La crisis obliga a trasladar la oficina a casa

Un estudio publicado por WorldatWork revela que aumenta el porcentaje de personas que trabajan desde sus hogares


A medida que las empresas redujeron su número de contrataciones, el lugar de trabajo para muchos trabajadores se alejó de las oficinas para instalarse en los hogares, dando lugar a una mayor cantidad de “trabajo en solitario”. A pesar del aparente ahorro de costes de este sistema, lo cierto es que el trabajo a distancia puede conllevar también una falta de comunicación y poner en peligro la productividad a largo plazo, señalan los especialistas. Aún así, según un estudio de WorldatWork, entre 2008 y 2010 el porcentaje de americanos que trabajaba desde sus hogares aumentó un 12%, una situación que ha sido analizada por varios expertos. Por Iván Abreu Anaya.


Iván Abreu Anaya
05/09/2011

Mientras la economía coquetea con una recaída en la recesión y los mercados laborales parecen abrirse a la contratación de personal, un número creciente de personas va a trabajar cada día desde una esquina de su casa, una oficina privada e incluso una mesa en el local del café vespertino.

Como datos a resaltar, los trabajadores independientes representan alrededor del 30% de la fuerza laboral de Estados Unidos, aunque esta cifra no incluye a los teletrabajadores que forman parte de una empresa, sino a quienes trabajan desde su casa. Por otro lado, el informe Telework 2011 de Worldatwork ha revelado recientemente que el porcentaje de personas que trabaja desde sus hogares ha aumentado un 12% en los últimos años.

Opinión de los expertos

¿Qué dicen al respecto los expertos? Según declaraciones de Maurice Schweitzer profesor de operaciones y gestión de información en la Universidad de Wharton en Pensilvania, aparecidas en un artículo de KnowledgeWharton : "Es más fácil lograr el estado de ánimo adecuado para trabajar cuando todos los que te rodean están trabajando". Sin una oficina, "tú mismo debes crear toda la estructura."

Para recrear el lugar de trabajo hace falta más que comprar un teléfono y un ordenador portátil. Los trabajadores solitarios también deben asumir una mayor responsabilidad de su propia imagen profesional, oportunidades de capacitación y motivación. Los expertos señalan que, si no lo hacen, corren el riesgo de perjudicar su propio crecimiento profesional. Las empresas también deben ocuparse de la brecha. A pesar del aparente ahorro de costes de los trabajadores fuera de las instalaciones, las conexiones remotas podrían conducir a la falta de comunicación entre directivos y empleados, y a largo plazo incidir directamente en la productividad de la empresa.

Recientes estudios apuntan a que estar físicamente separados de los compañeros de trabajo crea dificultades tanto interna como externamente. Uno de los problemas más frecuentes: sin una oficina física, puede ser difícil para algunos trabajadores encontrar un equilibrio entre el trabajo y el resto de su vida, afirma el profesor Stewart Friedman que estudia cómo integrar el trabajo, la vida, la comunidad y uno mismo.

Para aquellos que son de mentalidad independiente, trabajando desde su casa pueden ser más productivos que trabajando dentro de una oficina, ya que los libera de distracciones y les permite trabajar a su antojo. Para otros, la vida en el hogar se interpone en el camino. "Hay todo tipo de otras actividades que puedan ser una distracción del trabajo. Entonces, la solución sería un mayor sentido de la disciplina sobre la creación de límites a la hora de relacionar trabajo y hogar."

Crear el ambiente adecuado

Algunas personas necesitan más límites que las demás, señala por su parte la catedrática Nancy Rothbard, que ha estudiado cómo la gente mezcla o separa su trabajo de su vida personal. Luego hay gente en el otro extremo del espectro que realmente desea mantener su trabajo y su vida personal aparte. "Para este grupo, el trabajo en casa sería "un desastre", afirma Rothbard.

