La concha de mejillón mejora la fertilidad de los suelos ácidos

Su uso como abono favorece la actividad biológica de las tierras, revela un estudio


Un equipo de Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid propone reutilizar la concha del mejillón para mejorar las propiedades químicas de los suelos ácidos, como los de Galicia, y aumentar así su calidad y fertilidad. El trabajo ha comprobado que estos suelos incrementan su pH y y reducen la cantidad de aluminio al ser tratados con un compost hecho a base de las conchas de estos moluscos. Por Enrique Leite.


Enrique Leite
19/09/2012

La industria conservera gallega genera más de 100.000 toneladas de residuos de conchas de mejillón al año. Imagen: Schick.
Tradicionalmente, el mar ha sido una fuente constante de productos de uso agrícola. Lo saben bien los agricultores que históricamente han desarrollado su actividad junto a la costa: algas y restos de moluscos han formado parte del compost natural que elaboraban para abonar sus campos.

Este uso, curiosamente, se extendió a lo largo del tiempo y de las costas, convirtiéndose en una práctica habitual en culturas tan dispares como las de las zonas agrarias del Finisterre gallego o las tierras de cultivo de los nativos indoamericanos.

Una actividad milenaria que fue arrinconada por el desarrollo de la industria fitosanitaria y de los abonos industriales. La investigación en fertilizantes fue el detonante para abandonar prácticas como la utilización de la concha del mejillón (debidamente machacada) para enriquecer los campos, y otros tipos de productos que resultaban más económicos tanto en costes reales como en el esfuerzo para elaborar esos compost.

Un estudio realizado por un grupo de investigadores de la ETSI de Agrónomos de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha puesto de manfiesto que los tradicionales agricultores tenían razón y ha demostrado que el tratamiento de los suelos con abonos hechos a base de conchas de mejillón mejoran la calidad y fertilidad de los suelos ácidos. El abono con estos residuos aumenta el pH y reducen la cantidad de aluminio (uno de los elementos que limitan la fertilidad de las tierras).

Mejora de la actividad biológica del suelo

La concha de mejillón es un material compuesto básicamente por carbonato cálcico (supone entre el 95% y el 99% del peso de la concha) y pequeñas cantidades de otros elementos minerales como como nitrógeno, azufre, fósforo, potasio y magnesio.

Los investigadores estudiaron los efectos que provoca su uso. Para ello, analizaron una superficie de terreno que venía siendo tratada con los abonos habituales y luego comprobaron la composición del mismo una vez enriquecido con un compost formado básicamente con conchas de mejillón mezclados con purines de cerdo.

Midieron variables para determinar la calidad como la biomasa microbiana, la respiración del suelo, mineralización neta, carbono orgánico disuelto, nitrógeno orgánico disuelto, nitrógeno inorgánico disuelto, deshidrogenasa, β-glucosidasa, ureasa y actividades fosfomonoesterasa.

Los resultados, publicados en la revista Chemosphere, revelaron que se producía una mejora de la actividad biológica del suelo y una disminución de aluminio. Asimismo, la investigación determinó que este tipo de fertilizante no provocaba ningún efecto adverso sobre las propiedades del suelo.

Los investigadores han subrayado que su trabajo, además de mejorar la fertilidad de las tierras, abre un camino para la reutilización de unos desechos que representan un problema para las industrias conserveras.

En la actualidad, en Galicia -la segunda región del planeta productora de este molusco bivalvo- se generan más de 100.000 toneladas de conchas de mejillón que mayoritariamente acaban en los fondos marinos.

Tras la derogacion de un reglamento de la UE en 2010, que catalogaba estas conchas como productos no aptos para el consumo humano y que permite su uso, bajo control, para formar parte de la cadena agroalimentaria sin transformación previa, los ingenieros de la Universidad Politécnica estiman que su investigación puede ofrecer un nuevo uso a estos residuos.

Otros beneficios

Pero, además, existe otro argumento a favor de recuperar esa práctica agrícola de los primeros agricultores. Los fertilizantes que actualmente se utilizan en las grandes explotaciones agrarias generan un tipo de residuos que llegan al mar, bien a través del agua de lluvia o por los 'desagües' habituales.

Estos residuos provocan importantes alteraciones en los ecosistemas marinos. Bien porque son la causa de un crecimiento explosivo de algas, que acaban traduciendose en situaciones de eutroficación, bien porque los pesticidas son absorbidos por los peces y los contaminan o intoxican.



Enrique Leite
Artículo leído 10611 veces



Más contenidos