Imagen: SutoriMedia. Fuente: Pixabay.
Diversos estudios a lo largo del tiempo han ido demostrando la efectividad de la meditación para la mejora de la calidad de vida de las personas. Por ejemplo, investigadores como Sara Lazar, de la Universidad de Oxford, llevan años estudiando cómo la meditación afecta positivamente a las funciones cognitivas y del comportamiento.
Ahora, se ha sumado al carro de este tipo de estudios el U.S. Army Research Laboratory, el Laboratorio de Investigación Naval de los Estados Unidos, que trabaja para la Armada y el Cuerpo de Marines de dicho país.
Suena sorprendente, sí, pero lo cierto es que las investigaciones sobre los efectos de la meditación en militares se están haciendo –que sepamos- desde 2009, por ejemplo con veteranos norteamericanos que volvieron de la guerra de Irak traumatizados.
La ventana de la frecuencia cardiaca
La investigación del U.S. Army Research Laboratory (realizada en colaboración con un equipo de científicos de la Universidad del Norte de Texas) consistió en medir la variabilidad de la frecuencia cardíaca de individuos con un corazón saludable para entender cómo les afectaba el estrés.
En general, los latidos del corazón sano presentan irregularidades relacionadas con cambios en el sistema nervioso. Esto se debe a que el llamado “marcapasos natural del corazón” (el nódulo sinoauricular o nodo SA) recibe señales de las dos ramas del sistema nervioso: si se estimula el sistema nervioso parasimpático, el nodo SA disminuye la velocidad cardiaca y, si se estimula el sistema nervioso simpático, la acelera.
Así que cualquier corazón sano presenta fluctuaciones conectadas a estas dos ramas del sistema nervioso y su estado. Por tanto, dichas fluctuaciones pueden funcionar como una “ventana” por la que observar cómo está respondiendo el organismo a perturbaciones como el estrés.
Ahora, se ha sumado al carro de este tipo de estudios el U.S. Army Research Laboratory, el Laboratorio de Investigación Naval de los Estados Unidos, que trabaja para la Armada y el Cuerpo de Marines de dicho país.
Suena sorprendente, sí, pero lo cierto es que las investigaciones sobre los efectos de la meditación en militares se están haciendo –que sepamos- desde 2009, por ejemplo con veteranos norteamericanos que volvieron de la guerra de Irak traumatizados.
La ventana de la frecuencia cardiaca
La investigación del U.S. Army Research Laboratory (realizada en colaboración con un equipo de científicos de la Universidad del Norte de Texas) consistió en medir la variabilidad de la frecuencia cardíaca de individuos con un corazón saludable para entender cómo les afectaba el estrés.
En general, los latidos del corazón sano presentan irregularidades relacionadas con cambios en el sistema nervioso. Esto se debe a que el llamado “marcapasos natural del corazón” (el nódulo sinoauricular o nodo SA) recibe señales de las dos ramas del sistema nervioso: si se estimula el sistema nervioso parasimpático, el nodo SA disminuye la velocidad cardiaca y, si se estimula el sistema nervioso simpático, la acelera.
Así que cualquier corazón sano presenta fluctuaciones conectadas a estas dos ramas del sistema nervioso y su estado. Por tanto, dichas fluctuaciones pueden funcionar como una “ventana” por la que observar cómo está respondiendo el organismo a perturbaciones como el estrés.
Efectos de la meditación
Para aprovechar esto, los científicos usaron una novedosa técnica que permite cuantificar los cambios en la variabilidad de la frecuencia cardiaca (HRV) antes y durante la meditación. Aplicaron la técnica a sus observaciones durante un año.
La interpretación de los datos reveló varias cosas. En primer lugar, que la práctica a largo plazo de la meditación redujo el estrés de los militares participantes en el estudio y provocó en ellos cambios fisiológicos positivos permanentes.
Asimismo, se constató que los meditadores mostraban un control ejecutivo más fuerte, es decir, mayor capacidad de llevar a cabo un comportamiento orientado a objetivos, utilizando procesos mentales complejos y habilidades cognitivas.