Monica McGrath, consultora de liderazgo y catedrática, recomienda un espacio exclusivo en el hogar para trabajar o una oficina compartida, en ninguno de los casos un local de café es una buena opción, pues está lleno de distracciones. "Es muy fácil dar por sentado que todo lo que se necesita es un teléfono y un escritorio. Lo que realmente necesitamos es una nueva forma de definir nuestra carrera", dice McGrath. Sin la estructura de la oficina, los “trabajadores en solitario” pueden sucumbir a "la distracción de la ropa, las mascotas, los vecinos, amigos en busca de compañía, el aburrimiento y otros tipos de demandas. Si bien todas estas cosas pueden distraer su mente del trabajo, el hecho es que en realidad no se puede lavar la ropa en el trabajo."

Por otro lado, en un estudio presentado recientemente en la Academy of Management, Susan J. Ashford, profesora de administración y organizaciones en la Escuela de Stephen M. Ross de Negocios de la Universidad de Michigan, llevó a cabo entrevistas en profundidad con los denominados “trabajadores solitarios” sobre cómo mantener la motivación, y descubrió que muchos necesitan crear una narrativa más amplia del significado de su trabajo.

Para algunos, como un fabricante de alfombras quien comparó su taller en el sótano al estudio de Picasso, las historias eran estrictamente imaginarias. Otros crearon el ego para impulsar su entorno, como el analista financiero que relató que en su oficina se sentia como en la cabina de un avión a reacción que le permite vuelos de mayor altitud, y, por tanto, de mayor autonomía. Utilizar la narrativa ayudó a mantener la motivación cuando el dinero tuvo niveles reducidos o la tensión aumentó. "Cuanta más libertad se tiene en un trabajo, más lo deseas realizar" dice Ashford.

La llegada del “Face Time Virtual”

La distribución del tiempo personal, el espacio para trabajar y la motivación son sólo el primer paso: Los empleados a distancia también tienen que trabajar para mantenerse en comunicación constante mientras luchan contra la idea errónea de que en realidad no están trabajando porque están en casa. En la actualidad, una videollamada o inclusive una video conferencia a través de skype puede lograr esa sensación de cercanía con sus directivos y dar mejores resultados.

"Existe una percepción de ilegitimidad al respecto", señala Debra Osnowitz profesora de sociología en la Universidad Clark, autora de Freelancing Expertise -. Profesionales del contrato en la nueva economía, los trabajadores a distancia tienen que hacer esfuerzos adicionales para comunicar que el trabajo se hará. Osnowitz llegó a esta conclusión tras realizar diversas entrevistas con escritores freelance, editores, programadores e ingenieros. "Estar fuera de la oficina y fuera de la vista de los jefes significa tener que ser responsables y claros", dice. "No se puede depender sólo de estar ahí en el lugar para indicar que se está atento a lo que el cliente quiere".

El profesor Peter Cappelli está de acuerdo. "En muchas organizaciones, si no la mayoría, todavía hay una prima basada en el tiempo “cara a cara” cuanto más me ves, más sientes como jefe que estoy trabajando o soy valioso , sobre todo en trabajos que no cuentan con medidas claras de desempeño".

La falta del tiempo “cara a cara” hace que sea más difícil para los trabajadores fuera del lugar cultivar las relaciones profesionales que pueden crecer dentro de una empresa. "Cara a cara, la comunicación permite a las personas generar confianza y comunicarse de forma más completa", según Schweitzer, el típico apretón de manos, una palmada en la espalda, bromas y charlas de oficina que desaparecen cuando los trabajadores están solo remotamente conectados. Friedman señala. "Se pierde gran parte de los beneficios de la interacción social”.

La solución no es dejar el teletrabajo, según los expertos, si usted está trabajando en el aislamiento social, lo que tiene que hacer es un esfuerzo adicional para tomar medidas de prevención ante la falta de comunicación o compensar la misma. La clave es adaptarse a los cambios aceptando el nuevo reto profesional e intentar dar el cien por cien de sus capacidades en el trabajo demandado, sin dejar de lado la capacitación continua.




Iván Abreu Anaya
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