Imagen: Unsplash. Fuente: Pixabay.
Las características psicológicas vinculan los genes con la movilidad social ascendente, de acuerdo con datos de casi 1.000 personas recogidos durante más de cuatro décadas en Nueva Zelanda, y analizados en EE.UU. Los datos sugieren que varios factores psicológicos relacionan el perfil genético de una persona con varios resultados importantes de la vida, incluyendo los logros profesionales, la seguridad financiera, la movilidad geográfica y la movilidad social ascendente.
Los resultados se publican en la revista Psychological Science, de la Asociación para la Ciencia Psicológica (APS).
El estudio, dirigido por el científico Daniel W. Belsky, de la Escuela de Medicina de la Universidad Duke (Carolina del Norte), se basa en investigaciones anteriores que indican que la genética predice el rendimiento escolar de los individuos.
En el estudio anterior, el Consorcio sobre la Asociación entre la Genética y las Ciencias Sociales examinó millones de variantes genéticas de más de 100.000 personas y encontró que estas variantes podían agregarse y convertirse en una "puntuación poligénica" vinculada con el nivel educativo.
Los participantes con las puntuaciones por encima del cero tenían más probabilidades de completar más años de estudio, mientras que aquellos con puntuaciones por debajo de cero eran propensos a tener un nivel educativo menor.
"Obtener una buena educación requiere muchas de las mismas habilidades y capacidades necesarias para salir adelante en la vida en términos más generales, por lo que planteamos la hipótesis de que la misma genética que predice el éxito en la escuela predeciría el éxito en la vida," dice Belsky.
Belsky y sus colegas utilizaron los datos longitudinales del Estudio de Dunedin, un estudio en curso que ha seguido a personas en Nueva Zelanda desde su nacimiento hasta su cuarta década. El estudio incluye una muestra representativa y tiene una tasa de abandono muy baja.
Durante el estudio, los participantes han completado tests que evalúan sus etapas de desarrollo en la infancia; sus características, comportamientos y aspiraciones a través de la adolescencia; y sus logros y resultados en la edad adulta.
Belsky y sus colegas relacionaron los genotipos de los participantes del estudio Dunedin con las asociaciones entre el genoma y el nivel de instrucción que habían sido documentadas previamente.
Los resultados revelaron que los vínculos genéticos con el nivel de instrucción predicen resultados que van mucho más allá de la finalización de la edad escolar, como habían teorizado Belsky y sus colegas.
Los investigadores encontraron que los individuos con puntuaciones poligénicas más altas eran más propensos a moverse fuera de casa en busca de oportunidades profesionale y desarrollar carreras más exitosas, eran mejores en el manejo de su dinero, y tenían cónyuges con niveles más altos de educación y mayores ingresos.
Es importante destacar, señala la nota de la APS, que los resultados indicaron que las puntuaciones poligénicas se asociaron con la movilidad social: niños con puntuaciones poligénicas más altas tendían más a alcanzar el éxito socioeconómico incluso si habían nacido en familias relativamente pobres.
La inteligencia, el autocontrol y las habilidades interpersonales (por ejemplo, ser amable) eran algunas de las características psicológicas que relacionaban los genes con los resultados vitales.
Los resultados se publican en la revista Psychological Science, de la Asociación para la Ciencia Psicológica (APS).
El estudio, dirigido por el científico Daniel W. Belsky, de la Escuela de Medicina de la Universidad Duke (Carolina del Norte), se basa en investigaciones anteriores que indican que la genética predice el rendimiento escolar de los individuos.
En el estudio anterior, el Consorcio sobre la Asociación entre la Genética y las Ciencias Sociales examinó millones de variantes genéticas de más de 100.000 personas y encontró que estas variantes podían agregarse y convertirse en una "puntuación poligénica" vinculada con el nivel educativo.
Los participantes con las puntuaciones por encima del cero tenían más probabilidades de completar más años de estudio, mientras que aquellos con puntuaciones por debajo de cero eran propensos a tener un nivel educativo menor.
"Obtener una buena educación requiere muchas de las mismas habilidades y capacidades necesarias para salir adelante en la vida en términos más generales, por lo que planteamos la hipótesis de que la misma genética que predice el éxito en la escuela predeciría el éxito en la vida," dice Belsky.
Belsky y sus colegas utilizaron los datos longitudinales del Estudio de Dunedin, un estudio en curso que ha seguido a personas en Nueva Zelanda desde su nacimiento hasta su cuarta década. El estudio incluye una muestra representativa y tiene una tasa de abandono muy baja.
