La economía colaborativa ya es un pilar del desarrollo canadiense

El año pasado, sólo el transporte y el alojamiento compartido facturaron más de 1.000M de dólares


La economía colaborativa se ha convertido en uno de los pilares de la economía canadiense, según las últimas estadísticas. Casi uno de cada diez canadienses usa alojamiento o transporte compartido, y se gasta más de mil millones de dólares canadienses en estos servicios. La mentalidad de la población ha evolucionado rápidamente hacia lo colaborativo, si bien la desconfianza social todavía es notable.


Marta Lorenzo
31/03/2017

Casi uno de cada diez canadienses recurrió a un servicio de alojamiento o transporte entre particulares, tipo AirBnb o Uber, según un estudio publicado esta semana sobre el periodo comprendido entre noviembre de 2015 y octubre de 2016.

En este tiempo, 2,7 millones de personas utilizaron uno de estos servicios entre particulares, conseguidos a través de plataformas digitales, según el estudio.

Estas personas se gastaron más de mil millones de dólares canadienses (más de 700 millones de euros) en servicios de alojamiento o transporte compartido en el último año, lo que según Estadísticas de Canadá convierte a la economía compartida en un motor de la economía canadiense.

Las personas comprendidas entre los 18 y los 34 años son los usuarios más comunes de los servicios de coche con conductor, como Uber o Lyft, con una proporción equivalente de hombres y mujeres. La facturación por estos servicios ascendió a 241 millones de dólares canadienses en ese período.

Los usuarios canadienses de servicios de transportes entre particulares gastaron de media 122 dólares canadienses en ese período. Los gastos en alojamiento privado, sin embargo, fueron muy superiores, superando los 1.000 millones de dólares canadienses, de los cuales el 63% fueron en estancias fuera del país.

De media, cada canadiense gasta 890 dólares canadienses por un servicio de alojamiento entre particulares, como Airbnb o Flipkey.

Hace dos años, una encuesta mundial de Nielsen señalaba que el 68% de las personas del mundo estaban dispuestas a compartir o alquilar objetos personales, mientras que el 81% estaba dispuestas a alquilárselos a otros.

Según esa encuesta, los canadienses eran más reservados para compartir estos servicios entre particulares, ya que sólo el 45% estaban dispuestos a alquilar sus cosas, mientras  que el 42% estaba dispuesto a alquilárselas a otros.

Las últimas estadísticas señalan todo lo que ha cambiado la mentalidad de la población sobre esta nueva forma de economía, si bien según una encuesta de Allianz Global Assistance, que acaba de difundirse, sólo el 37% de los canadienses se fía de los servicios ofertados por la economía colaborativa.

Desconfianza social

La misma encuesta, realizada por IPSOS, reveló asimismo que el 27% de los canadienses considera que estos servicios no son de fiar, mientras que el 36% los consideran inseguros. El 49% desconocía los servicios encuadrados en el marco de la economía colaborativa.

Sólo entre los jóvenes esta percepción mejora: del 55% de los canadienses dispuestos a utilizar uno de los servicios de la economía colaborativa en los próximos meses, el 51% tienen entre 18 y 34 años, dato que coincide con lo reflejado en la estadística oficial.

Estos jóvenes añaden incluso que se fían más de los servicios de la economía colaborativa que de los servicios tradicionales de transporte o alojamiento.

Allianz considera también, respecto a la economía colaborativa, que puede aumentar los riesgos de indemnización por responsabilidad civil. Señala en su informe que un accidente de circulación que implique a un coche autónomo compartido, afecta por un lado al fabricante, al proveedor informático del servicio, al operador de la flota y eventualmente a los terceros afectados por el accidente, lo que complica el reparto de responsabilidades y la reglamentación de los siniestros.



Marta Lorenzo
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