La contaminación aérea cayó en España un 20% en 2009

Las aeronaves que operan en España disponen de un amplio margen en el cumplimiento de los estándares internacionales sobre ruidos, según OBSA


El Observatorio de la Sostenibilidad en Aviación ha publicado el informe 2009 sobre la aviación española, señalando que el número de operaciones totales con pasajeros ha disminuido un 5%. A su vez, se han reducido las emisiones de CO2 por cada pasajero y kilómetro hasta un 20%. Respecto al ruido, las aeronaves que operan en España disponen de un amplio margen en el cumplimiento de los estándares internacionales: la distancia entre los niveles límites para cada aeronave y los valores que emite ha aumentado, de media, un 49% más de margen en el periodo 2000-2009. Todo ello es debido, en gran parte a los desarrollos tecnológicos que se están llevando a cabo en la actualidad. Por Juan R. Coca.


Juan R. Coca
01/11/2010

Fuente: Sostenibilidad de la aviación en España. Informe 2009.
La aviación es una actividad empresarial que genera una buena cantidad de gases contaminantes provenientes de los motores de combustión de las aeronaves y de contaminación acústica. Por esta razón, y dada la necesitar de reducir los efectos negativos de esta actividad humana, se han puesto en marcha diversos proyectos de análisis, investigación, etc. para intentar potenciar la denominada sostenibilidad en la aviación.

Una de dichas iniciativas ha tomado cuerpo gracias al Observatorio de la Sostenibilidad en Aviación (OBSA) y consiste en la elaboración del Informe de Sostenibilidad de la Aviación en España. Este informe proporciona indicadores de sostenibilidad relativos al transporte aéreo en España. Tiene, además, la finalidad de servir (según sus promotores) de referencia y aportar elementos de juicio para la toma de decisiones y estrategias relativas al sector de la aviación en España.

Las conclusiones generales de este informe pueden ser resumidas en la mejora en la generación de gases de efecto invernadero y en la minimización de la contaminación acústica. Todo ello es debido principalmente a las implementaciones tecnológicas que se están produciendo en el sector (tales como las provenientes de los proyectos AIRE y SESAR) y al lento crecimiento del tráfico aéreo.

Pasajeros

En el Informe se afirma que las previsiones actuales para España llevan el siguiente camino. Por un lado, se va a producir un crecimiento lento en el número de pasajeros y, por tanto, esto traerá consigo una disminución del número de operaciones totales (en torno al -5% en 2009). El informe considera que, al menos en 2010-2011, el nivel de operaciones y la mejora de la eficiencia en los aviones, mantenga los niveles de consumo total y emisiones similares a las de los años 2005-2007.

Estos datos son refrendados, a nivel internacional, por el Consejo Internacional de Aeropuertos quien ha informado que el número de pasajeros mundiales ha caído un 1,8% en 2009.

Asimismo, la IATA (Asociación Internacional de Transporte Aéreo) ha informado que la ralentización actual en el tráfico de pasajeros y en la carga es consistente con las previsiones existentes. Además, esta dinámica se prevé que proseguirá durante el año 2011.

No obstante, los resultados internacionales del tráfico actual de septiembre, que ha hecho público recientemente esta misma asociación (IATA), han sido notablemente satisfactorios. De hecho, el tráfico internacional de pasajeros tuvo un incremento del 10,5% con respecto al mismo mes del año anterior, lo que es una subida significativamente más fuerte que el 6,5% registrado en agosto.

Gases de efecto invernadero y calidad del aire

En segundo lugar, en el informe se prevé que se reducirán significativamente las emisiones de los gases de efecto invernadero y otros gases contaminantes de efecto local.

En este sentido se afirma que el sector ha sido capaz de adaptarse y mantener la mejora continua de la eficiencia energética de la flota, reduciendo las emisiones de CO2 por cada pasajero y kilómetro hasta un 20%. Pese a estas mejoras alcanzadas, el crecimiento general de la operación en el periodo 2000-2009 se traduce en un incremento neto de las emisiones de gases efecto invernadero y del consumo de combustible, si bien 2010 podría terminar en niveles de consumo total de combustible similares a los del año 2005.

