La exposición a campos magnéticos duplica las posibilidades de hijos con leucemia

Una investigación canadiense establece una relación directa entre la leucemia infantil y los aparatos eléctricos


Una investigación realizada en Canadá sobre medio millar de madres con hijos aquejados de leucemia ha podido determinar que la exposición acumulativa y máxima a los campos magnéticos que generan los aparatos eléctricos durante el embarazo duplica las posibilidades de alumbrar niños que terminen desarrollando la leucemia. Aunque no es concluyente, la investigación constituye la primera constatación científica de la relación directa que puede existir entre los campos magnéticos y la leucemia y confirma lo que anteriores trabajos habían sugerido. Por Vanessa Marsh.


Vanessa Marsh
09/11/2003

Las mujeres embarazadas expuestas a los campos magnéticos que generan los aparatos eléctricos tienen el doble de posibilidades respecto a las demás madres de alumbrar hijos que sufrirán leucemia infantil, según una investigación desarrollada en Canadá que constituye la primera constatación científica de la relación directa que puede existir entre los campos magnéticos y un tipo concreto de cáncer.

El estudio fue realizado por Claire Infante-Rivard, de la Universidad McGill, y Jan Erik Deadman, del Centro de Investigación del hospital Sainte-Justine, y ha sido publicado en la revista Epidemiology, perteneciente a la International Society for Environmental Epidemiology.

Aunque hasta ahora la Organización Mundial de la Salud ha considerado los campos magnéticos sólo como posible factor de cáncer para las personas, la investigación canadiense confirma lo sugerido por investigaciones anteriores.

La investigación canadiense descubre nuevas evidencias de que existe una relación directa entre la exposición a los campos magnéticos en el trabajo durante el embarazo y la aparición de la leucemia linfoblástica aguda, que es la forma más frecuente de leucemia infantil.

Casi 500 niños investigados

Los investigadores censaron a todos los niños con diagnóstico de leucemia en la región de Montreal entre 1991 y 1993 e interrogaron a 491 de sus padres. A efectos comparativos, desarrollaron el mismo interrogatorio a un grupo de padres de 493 niños no leucémicos.

El interrogatorio se centró especialmente sobre la actividad laboral de las madres a partir de los 18 años, así como sobre sus condiciones de trabajo durante el embarazo e incluso desde dos años antes de quedar encinta.

El interrogatorio también indagaba específicamente sobre los tipos de aparatos eléctricos presentes en los entornos maternos durante el trabajo, con la finalidad de establecer la intensidad de las exposiciones a los campos magnéticos a las que habían estado expuestas las madres investigadas.

El resultado del trabajo estableció que las operadoras de máquinas de coser y las trabajadoras electrónicas son las más expuestas a alumbrar niños que finalmente manifestaban la leucemia: 27 de las madres de niños enfermos habían ocupado estos empleos, frente a las 11 del grupo de contraste.

Conclusiones no definitivas

La investigación estableció asimismo que todos los fetos de madres expuestas a niveles elevados de campos magnéticos corren riesgos de contraer leucemia, particularmente si las exposiciones son acumulativas y máximas, ya que estas exposiciones pueden desencadenar los primeros factores que provocan la leucemia infantil.

Los autores de la investigación destacan que sus conclusiones no son definitivas y que deben ser refrendadas por otros trabajos antes de que pueda establecerse una relación directa de causa-efecto entre las radiaciones magnéticas durante el embarazo y la leucemia infantil.

Las investigaciones sobre las relaciones que existen entre los campos magnéticos y la salud han sido abundantes en los últimos años y han llegado a conclusiones contradictorias.

Los campos magnéticos se encuentran en torno a los aparatos eléctricos y los cables que los alimentan y se generan cuando la electricidad circula dentro del aparato o a través de los cables.

Campos ELF

Estos campos tienen una frecuencia muy baja y se denominan ELF (Extremely Low Frequency en inglés). Se generan cuando la corriente eléctrica se propaga. Cuanto más elevada es la corriente y más cerca está una persona de estos aparatos, mayor es también la exposición a estos campos.

Siempre se ha investigado si estos campos son cancerígenos, ya que se sabe que interactúan con los tejidos induciendo en ellos campos eléctricos, pero se ha considerado que, debido a su débil intensidad, su incidencia sobre la salud es irrelevante.

Los estudios realizados desde 1979 sobre estos riesgos no han aportado evidencias de que la exposición a los campos ELF causen daños a las moléculas biológicas o el ADN, bien provocando el cáncer o bien favoreciendo su aparición.

Recientes estudios, sin embargo, han detectado que cuando se produce una exposición excesiva a los campos magnéticos, se duplica el caso de niños que desarrollan la leucemia, aspecto que ha venido a reforzar ahora la investigación canadiense.

La leucemia infantil es escasa, al igual que las exposiciones excesivas a los campos magnéticos, a pesar de lo cual las investigaciones alertan de riesgos a tener en cuenta para prevenir situaciones dañinas para la salud de las madres y de sus hijos.




Vanessa Marsh
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