, en los cartones de los huevos, los recipientes de yogur, etc. También constituyen la mayor parte de la ropa que usamos".
Asimismo, sigue diciendo el investigador, "los plásticos se encuentran por todas las partes de la Tierra, desde las cimas de las montañas al fondo del océano; y podrían fosilizarse en un futuro lejano. En la actualidad, cada tres años fabricamos casi mil millones de toneladas de plástico. Si todo el plástico hecho en las últimas décadas fuera film transparente, habría suficiente para envolver la Tierra. Con las tendencias actuales de producción, habrá el equivalente a varias capas más de esta misma envergadora, para mediados de siglo".
Fósiles de plástico
El estudio señala que los plásticos tienen un impacto tan duradero sobre la geología del planeta porque son inertes y difíciles de degradar. Como resultado, ensucian el paisaje y se convierten en una parte de él, o a menudo terminan en el mar y son consumidos por peces y aves marinas.
Los plásticos pueden viajar miles de kilómetros, hasta quedar atrapados en las "grandes islas de basura oceánica ', o, eventualmente, depositarse en playas lejanas. Los plásticos eventualmente pueden hundirse hasta el fondo del mar, para convertirse en una parte de los estratos del futuro.
El auge de los plásticos desde mediados del siglo XX, ha hecho que estos se conviertan en un creciente contaminante del medio ambiente. Su distribución en ambos reinos -terrestre y marino- los convierte en un indicador clave del Antropoceno, un componente estratigráfico distintivo.
Zalasiewicz añade que: "Los plásticos continuarán penetrando en el ciclo sedimentario durante los próximos milenios (...) Una vez enterrados, y al ser tan resistentes, seguramente acaben fosilizados y dejarán una señal del material durante muchos millones de años hacia el futuro. La edad de plástico realmente podría durar varias edades". Esto sucederá aunque pueda parecer extraño pensar en los plásticos como materiales arqueológicos y geológicos, ya que son tan nuevos, concluyen los autores del estudio.
Otros restos del Antropoceno
El Antropoceno ha sido definido como un nuevo capítulo de la historia terrestre, y su comienzo se ha establecido en el inicio de las pruebas nucleares (mediados del XX). Los expertos lo han calificado como una era geológica marcada por un cambio rápido y radical, ocasionado por las actividades humanas.
En un futuro lejano, esta era se reconocerá en sedimentos acumulados en todo el planeta, y no solo plásticos, pues la gigantesca explotación de minerales de las últimas décadas ha ido dejando huellas geoquímicas por todo el mundo ; los radionucleidos artificiales de las bombas se dispersaron por la Tierra como lluvia radiactiva, dejando rastro en los estratos de la superficie del planeta (restos que, se calcula, serán detectables durante unos 100.000 años); y la exacerbada quema de hidrocarburos se ha traducido en un aumento exponencial de las emisiones de carbono a la atmósfera.
Por último, el Antropoceno ha provocado un aumento de la extinción e invasión de especies que en el futuro ya no se conocerán.
El estudio señala que los plásticos tienen un impacto tan duradero sobre la geología del planeta porque son inertes y difíciles de degradar. Como resultado, ensucian el paisaje y se convierten en una parte de él, o a menudo terminan en el mar y son consumidos por peces y aves marinas.
Los plásticos pueden viajar miles de kilómetros, hasta quedar atrapados en las "grandes islas de basura oceánica ', o, eventualmente, depositarse en playas lejanas. Los plásticos eventualmente pueden hundirse hasta el fondo del mar, para convertirse en una parte de los estratos del futuro.
El auge de los plásticos desde mediados del siglo XX, ha hecho que estos se conviertan en un creciente contaminante del medio ambiente. Su distribución en ambos reinos -terrestre y marino- los convierte en un indicador clave del Antropoceno, un componente estratigráfico distintivo.
Zalasiewicz añade que: "Los plásticos continuarán penetrando en el ciclo sedimentario durante los próximos milenios (...) Una vez enterrados, y al ser tan resistentes, seguramente acaben fosilizados y dejarán una señal del material durante muchos millones de años hacia el futuro. La edad de plástico realmente podría durar varias edades". Esto sucederá aunque pueda parecer extraño pensar en los plásticos como materiales arqueológicos y geológicos, ya que son tan nuevos, concluyen los autores del estudio.
Otros restos del Antropoceno
El Antropoceno ha sido definido como un nuevo capítulo de la historia terrestre, y su comienzo se ha establecido en el inicio de las pruebas nucleares (mediados del XX). Los expertos lo han calificado como una era geológica marcada por un cambio rápido y radical, ocasionado por las actividades humanas.
En un futuro lejano, esta era se reconocerá en sedimentos acumulados en todo el planeta, y no solo plásticos, pues la gigantesca explotación de minerales de las últimas décadas ha ido dejando huellas geoquímicas por todo el mundo ; los radionucleidos artificiales de las bombas se dispersaron por la Tierra como lluvia radiactiva, dejando rastro en los estratos de la superficie del planeta (restos que, se calcula, serán detectables durante unos 100.000 años); y la exacerbada quema de hidrocarburos se ha traducido en un aumento exponencial de las emisiones de carbono a la atmósfera.
Por último, el Antropoceno ha provocado un aumento de la extinción e invasión de especies que en el futuro ya no se conocerán.
Referencia bibliográfica:
Jan Zalasiewicz, Colin N. Waters, Juliana Ivar do Sul, Patricia L. Corcoran, Anthony D. Barnosky, Alejandro Cearreta, Matt Edgeworth, Agnieszka Gałuszka, Catherine Jeandel, Reinhold Leinfelder, J.R. McNeill, Will Steffen, Colin Summerhayes, Michael Wagreich, Mark Williams, Alexander P. Wolfe, Yasmin Yonan. The geological cycle of plastics and their use as a stratigraphic indicator of the Anthropocene. Anthropocene (2016). DOI: 10.1016/j.ancene.2016.01.002
Jan Zalasiewicz, Colin N. Waters, Juliana Ivar do Sul, Patricia L. Corcoran, Anthony D. Barnosky, Alejandro Cearreta, Matt Edgeworth, Agnieszka Gałuszka, Catherine Jeandel, Reinhold Leinfelder, J.R. McNeill, Will Steffen, Colin Summerhayes, Michael Wagreich, Mark Williams, Alexander P. Wolfe, Yasmin Yonan. The geological cycle of plastics and their use as a stratigraphic indicator of the Anthropocene. Anthropocene (2016). DOI: 10.1016/j.ancene.2016.01.002