Señales eléctricas pueden ser transmitidas al menos cuatro veces más deprisa que la velocidad de la luz utilizando un equipo que puede encontrarse en cualquier centro escolar y que vale 511 euros, según han demostrado Jeremy Munday y Bill Roberston, de la Universidad de Tennessee.
La proeza es relatada por la revista NewScientist. El artículo original lo ha publicado el Instituto Americano de Física.
Hasta ahora se había conseguido superar la velocidad de la luz para distancias cortas, de unos metros solamente, y a través de sofisticados y caros equipos de investigación. Lo que han conseguido Munday y Roberston es superar la velocidad de la luz para una distancia de 120 metros y con un sencillo instrumental científico que se montó en cuarenta minutos.
Ambos fabricaron un cable de esa longitud en secciones de seis a ocho metros que tenían cada una de ellas una resistencia eléctrica diferente. Después transmitieron dos ondas eléctricas con diversas velocidades a través del cable híbrido.
Relatividad de Einstein
Estas ondas, al interferir entre sí, producen impulsos eléctricos que pueden ser observados a través de un caleidoscopio. Su evolución varía por las diferentes resistencias eléctricas presentes en el cable, permitiendo a las señales eléctricas aumentar y disminuir su velocidad.
En este experimento, lo que consiguieron estos jóvenes investigadores fue enviar una señal de un extremo al otro del cable a la velocidad de cuatro mil millones de kilómetros a la hora.
Según la Relatividad de Einstein, es imposible que ningún cuerpo viaje más rápido que la velocidad de la luz en el vacío. Sin embargo, bajo ciertas condiciones el efecto combinado de ondas diferentes puede conseguir que en algunos momentos la energía supere la velocidad de la luz.
Las aplicaciones tecnológicas del descubrimiento no serán en cualquier caso inmediatas porque lo que se está transmitiendo a esas velocidades no son partículas o información física. Todavía no es posible enviar datos útiles más deprisa que la velocidad de la luz porque la velocidad debilita la señal, aunque el descubrimiento puede aumentar en más del 50% las velocidades de las señales eléctricas en ordenadores y instrumentos de telecomunicaciones.
Por eso puede decirse que esta aportación no dejará de revolucionar y perfeccionar la potencia de la sociedad de la información y de sus soportes tecnológicos, aunque de momento la información deba seguir viajando por debajo de la velocidad de la luz y esperar la llegada de los ordenadores cuánticos, que permitirán que viaje como si fuera una onda.
La proeza es relatada por la revista NewScientist. El artículo original lo ha publicado el Instituto Americano de Física.
Hasta ahora se había conseguido superar la velocidad de la luz para distancias cortas, de unos metros solamente, y a través de sofisticados y caros equipos de investigación. Lo que han conseguido Munday y Roberston es superar la velocidad de la luz para una distancia de 120 metros y con un sencillo instrumental científico que se montó en cuarenta minutos.
Ambos fabricaron un cable de esa longitud en secciones de seis a ocho metros que tenían cada una de ellas una resistencia eléctrica diferente. Después transmitieron dos ondas eléctricas con diversas velocidades a través del cable híbrido.
Relatividad de Einstein
Estas ondas, al interferir entre sí, producen impulsos eléctricos que pueden ser observados a través de un caleidoscopio. Su evolución varía por las diferentes resistencias eléctricas presentes en el cable, permitiendo a las señales eléctricas aumentar y disminuir su velocidad.
En este experimento, lo que consiguieron estos jóvenes investigadores fue enviar una señal de un extremo al otro del cable a la velocidad de cuatro mil millones de kilómetros a la hora.
Según la Relatividad de Einstein, es imposible que ningún cuerpo viaje más rápido que la velocidad de la luz en el vacío. Sin embargo, bajo ciertas condiciones el efecto combinado de ondas diferentes puede conseguir que en algunos momentos la energía supere la velocidad de la luz.
Las aplicaciones tecnológicas del descubrimiento no serán en cualquier caso inmediatas porque lo que se está transmitiendo a esas velocidades no son partículas o información física. Todavía no es posible enviar datos útiles más deprisa que la velocidad de la luz porque la velocidad debilita la señal, aunque el descubrimiento puede aumentar en más del 50% las velocidades de las señales eléctricas en ordenadores y instrumentos de telecomunicaciones.
Por eso puede decirse que esta aportación no dejará de revolucionar y perfeccionar la potencia de la sociedad de la información y de sus soportes tecnológicos, aunque de momento la información deba seguir viajando por debajo de la velocidad de la luz y esperar la llegada de los ordenadores cuánticos, que permitirán que viaje como si fuera una onda.