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Con la revolución tecnológica y la globalización es difícil concebir el antiguo modelo del buscador de empleo puerta a puerta. En pleno siglo XXI son las propias empresas las que invitan a sus candidatos a aspirar a sus vacantes a través de Internet. Sin embargo, tras la eficaz herramienta que simplifica el trabajo del parado y le evita largos recorridos diarios en búsqueda de un empleo existe un enorme peligro: ser engañados.
Con una cifra que roza los seis millones de parados en España según el Instituto Nacional de Estadística (INE), los negocios en auge son los portales que ofertan empleo en “reconocidas empresas”. Parece la opción perfecta para los 5 millones 778 mil 100 desempleados, pero en realidad termina por convertirse en una verdadera oportunidad de negocio para “los más listos”: las empresas que ofrecen cero beneficios y a cambio le dan al parado la posibilidad de decir: tengo trabajo. Aunque su tarea, en muchos casos, no sea siquiera remunerada.
La cuestión pareciera algo psicológico, estar en paro parece más que una circunstancia un estado de ánimo del ciudadano que le lleva a aceptar cualquier oferta, con tal de dejar atrás una condición que le vulnera, estar inactivo.
Los desempleados, por desesperación, parecen estar dispuestos a afrontar confusos procesos de selección en empresas fantasma que ofrecen un mes de “empleo a prueba” sin sueldo, sin bonificaciones y en muchos casos sin estar dados de alta dentro de la empresa.
Una situación ilegal en toda regla cuyo único beneficio para la víctima es la posibilidad de estar activa y “trabajando” aunque sea a prueba y sin sueldo. Le mantiene la esperanza de que tras un mes a prueba su empleador le otorgue el favor de pagarle a partir del segundo mes por sus servicios.
Con una cifra que roza los seis millones de parados en España según el Instituto Nacional de Estadística (INE), los negocios en auge son los portales que ofertan empleo en “reconocidas empresas”. Parece la opción perfecta para los 5 millones 778 mil 100 desempleados, pero en realidad termina por convertirse en una verdadera oportunidad de negocio para “los más listos”: las empresas que ofrecen cero beneficios y a cambio le dan al parado la posibilidad de decir: tengo trabajo. Aunque su tarea, en muchos casos, no sea siquiera remunerada.
La cuestión pareciera algo psicológico, estar en paro parece más que una circunstancia un estado de ánimo del ciudadano que le lleva a aceptar cualquier oferta, con tal de dejar atrás una condición que le vulnera, estar inactivo.
Los desempleados, por desesperación, parecen estar dispuestos a afrontar confusos procesos de selección en empresas fantasma que ofrecen un mes de “empleo a prueba” sin sueldo, sin bonificaciones y en muchos casos sin estar dados de alta dentro de la empresa.
Una situación ilegal en toda regla cuyo único beneficio para la víctima es la posibilidad de estar activa y “trabajando” aunque sea a prueba y sin sueldo. Le mantiene la esperanza de que tras un mes a prueba su empleador le otorgue el favor de pagarle a partir del segundo mes por sus servicios.
Pagar para trabajar, no es trabajar
Entre los recursos que utilizan los estafadores que se dedican a estas ofertas engañosas, están los empleos cuya inversión inicial proviene del “nuevo empleado”, tras un discurso rebuscado intentan convencer a los candidatos que “para salir de la crisis en la que está sumergido el país se necesitan espíritus emprendedores capaces de invertir en su propio futuro”.
Tras esto, probablemente inviten a pagar una cuota inicial por el material de la empresa (en el caso del teletrabajo o trabajo desde casa), o a concertar citas con posibles clientes desde sus teléfonos personales y,en el peor de los casos, a utilizar el coche del candidato, su gasolina y su dinero personal para el beneficio propio de la compañía.
Tal es el caso de Andrés Sousa, que tras una entrevista de trabajo en la que le prometieron coche de empresa, alta en la seguridad social y gastos de dietas por su labor comercial como visitador médico, le fueron aclarados dichos beneficios a posteriori.
