La felicidad se transmite a través del sudor

Ocurre pero las personas no son conscientes de ello, según un estudio


La felicidad se transmite a través del sudor. Así lo han comprobado en los Países Bajos, en un experimento en el que se expuso a varias mujeres (más sensibles a los olores, en general) al olor del sudor de hombres sanos, cuya felicidad había sido medida previamente. Los resultados indican, sin embargo, que las mujeres no son conscientes de ese efecto. Ya se había demostrado antes que las emociones negativas, como el miedo y el asco, se transmiten también a través del sudor.


Redacción T21
16/04/2015

El político estadounidense John Edwards, mostrando una sonrisa de Duchenne. Imagen: Dvfinnh. Fuente: Wikipedia.
Los seres humanos pueden ser capaces de comunicar emociones positivas como la felicidad a través del olor del sudor, según un nuevo estudio publicado en Psychological Science, revista de la Asociación para la Ciencia Psicológica (APS) estadounidense.

La investigación indica que cuando experimentamos felicidad producimos compuestos químicos, o señales químicas, que son detectables por los que huelen nuestro sudor.

Otra investigación anterior había demostrado que las emociones negativas relacionadas con el miedo y el asco se comunican a través de regularidades detectables en la composición química del sudor, pero pocos estudios habían examinado si la misma función comunicativa se mantiene para las emociones positivas.

"Nuestro estudio demuestra que la exposición al sudor producido en un estado de felicidad induce un simulacro de felicidad en los receptores, e induce un contagio del estado emocional", explica en la nota de prensa de la APS el científico psicológico Gün Semin, de la Universidad de Utrecht (Países Bajos), investigador principal del estudio. "Esto sugiere que alguien que es feliz infundirá a los que están cerca su felicidad. En cierto modo, el sudor de la felicidad es algo así como la sonrisa -es infeccioso".

Para determinar si esta señalización química emocional se extiende a las emociones positivas, Semin y sus colegas examinaron si el sudor tomado de gente en un estado de felicidad influiría en el comportamiento, la percepción y el estado emocional de las personas expuestas al sudor.

Experimento

Los investigadores reclutaron a 12 varones de raza blanca para proporcionar las muestras de sudor para el estudio. Los participantes no fumaban ni tomaban ningún medicamento, y no se les había diagnosticado trastornos psicológicos. Durante el estudio se les prohibió consumir alcohol, tener actividad sexual, consumir alimentos olorosos, o practicar ejercicio en exceso.

Los donantes de sudor llegaron al laboratorio, lavaron y secaron sus axilas, y se les colocaron almohadillas absorbentes en cada axila. Se pusieron una camiseta prelavada y se sentaron a completar las tareas del estudio. Observaron un vídeo destinado a inducir un estado emocional particular (miedo, felicidad, neutro) y también hicieron un test de la emoción implícita, en el que se les pidió que vieran símbolos chinos y evaluaran cuán agradable o desagradable era cada uno. A continuación, las almohadillas sudoríparas fueron retiradas y almacenadas.

Para la segunda parte del estudio, los investigadores reclutaron a 36 mujeres de raza blanca, sin ningún trastorno psicológico, enfermedades respiratorias, u otra enfermedad. Los investigadores señalan que sólo se incluyó a mujeres en esta parte del estudio porque generalmente las mujeres tienen tanto un mejor sentido del olfato y una mayor sensibilidad a las señales emocionales que los hombres. El estudio era doble ciego, de tal manera que ni el investigador ni el participante conocían qué muestra de sudor se expondría al participante en el momento del experimento.

Las mujeres se sentaron en una silla y colocaron la barbilla sobre un apoya-mentón. El vial que contenía cada muestra de sudor se colocó en un soporte unido al reposa-barbillas y se abrió inmediatamente antes de la tarea del experimento. Las mujeres fueron expuestas a una muestra de sudor de cada tipo (miedo, felicidad, neutro), con un descanso de 5 minutos entre las muestras.

Resultados

Los análisis de datos iniciales confirmaron que los vídeos tuvieron influencia en los estados emocionales de los participantes masculinos -los hombres que vieron el vídeo del miedo mostraron una emoción predominantemente negativa a posteriori, y los hombres que vieron el vídeo de la felicidad mostraron una emoción predominantemente positiva.

¿Pero fueron estas emociones transmitidas a las mujeres participantes? Algunos resultados de comportamiento sugieren que la respuesta es "sí".

Los datos de expresión facial revelaron que las mujeres que estuvieron expuestas al "sudor del miedo" mostraron una mayor actividad en un músculo asociado habitualmente a las expresiones de miedo. Y las mujeres que estuvieron expuestas al "sudor feliz" mostraron actividad muscular facial más indicativa de una sonrisa de Duchenne, un componente común de las expresiones de felicidad. Se considera que este tipo de sonrisa es especialmente genuina, porque involucra músculos difíciles de manejar a voluntad.

No hubo asociación observable, sin embargo, entre las respuestas faciales de las mujeres y sus calificaciones explícitas de cómo de agradable e intenso era el sudor.

Estos resultados, dicen los investigadores, sugieren una "sincronización de comportamiento" entre el emisor (el donante del sudor) y el receptor (el que huele el sudor).

Sin embargo, las muestras de sudor no parecieron afectar a las calificaciones de las mujeres en la tarea de los símbolos chinos, lo que sugiere que las señales químicas a base de sudor no sesgan los estados emocionales implícitos.

Miedo y asco

En el estudio anterior, publicado en 2012, Semin y su equipo demostraron que el miedo y el asco también se transmiten por el sudor. Las mujeres expuestas a las señales químicas del sudor “del miedo” adoptaron expresiones faciales de temor, mientras que las que fueron expuestas a las señales químicas del sudor “del asco” adoptaron expresiones faciales de repugnancia.

Además, las señales químicas del miedo provocaron adquisición sensorial en las mujeres (aumento de la magnitud de olfateo y de exploración ocular), mientras que las señales químicas de asco evocaron el rechazo sensorial (reducción de la magnitud de olfateo, de la sensibilidad de detección de objetivos, y de exploración ocular). Como en el caso de la felicidad, las mujeres no fueron conscientes de estos efectos.

Los científicos señalan que este fenómeno podría muy bien contribuir al tipo de contagio emocional que a menudo se produce en determinadas situaciones, como cuando se extiende el pánico en densas aglomeraciones.

Asimismo, un estudio realizado en Israel constató que las lágrimas de las mujeres reducen el deseo sexual de los hombres.

Referencia bibliográfica:

Jasper H. B. de Groot et al.: A Sniff of Happiness. Psychological Science (2015). DOI: 10.1177/0956797614566318.



Redacción T21
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