Cristopher Reddy. WHOI.
Dentro de 30 años, cuando la tragedia del Prestige sólo sea un recuerdo, las playas de Galicia seguirán contaminadas aunque aparentemente estén limpias. Esta conclusión se desprende de un estudio realizado en las costas de Massachussets, que en 1969 sufrieron el vertido de 700.000 litros de petróleo.
El estudio ha sido dirigido por el químico y oceanógrafo del Instituto Oceanográfico Woods Hole, Christipher Reddy, y ha detectado treinta años después la persistencia de bolsas de petróleo de aquel desastre ocultas entre seis y veintiocho centímetros de profundidad en una marisma salina.
Las observaciones confirmaron que, a pesar del aspecto limpio de la bahía, habían permanecido durante todo este tiempo residuos del vertido de petróleo. El equipo no encontró contaminación alguna excavando seis centímetros en la arena, pero había residuos más al fondo, hasta 28 centímetros de profundidad.
Sus observaciones son asombrosas porque la cantidad de petróleo y su composición química siguen siendo hoy prácticamente las mismas que poco después de la catástrofe.
Duración indefinida
Eso quiere decir que las bacterias no han conseguido degradar el petróleo, lo que parece ser un indicio de que este tipo de contaminación ambiental puede durar indefinidamente.
Eso no ha impedido, sin embargo, que los ecosistemas del entorno hayan vuelto a la normalidad, pero estudios más precisos sobre los organismos vivos de las profundidades marinas, como algunos moluscos, podrían sin embargo demostrar lo contrario.
El estudio pone en evidencia que el impacto ambiental de estos vertidos, como el que ahora sufre Galicia, perdura en el tiempo causando más daños que lo que en una primera instancia podría reconocerse.
El sitio que sufrió el vertido en 1969 ha sido objeto de un seguimiento exhaustivo y esta investigación pretende ser la guía de referencia para medir consecuencias ambientales de episodios similares.
Medidas a largo plazo
La conclusión de este estudio es que los efectos costeros de estos vertidos son de larga duración, lo que en el caso de España debe obligar a las autoridades competentes a adoptar medidas una vez terminen las labores de limpieza.
El Prestige llevaba en sus bodegas 76 millones de litros de fuel y desde el hundimiento frente a las costas de Galicia ha liberado al menos tres millones de litros en una región sumamente rica de pesca.
El informe del Instituto Oceanográfico advierte que en ambientes costeros sensibles, los efectos de un derramamiento de petróleo pueden observarse incluso hasta varias décadas después del vertido.
El estudio ha sido dirigido por el químico y oceanógrafo del Instituto Oceanográfico Woods Hole, Christipher Reddy, y ha detectado treinta años después la persistencia de bolsas de petróleo de aquel desastre ocultas entre seis y veintiocho centímetros de profundidad en una marisma salina.
Las observaciones confirmaron que, a pesar del aspecto limpio de la bahía, habían permanecido durante todo este tiempo residuos del vertido de petróleo. El equipo no encontró contaminación alguna excavando seis centímetros en la arena, pero había residuos más al fondo, hasta 28 centímetros de profundidad.
Sus observaciones son asombrosas porque la cantidad de petróleo y su composición química siguen siendo hoy prácticamente las mismas que poco después de la catástrofe.
Duración indefinida
Eso quiere decir que las bacterias no han conseguido degradar el petróleo, lo que parece ser un indicio de que este tipo de contaminación ambiental puede durar indefinidamente.
Eso no ha impedido, sin embargo, que los ecosistemas del entorno hayan vuelto a la normalidad, pero estudios más precisos sobre los organismos vivos de las profundidades marinas, como algunos moluscos, podrían sin embargo demostrar lo contrario.
El estudio pone en evidencia que el impacto ambiental de estos vertidos, como el que ahora sufre Galicia, perdura en el tiempo causando más daños que lo que en una primera instancia podría reconocerse.
El sitio que sufrió el vertido en 1969 ha sido objeto de un seguimiento exhaustivo y esta investigación pretende ser la guía de referencia para medir consecuencias ambientales de episodios similares.
Medidas a largo plazo
La conclusión de este estudio es que los efectos costeros de estos vertidos son de larga duración, lo que en el caso de España debe obligar a las autoridades competentes a adoptar medidas una vez terminen las labores de limpieza.
El Prestige llevaba en sus bodegas 76 millones de litros de fuel y desde el hundimiento frente a las costas de Galicia ha liberado al menos tres millones de litros en una región sumamente rica de pesca.
El informe del Instituto Oceanográfico advierte que en ambientes costeros sensibles, los efectos de un derramamiento de petróleo pueden observarse incluso hasta varias décadas después del vertido.