“La entrevista fue rara desde el primer momento. Las oficinas no eran más que un piso con un par de cuadros en la pared, dos escritorios y una estantería vacía. La explicación del Director Comercial fue que se estaban instalando en la nueva sede. Después de una brevísima entrevista en la que sólo se habló de la empresa y no se indagó nada acerca de mi experiencia, me dijeron que me llamarían. Al día siguiente me convocaron a un proceso de formación de 12 horas y al final del día, aclararon tras la insistencia de algunos presentes que no existiría sueldo el primer mes por estar a prueba, tampoco estaríamos dados de alta en la seguridad social ni nos darían móvil de empresa para concertar las citas con clientes hasta el segundo mes, por lo que las llamadas el primer mes corrían por nuestra cuenta y que el coche de empresa sería un tema que se revisaría a los seis meses facturando en plantilla, es decir, la gasolina y el transporte también eran una inversión personal, una estafa”, nos cuenta Andrés.
Es común reconocer en estas entrevistas engañosas a captadores de personal que respaldan el desconocido nombre de la empresa con marcas de renombre para enganchar y así transmitir al entrevistado una imagen de solidez corporativa.
María Fernández cuenta que su experiencia en una entrevista engañosa fue tan breve como la propia entrevista. “Después de llegar a una oficina que parecía estar en penumbra, con una recepcionista que no paraba de llamar a supuestos candidatos seleccionados sin darles mayores detalles de la oferta de empleo, me dirigieron a una sala de espera minúscula con la radio encendida y música alta que parecía estar dispuesta allí para no escuchar las entrevistas del resto de candidatos. Tras pasar tres minutos, me atendió una chica que se identificó como "directora del proyecto", hablaba muy rápido y se le entendía poco, me dijo que debía asistir al día siguiente para ver cómo funcionaba la empresa y si me convenía trabajar con ellos, cuando le pregunté cómo era el trabajo me contestó: "mañana lo verás". Me despidió rápidamente y al día siguiente ni siquiera cogí el móvil cuando me llamaron para asistir nuevamente, era un timo en toda regla”, asegura convencida Fernández.
Entre los recursos que utilizan los estafadores que se dedican a estas ofertas engañosas, están los empleos cuya inversión inicial proviene del “nuevo empleado”, tras un discurso rebuscado intentan convencer a los candidatos que “para salir de la crisis en la que está sumergido el país se necesitan espíritus emprendedores capaces de invertir en su propio futuro”.
Tras esto, probablemente inviten a pagar una cuota inicial por el material de la empresa (en el caso del teletrabajo o trabajo desde casa), o a concertar citas con posibles clientes desde sus teléfonos personales y,en el peor de los casos, a utilizar el coche del candidato, su gasolina y su dinero personal para el beneficio propio de la compañía.
Tal es el caso de Andrés Sousa, que tras una entrevista de trabajo en la que le prometieron coche de empresa, alta en la seguridad social y gastos de dietas por su labor comercial como visitador médico, le fueron aclarados dichos beneficios a posteriori.
“La entrevista fue rara desde el primer momento. Las oficinas no eran más que un piso con un par de cuadros en la pared, dos escritorios y una estantería vacía. La explicación del Director Comercial fue que se estaban instalando en la nueva sede. Después de una brevísima entrevista en la que sólo se habló de la empresa y no se indagó nada acerca de mi experiencia, me dijeron que me llamarían. Al día siguiente me convocaron a un proceso de formación de 12 horas y al final del día, aclararon tras la insistencia de algunos presentes que no existiría sueldo el primer mes por estar a prueba, tampoco estaríamos dados de alta en la seguridad social ni nos darían móvil de empresa para concertar las citas con clientes hasta el segundo mes, por lo que las llamadas el primer mes corrían por nuestra cuenta y que el coche de empresa sería un tema que se revisaría a los seis meses facturando en plantilla, es decir, la gasolina y el transporte también eran una inversión personal, una estafa”, nos cuenta Andrés.
Es común reconocer en estas entrevistas engañosas a captadores de personal que respaldan el desconocido nombre de la empresa con marcas de renombre para enganchar y así transmitir al entrevistado una imagen de solidez corporativa.
