La extensión del hielo marino del Ártico bate récords a la baja

Las temperaturas superficiales también superan los registros históricos, según análisis de la NASA


Las temperaturas superficiales globales y la extensión del hielo del Ártico han batido récords en el primer semestre del año, según análisis de la NASA sobre observaciones terrestres y datos de satélite. La extensión del hielo del Ártico cubre un 40 por ciento menos de superficie que a finales de 1970.


NASA/T21
20/07/2016

Trozos de hielo marino, estanques de fusión y aguas abiertas, vistas desde 450 metros el pasado sábado. Fuente: NASA/Goddard/Operación IceBridge.
Dos indicadores clave del cambio climático -las temperaturas superficiales globales y la extensión del hielo del Ártico- han roto numerosos registros en la primera mitad de 2016, según los análisis de la NASA de observaciones en tierra y datos de satélite.

Cada uno de los seis primeros meses de 2016 estableció un récord como el mes más cálido a nivel mundial en el registro de temperatura moderno, que data de 1880, de acuerdo con científicos del Instituto Goddard de Estudios Espaciales (GISS) de Nueva York (EE.UU.). El período de seis meses de enero a junio fue también el medio año más caliente de la historia, con un promedio de temperatura de 1,3 grados centígrados más caliente que a finales del siglo XIX.

Cinco de los seis primeros meses de 2016 también superaron por debajo los registros récord mensuales de hielo marino en el Ártico desde que comenzaron los registros satelitales sistemáticos en 1979, según los análisis desarrollados por los científicos del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, en Greenbelt (Maryland). La única excepción, marzo, registró el segundo dato más pequeño para ese mes.

En todo caso, los científicos de la NASA dicen en la nota de prensa oficial que es más significativo que la temperatura global y el hielo marino del Ártico continúen sus tendencias de cambio de las últimas décadas.

La extensión de hielo marino del Ártico en el pico de la temporada de deshielo del verano ahora normalmente cubre un 40 por ciento menos de superficie que a finales de 1970 y principios de 1980. La extensión en septiembre, el punto más bajo de la temporada en el ciclo anual, se ha ido reduciendo a un ritmo de un 13,4 por ciento por década.

"Si bien el fenómeno de El Niño en el Pacífico tropical este invierno dio un impulso a la temperatura global a partir de octubre, es la tendencia subyacente la que está produciendo estas cifras récord", dice el director del GISS, Gavin Schmidt.

Anteriores episodios de El Niño han conducido a temperaturas que entonces eran niveles récord, como en 1998. Pero en 2016, incluso con efectos reducidos del reciente El Niño, las temperaturas globales han aumentado mucho más allá de las de hace 18 años a causa del calentamiento general que ha tenido lugar en ese tiempo.

La tendencia mundial de aumento de las temperaturas ha sido superada por el calentamiento regional del Ártico, dice Walt Meier, científico del hielo marino en Goddard.

Mediciones

Además de mantener 19 misiones espaciales de observación de la Tierra, la NASA también envía investigadores por el mundo para investigar las diferentes facetas del planeta más de cerca.

La Operación IceBridge de la NASA comenzó la semana pasada una serie de mediciones desde el aire de los estanques de fusión en la superficie de la capa de hielo marino del Ártico. Los estanques de fusión son piscinas de poca profundidad que se forman cuando el hielo se derrite. Su superficie, más oscura, puede absorber más luz solar y acelerar el proceso de fusión.

Estudios recientes han observado que la formación de estanques de fusión a principios del verano es un buen predictor de la extensión del hielo marino mínima anual en septiembre.

La Operación IceBridge lleva desde 2009 sobrevolando ambos polos.

Al mismo tiempo, los investigadores de la NASA comenzaron en serio este año un estudio de casi una década de duración de múltiples facetas de los ecosistemas del Ártico en Alaska y Canadá. El Experimento sobre la Vulnerabilidad del Ártico-Boreal (ABoVE, por sus siglas en inglés) estudiará cómo están respondiendo los bosques, el permafrost y otros ecosistemas al aumento de las temperaturas en el Ártico.

ABoVE consiste en docenas de experimentos individuales que durante años estudiarán los bosques cambiantes de la región, el ciclo de movimiento de carbono entre la atmósfera y la tierra, el deshielo del permafrost, o la relación entre el fuego y el cambio climático, entre otras cosas.



NASA/T21
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