La desigualdad social se basa en las leyes de la Física, según una nueva teoría

Es necesario que los ciudadanos se comprometan a mejorar el modelo de sociedad para hacerla más armónica


La desigualdad social se basa en las leyes de la Física, señala un artículo de la revista Journal of Applied Physics. Se corresponde con la evolución de los sistemas que llevan a las sociedades a crecer, a expandirse y a crear jerarquías y desigualdades. Es necesario que los ciudadanos, las escuelas, las empresas y el gobierno, se comprometan a mejorar el modelo de sociedad para hacerla más armónica.


Redacción T21
29/03/2017

Adrian Bejan, un profesor de la Universidad de Duke, propone una hipótesis para explicar la creciente desigualdad social. Considera que se explica por la Teoría Constructal, que desarrolló en la década de los 90, según se informa en un comunicado.

Las leyes de la Física gobiernan todo lo que se mueve y nada se mueve si no es impulsado. La presión necesita energía, la energía necesita carburante, ya sea alimento en el caso de los seres vivos, o gasolina en el caso de los vehículos. Y la cantidad de carburante consumida por una nación está vinculada directamente con su crecimiento. Por eso puede decirse que la física y la economía son las dos caras de una misma moneda, razona Bejan.

La ley física que rige la desigualdad de la riqueza fue descubierta por Bejan en 1996. Esta ley, conocida como Teoría Constructal, estipula que para sobrevivir, todos los sistemas deben evolucionar para aumentar su circulación.

Por ejemplo, el sistema vascular humano ha evolucionado para suministrar un flujo sanguíneo suficiente a través de anchas arterias que se distribuyen en numerosos y pequeños capilares sanguíneos. Los ríos y los árboles muestran la misma evolución.

“La Ley Constructal extiende el poder de la física sobre todos los fenómenos del diseño evolutivo y la organización, desde la geofísica a la biología, la tecnología y la organización social", explica Bejan.

En un nuevo artículo publicado ahora en Journal of Applied Physics, Bejan dice que la misma tendencia natural gobierna la circulación de bienes, servicios y dinero en las economías del mundo.  Lo que hace es aplicar la Ley Constructal a la distribución de la riqueza, destacando que está estrechamente vinculada al movimiento evolutivo de todos los "flujos" de la sociedad.

"Es un tributo al poder de la física, explica Bejan. La economía y la organización social son fenómenos físicos, añade".

Todos los movimientos son naturalmente jerárquicos, señala. El tráfico rodado funciona gracias a grandes autopistas que se superponen a las carreteras comarcales. La flota de vehículos que circula por ellas muestra la misma tendencia, con grandes camiones y autobuses que transportan mercancías y personas a largas distancias, mientras que los coches particulares transportan a pequeños grupos de pasajeros, generalmente en distancias cortas.

Movimiento, jerarquía, riqueza y desigualdad

Esta misma tendencia se aprecia en el reino animal, señala Bejan, con especies de gran tamaño que atraviesan grandes distancias, al mismo tiempo que especies más pequeñas permanecen por lo general en el mismo sitio. Y concluye: si el movimiento es jerárquico, la riqueza también.

Según Bejan, la sociedad humana comenzó con pocas ciudades en las que sus habitantes por lo general eran más o menos pobres. Cuando las comunidades construyeron carreteras y se comunicaron entre sí, los desplazamientos se dispararon, al igual que sus economías y las desigualdades sociales, por efecto de la diferente distribución de la riqueza.

Esta tendencia infinita está activa en la actualidad con la globalización en plena efervescencia, en la cual la circulación de bienes continúa creando desigualdad en la distribución de la riqueza.

A medida que el tiempo pasa y que evolucionan las sociedades, el movimiento y consumo de energía también aumentan y las desigualdades económicas se hacen más grandes.

Sin embargo, surge un problema, apunta Bejan. Cuando aumentan las desigualdades, la población demanda más equilibrios. Los gobiernos representativos votan entonces leyes para disminuir las desigualdades, pero con el tiempo vuelven a ampliarse las diferencias y la gente se pregunta por qué son tan difíciles de erradicar.

Según Bejan, este fenómeno es una ley natural de la física que nunca podrá evitarse. Los gobiernos que han intentado imponer la igualdad social han obtenido resultados trágicos y pone como ejemplo la revolución bolchevique.

También ha pasado que para instaurar una igualdad universal, algunos gobernantes se han hecho inmensamente ricos. Y en la actualidad, en Rusia reinan los oligarcas. La física una vez más se concreta, concluye Bejan. Por eso la desigualdad en la distribución de la riqueza es difícil de eliminar.

A medida que la riqueza se vuelve cada vez más desequilibrada, la esperanza de Bejan es que las personas se empoderen para reclamar más igualdad social. Es necesario que los  ciudadanos, las escuelas, las empresas y el gobierno, se comprometan a mejorar el modelo de sociedad para hacerla más armónica, lo que implica una nueva evolución del Estado de Derecho, señala Bejan.

Es una manera de decir, siguiendo su razonamiento, que si hemos sido capaces de desviar el curso de los ríos para aprovechar su caudal, también podremos modificar la inercia social que aporta la naturaleza para conseguir que sea más acorde con la igualdad social que nos corresponde como especie.

Referencia

Wealth inequality: The physics basis. Journal of Applied Physics 121, 124903 (2017); doi: http://dx.doi.org/10.1063/1.4977962

 
 



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