La contaminación atmosférica costó la vida a siete millones de personas en 2012

Es el riesgo ambiental para la salud más importante del mundo, según la OMS


La OMS acaba de hacer públicas las últimas estimaciones sobre las consecuencias para la salud de la exposición a la contaminación atmosférica: siete millones de personas murieron en 2012 en todo el mundo por esta causa. El cálculo excede las expectativas, según reconoce la propia OMS, y apunta más que nunca a la necesidad de que los países apliquen políticas de sostenibilidad ambiental para proteger la salud de sus poblaciones.


OMS/T21
25/03/2014

Unos siete millones de personas murieron en el mundo –una de cada ocho del total de muertes- como consecuencia de la exposición a la contaminación atmosférica, según nuevas estimaciones publicadas hoy por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un comunicado.

Esta conclusión duplica con creces las estimaciones anteriores y confirma que la contaminación atmosférica constituye en la actualidad, por sí sola, el riesgo ambiental para la salud más importante del mundo. Si se redujera la contaminación atmosférica podrían salvarse millones de vidas.

Las nuevas estimaciones no solo se deben a un conocimiento más amplio de las enfermedades provocadas por la contaminación atmosférica, sino también a una mejor evaluación de la exposición humana a los contaminantes atmosféricos gracias a mediciones y tecnología más avanzadas. Ello ha permitido a los científicos analizar más pormenorizadamente los riesgos para la salud a partir de una distribución demográfica más amplia que incluye ahora las zonas rurales, además de las urbanas.

La evaluación está basada, además, en los últimos datos de la OMS sobre mortalidad de 2012 y en las pruebas de que la exposición a la contaminación atmosférica supone un riesgo para la salud.
Las estimaciones de la exposición de las personas a la contaminación atmosférica en diferentes partes del mundo se formularon a través de una nueva cartografía de datos mundiales que incluía datos recabados por satélite, mediciones procedentes de la vigilancia en tierra y datos sobre emisiones contaminantes procedentes de fuentes fundamentales, así como de modelos sobre las pautas de desplazamiento de la contaminación en el aire.

Efectos concretos sobre la salud

En particular, los nuevos datos revelan un vínculo más estrecho entre la exposición a la contaminación atmosférica en general y la del aire de interiores y las enfermedades cardiovasculares, como los accidentes cerebrovasculares y las cardiopatías isquémicas, así como entre la contaminación atmosférica y el cáncer.

Esto es aparte de la función que desempeña la contaminación atmosférica en el desarrollo de enfermedades respiratorias, como las infecciones respiratorias agudas y las neumopatías obstructivas crónicas. En la evaluación de la OMS se incluye el siguiente desglose de las muertes atribuidas a enfermedades específicas:

Muertes debidas a la contaminación atmosférica

• 40% – cardiopatía isquémica.
• 40% – accidente cerebrovascular.
• 11% – neumopatía obstructiva crónica.
• 6% - cáncer de pulmón.
• 3% – infección aguda de las vías respiratorias inferiores en los niños.

Muertes debidas a la contaminación del aire de interiores

• 34% - accidente cerebrovascular.
• 26% - cardiopatía isquémica.
• 22% - neumopatía obstructiva crónica.
• 12% - infección aguda de las vías respiratorias inferiores en los niños.
• 6% - cáncer de pulmón.

Limpiar el aire

Según la Dra. Flavia Bustreo, Subdirectora General de la OMS para la Salud de la Familia, la Mujer y el Niño, la solución a los efectos del aire contaminado sobre la salud pasa por “limpiar el aire”.

Esto impediría “el desarrollo de enfermedades no transmisibles”, y reduciría “los riesgos de enfermedad entre las mujeres y los grupos vulnerables, como niños y ancianos”.

“Las mujeres y los niños pobres pagan un alto precio por la contaminación del aire de interiores puesto que pasan más tiempo en sus casa respirando los humos y el hollín de las cocinas de carbón y leña con fugas”, continúa diciendo Bustreo.