Más allá del 2012, el informe estima un posible crecimiento del orden del 4% en número de operaciones y de pasajeros. Este ratio de crecimiento conllevaría posiblemente un aumento del 2% en el consumo de combustible y en la cantidad de emisiones, considerando las posibles mejoras en la eficiencia del transporte aéreo.

En España, los motores de las aeronaves utilizan una tecnología avanzada, de tal manera que sus emisiones cumplen sobradamente los estándares internacionales vigentes e incluso mejorando dicho estándar en un 66% para los hidrocarburos no quemados (HC), un 49% para el monóxido de carbono (CO) y un 28% para los óxidos de nitrógeno (NOx).

Estas implementaciones tecnológicas conseguidas hasta el momento son más significativas con respecto a los hidrocarburos no quemados y al monóxido de carbono. No obstante, según los datos del OBSA, los óxidos de nitrógeno requerirán saltos tecnológicos cualitativos para poder mejorar.

Ruido y puntualidad

En tercer lugar, la evolución del sector parece indicar que la retirada de los aviones más antiguos y ruidosos, así como los cambios en la precisión de las trayectorias y las implementaciones tecnológicas, generará una disminución sustancial en el ruido producido en las zonas próximas a los aeropuertos.

El desarrollo tecnológico en el diseño de los motores y de las aeronaves en su conjunto ha posibilitado que se haya reducido hasta en un 75% el nivel de emisión sonora emitido en los últimos 40 años (concentrándose el 50% de las mejoras tecnológicas en los últimos 10 años) y se prevé que la investigación alcance una mejora adicional del 50% hacia el año 2050 (OACI, 2007).

Los grandes aeropuertos españoles disponen de una planificación aeroportuaria, donde se incluyen previsiones de las personas que podrían verse afectadas por los ruidos generados. Sin embargo, y según la OBSA, los datos disponibles aún no permiten establecer tendencias de evolución de la población expuesta y afectada, aunque el camino se ha iniciado.

En este ámbito, y gracias a los desarrollos tecnológicos de los últimos años, las aeronaves que operan en nuestro territorio nacional han minimizado sustancialmente la contaminación acústica generada. Ello es así hasta el punto que, en lo que a ruido se refiere, las aeronaves que operan en España disponen de un amplio margen en el cumplimiento de los estándares internacionales. Esta distancia entre los niveles límites para cada aeronave y los valores que emite, ha aumentado, de media, un 49% más de margen en el periodo 2000-2009, reflejando de nuevo la continua mejora tecnológica.

Con respecto a la puntualidad de las operaciones, no se dispone de datos agregados para España, señala el informe. A nivel europeo, comparando 2008 y 2009 la tendencia es de mejora, si bien aún está lejos del nivel de referencia establecido por ACARE para 2020.

El Observatorio de la Sostenibilidad en Aviación

El Observatorio de la Sostenibilidad en Aviación (OBSA) es un renovado proyecto que tiene como objetivos fundamentales la recopilación, elaboración, análisis, evaluación y difusión de la información existente sobre la sostenibilidad de la aviación desde sus dimensiones social, económica y ambiental.

El OBSA está auspiciado por una empresa de capital público denominada SENASA (Servicios y Estudios para la Navegación Aérea y la Seguridad Aeronáutica). Esta corporación se creó en 1990 pero se ha transformado, concretamente desde marzo de año 2006, pasando a ser denominada como actualmente se la conoce.

SENASA cuenta con el apoyo del Ministerio de Fomento y con la colaboración del Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE). Este otro observatorio es un organismo independiente y fue constituido en el año 2005 fruto de un convenio de colaboración entre el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, la Fundación Biodiversidad y la Fundación General de la Universidad de Alcalá.



Juan R. Coca
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