Explicación neurocientífica
Susan Smalley, investigadora de la Universidad de California en Los Ángeles y fundadora del Mindful Awareness Research Center, ha dado una explicación neurocientífica de la utilidad de la meditación para el tratamiento del estrés postraumático, y no solo del producido por la guerra.
En la corteza prefrontal de nuestro cerebro existen tres redes de neuronas que serían las responsables de diversos aspectos de la atención, como la alerta, la orientación o el control ejecutivo.
Los datos obtenidos de imágenes del cerebro tomadas con exploraciones de resonancia magnética funcional (fMRI) han demostrado que a medida que la sangre rica en oxígeno llega a estas redes neuronales durante la meditación, la actividad en la amígdala y otras estructuras del sistema límbico del cerebro (asociado con las emociones y los recuerdos de sucesos emocionales) comienza a disminuir.
Por tanto, a nivel neuronal, la meditación hace que diversas estructuras cerebrales que gestionan respuestas fisiológicas ante estímulos emocionales reduzcan su actividad. En consecuencia, llega la calma de las emociones.
Todos estos efectos fisiológicos constatados de la meditación apuntan a que esta práctica podría resultar útil para reducir el TEPT, no solo en militares, sino en cualquier persona que padezca este trastorno por otras causas. También se ha señalado que una intervención conductual inmediata al trauma puede ayudar.
Para aprovechar esto, los científicos usaron una novedosa técnica que permite cuantificar los cambios en la variabilidad de la frecuencia cardiaca (HRV) antes y durante la meditación. Aplicaron la técnica a sus observaciones durante un año.
La interpretación de los datos reveló varias cosas. En primer lugar, que la práctica a largo plazo de la meditación redujo el estrés de los militares participantes en el estudio y provocó en ellos cambios fisiológicos positivos permanentes.
Asimismo, se constató que los meditadores mostraban un control ejecutivo más fuerte, es decir, mayor capacidad de llevar a cabo un comportamiento orientado a objetivos, utilizando procesos mentales complejos y habilidades cognitivas.
Explicación neurocientífica
Susan Smalley, investigadora de la Universidad de California en Los Ángeles y fundadora del Mindful Awareness Research Center, ha dado una explicación neurocientífica de la utilidad de la meditación para el tratamiento del estrés postraumático, y no solo del producido por la guerra.
En la corteza prefrontal de nuestro cerebro existen tres redes de neuronas que serían las responsables de diversos aspectos de la atención, como la alerta, la orientación o el control ejecutivo.
Los datos obtenidos de imágenes del cerebro tomadas con exploraciones de resonancia magnética funcional (fMRI) han demostrado que a medida que la sangre rica en oxígeno llega a estas redes neuronales durante la meditación, la actividad en la amígdala y otras estructuras del sistema límbico del cerebro (asociado con las emociones y los recuerdos de sucesos emocionales) comienza a disminuir.
Por tanto, a nivel neuronal, la meditación hace que diversas estructuras cerebrales que gestionan respuestas fisiológicas ante estímulos emocionales reduzcan su actividad. En consecuencia, llega la calma de las emociones.
Todos estos efectos fisiológicos constatados de la meditación apuntan a que esta práctica podría resultar útil para reducir el TEPT, no solo en militares, sino en cualquier persona que padezca este trastorno por otras causas. También se ha señalado que una intervención conductual inmediata al trauma puede ayudar.
Referencia bibliográfica:
Rohisha Tuladhar, Gyanendra Bohara, Paolo Grigolini, Bruce J. West. Meditation-Induced Coherence and Crucial Events. Frontiers in Physiology (2018). DOI:10.3389/fphys.2018.00626.
Rohisha Tuladhar, Gyanendra Bohara, Paolo Grigolini, Bruce J. West. Meditation-Induced Coherence and Crucial Events. Frontiers in Physiology (2018). DOI:10.3389/fphys.2018.00626.