Y es que, por regiones, los países de ingresos bajos y medianos en las Regiones de Asia Sudoriental y del Pacífico Occidental soportaron la mayor carga relacionada con la contaminación en 2012, con un total de 3,3 millones de muertes vinculadas con la contaminación del aire de interiores y 2,6 millones de muertes relacionadas con la contaminación atmosférica.

Riesgos superiores a lo que se esperaba

Tras analizar los factores de riesgo y tener en cuenta las revisiones en la metodología, la OMS estima que la contaminación del aire de interiores tuvo que ver con 4,3 millones de muertes en 2012 en hogares en los que para cocinar se utilizan estufas de carbón, leña y biomasa.

La nueva estimación se explica por la mejor información sobre la exposición a la contaminación entre los 2900 millones de personas que se calcula que viven en hogares en los que se utiliza leña, carbón o bosta como combustibles principales para cocinar, así como por las pruebas de que la contaminación atmosférica está relacionada con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y neumonías, y cánceres.

En el caso de la contaminación atmosférica, la OMS estima que en 2012 se produjeron 3,7 millones de muertes a causa de fuentes urbanas y rurales en todo el mundo.

Son muchas las personas expuestas a los dos tipos de contaminación: la atmosférica y la del aire de interiores. A causa de este solapamiento, la mortalidad atribuida a las dos fuentes no puede simplemente sumarse, de ahí la estimación total de unos 7 millones de muertes en 2012.

Consecuencia de políticas no sostenibles

“La excesiva contaminación atmosférica es a menudo una consecuencia de políticas que no son sostenibles en sectores como el del transporte, la energía, la gestión de desechos y la industria pesada. En la mayoría de los casos, será también más económico a largo plazo aplicar estrategias que den prioridad a la salud debido al ahorro en los costos de la atención sanitaria, además de los beneficios para el clima”, señala el Dr. Carlos Dora, Coordinador de la OMS en el Departamento de Salud Pública, Medio Ambiente y Determinantes Sociales de la Salud.

“La OMS y los sectores de la salud desempeñan una función única para traducir las pruebas científicas sobre la contaminación atmosférica en políticas que pueden marcar la diferencia y aportar mejoras que salvarán vidas”.

La publicación de los datos de hoy es un salto importante en el avance de la hoja de ruta de la OMS para la prevención de las enfermedades relacionadas con la contaminación atmosférica.
Ello supone la creación bajo los auspicios de la OMS de una plataforma mundial sobre la calidad del aire y la salud que permita generar mejores datos sobre las enfermedades relacionadas con la contaminación atmosférica y un apoyo más robusto para los países y ciudades mediante
orientaciones, información y datos que demuestren los beneficios para la salud derivados de intervenciones fundamentales.

Este mismo año, la OMS publicará unas directrices sobre la calidad del aire de interiores en las que se aborda el uso de los combustibles domésticos, y se analizan los datos sobre la exposición a la contaminación atmosférica en general y la del aire de interiores y la mortalidad conexa, además de la información actualizada sobre las mediciones de la calidad del aire en 1.600 ciudades de todas las regiones del mundo.

Contaminación atmosférica y cáncer

El pasado mes de octubre, la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), organismo especializado de la OMS en esta enfermedad, especificaba la relación entre aire contaminado y cáncer.

Lo hacía en un informe elaborado a partir de la revisión de la literatura científica más reciente al respecto, un total de 1.000 artículos. A partir de esta revisión, la contaminación del aire fue clasificada como cancerígena, además en el grupo 1 (el más dañino).

Según los expertos de la IARC, existen pruebas suficientes de que la exposición a la contaminación del aire causa cáncer de pulmón; pero también aumenta el riesgo de cáncer de vejiga.

Los datos más recientes, publicados por la propia IARC, indican que solo en 2010, 223.000 muertes por cáncer de pulmón en todo el mundo se debieron a la contaminación del aire.

Las principales fuentes de contaminación del aire son el transporte, la generación de energía estacionaria, las emisiones industriales y agrícolas, y las que se desprenden de la calefacción y la cocina. Por supuesto, también existen fuentes naturales para algunos contaminantes del aire.



OMS/T21
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