María Fernández cuenta que su experiencia en una entrevista engañosa fue tan breve como la propia entrevista. “Después de llegar a una oficina que parecía estar en penumbra, con una recepcionista que no paraba de llamar a supuestos candidatos seleccionados sin darles mayores detalles de la oferta de empleo, me dirigieron a una sala de espera minúscula con la radio encendida y música alta que parecía estar dispuesta allí para no escuchar las entrevistas del resto de candidatos. Tras pasar tres minutos, me atendió una chica que se identificó como "directora del proyecto", hablaba muy rápido y se le entendía poco, me dijo que debía asistir al día siguiente para ver cómo funcionaba la empresa y si me convenía trabajar con ellos, cuando le pregunté cómo era el trabajo me contestó: "mañana lo verás". Me despidió rápidamente y al día siguiente ni siquiera cogí el móvil cuando me llamaron para asistir nuevamente, era un timo en toda regla”, asegura convencida Fernández.
Aprender a decir `No', a pesar de la necesidad
Durante el sondeo entre los candidatos de ofertas laborales encuestados se confirma que de cada 10 entrevistas a las que han asistido, al menos la mitad han sido ofertas de empleo engañosas, presuntas estafas. La solución ante este tipo de captadores de personal sin escrúpulos está en manos del propio candidato:
- Nunca dejar un tema sin aclarar durante la entrevista.
- Preguntar de manera clara cuál es el método de retribución de la empresa a sus empleados (sueldo bruto, sueldo al año, incentivos, etc.)
- Preguntar cuáles son los beneficios que ofrece la empresa a sus trabajadores.
- Aclarar qué tipo de contrato se ofrece, por cuánto tiempo y a partir de qué momento
- Y lo más importante, si no le convence y le parecen poco claras las respuestas, aprender a decir NO a la oferta por atractiva que parezca.
Cuando una empresa no deja claras desde el primer contacto las condiciones de trabajo al candidato, algo oculta al empleado. Ceder por necesidad a cualquier oferta laboral no es la solución al desempleo, en muchos casos si no sabe elegir bien un empleo significará más gastos para su bolsillo y otro dolor de cabeza.
Es habitual escuchar de estos timadores profesionales un discurso peyorativo para quienes rechazan sus atractivas ofertas de trabajo, no se deje persuadir. Debe tener claro que su tiempo es dinero, y en la actualidad nadie trabaja a cambio de nada, su dedicación tiene un precio y si la empresa no es fraudulenta lo comprenderá y sabrá retribuirlo.
Durante el sondeo entre los candidatos de ofertas laborales encuestados se confirma que de cada 10 entrevistas a las que han asistido, al menos la mitad han sido ofertas de empleo engañosas, presuntas estafas. La solución ante este tipo de captadores de personal sin escrúpulos está en manos del propio candidato:
- Nunca dejar un tema sin aclarar durante la entrevista.
- Preguntar de manera clara cuál es el método de retribución de la empresa a sus empleados (sueldo bruto, sueldo al año, incentivos, etc.)
- Preguntar cuáles son los beneficios que ofrece la empresa a sus trabajadores.
- Aclarar qué tipo de contrato se ofrece, por cuánto tiempo y a partir de qué momento
- Y lo más importante, si no le convence y le parecen poco claras las respuestas, aprender a decir NO a la oferta por atractiva que parezca.
Cuando una empresa no deja claras desde el primer contacto las condiciones de trabajo al candidato, algo oculta al empleado. Ceder por necesidad a cualquier oferta laboral no es la solución al desempleo, en muchos casos si no sabe elegir bien un empleo significará más gastos para su bolsillo y otro dolor de cabeza.
Es habitual escuchar de estos timadores profesionales un discurso peyorativo para quienes rechazan sus atractivas ofertas de trabajo, no se deje persuadir. Debe tener claro que su tiempo es dinero, y en la actualidad nadie trabaja a cambio de nada, su dedicación tiene un precio y si la empresa no es fraudulenta lo comprenderá y sabrá retribuirlo.