Durante el estudio, los participantes han completado tests que evalúan sus etapas de desarrollo en la infancia; sus características, comportamientos y aspiraciones a través de la adolescencia; y sus logros y resultados en la edad adulta.
Belsky y sus colegas relacionaron los genotipos de los participantes del estudio Dunedin con las asociaciones entre el genoma y el nivel de instrucción que habían sido documentadas previamente.
Los resultados revelaron que los vínculos genéticos con el nivel de instrucción predicen resultados que van mucho más allá de la finalización de la edad escolar, como habían teorizado Belsky y sus colegas.
Los investigadores encontraron que los individuos con puntuaciones poligénicas más altas eran más propensos a moverse fuera de casa en busca de oportunidades profesionale y desarrollar carreras más exitosas, eran mejores en el manejo de su dinero, y tenían cónyuges con niveles más altos de educación y mayores ingresos.
Es importante destacar, señala la nota de la APS, que los resultados indicaron que las puntuaciones poligénicas se asociaron con la movilidad social: niños con puntuaciones poligénicas más altas tendían más a alcanzar el éxito socioeconómico incluso si habían nacido en familias relativamente pobres.
La inteligencia, el autocontrol y las habilidades interpersonales (por ejemplo, ser amable) eran algunas de las características psicológicas que relacionaban los genes con los resultados vitales.
Salud física
Pero había algo importante que las puntuaciones de los resultados poligénicos no predijeron. Cuando los investigadores analizaron si la puntuación poligénica predecía la salud física de los niños -medida a partir de exámenes clínicos repetidos a través de la infancia- no encontraron ninguna evidencia de una asociación.
En conjunto, los resultados ofrecen una visión de cómo los genes pueden en última instancia dar forma a nuestras vidas con el tiempo, pero los investigadores hacen hincapié en que las asociaciones entre los resultados poligénicas y los resultados vitales son pequeñas: "Podemos hacer sólo predicciones muy débiles sobre hasta qué punto un niño puede llegar en la vida basándonos en sus genes", explica Belsky.
Los datos disponibles actualmente no proporcionan suficiente información para orientar las intervenciones educativas u otras aplicaciones del mundo real; no obstante, plantean preguntas provocadoras que deben ser discutidas entre los científicos, los políticos y los ciudadanos.
"La educación de precisión u otra adaptación de los entornos a los genomas de los niños no es posible con los datos que tenemos en la mano hoy en día, pero nuestros resultados sugieren que podrían llegar a estar disponibles algún día", dice Belsky."
Pero había algo importante que las puntuaciones de los resultados poligénicos no predijeron. Cuando los investigadores analizaron si la puntuación poligénica predecía la salud física de los niños -medida a partir de exámenes clínicos repetidos a través de la infancia- no encontraron ninguna evidencia de una asociación.
En conjunto, los resultados ofrecen una visión de cómo los genes pueden en última instancia dar forma a nuestras vidas con el tiempo, pero los investigadores hacen hincapié en que las asociaciones entre los resultados poligénicas y los resultados vitales son pequeñas: "Podemos hacer sólo predicciones muy débiles sobre hasta qué punto un niño puede llegar en la vida basándonos en sus genes", explica Belsky.
Los datos disponibles actualmente no proporcionan suficiente información para orientar las intervenciones educativas u otras aplicaciones del mundo real; no obstante, plantean preguntas provocadoras que deben ser discutidas entre los científicos, los políticos y los ciudadanos.
"La educación de precisión u otra adaptación de los entornos a los genomas de los niños no es posible con los datos que tenemos en la mano hoy en día, pero nuestros resultados sugieren que podrían llegar a estar disponibles algún día", dice Belsky."
Referencia bibliográfica:
D. W. Belsky, T. E. Moffitt, D. L. Corcoran, B. Domingue, H. Harrington, S. Hogan, R. Houts, S. Ramrakha, K. Sugden, B. S. Williams, R. Poulton, A. Caspi: The Genetics of Success: How Single-Nucleotide Polymorphisms Associated With Educational Attainment Relate to Life-Course Development. Psychological Science (2016). DOI: 10.1177/0956797616643070.
D. W. Belsky, T. E. Moffitt, D. L. Corcoran, B. Domingue, H. Harrington, S. Hogan, R. Houts, S. Ramrakha, K. Sugden, B. S. Williams, R. Poulton, A. Caspi: The Genetics of Success: How Single-Nucleotide Polymorphisms Associated With Educational Attainment Relate to Life-Course Development. Psychological Science (2016). DOI: 10.1177/0956797616643070.