Imagen: geralt. Fuente: Pixabay.
Sabemos que el colesterol es una parte fundamental de las membranas de nuestras células. Además, es precursor de la vitamina D, una molécula de enorme importancia, entre otros aspectos, para la formación de hormonas como los estrógenos y la testosterona.
Sin embargo, también sabemos que existe una gran preocupación médica cuando la presencia del colesterol en sangre tiene relación con la aterosclerosis. Esta enfermedad cardiovascular provoca la deposición de grasas y colesterol en las paredes de las arterias y produce un gran número de problemas posteriores.
De hecho, la arterosclerosis y sus consecuencias representan una de las causas más frecuentes de muerte en los países industrializados, sobre todo, por ataques cardíacos y accidentes cerebro-vasculares.
Por ello, la mejora en los tratamientos frente a la aterosclerosis permitiría reducir la mortalidad en el número de pacientes que padecen esta enfermedad. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer.
Los investigadores siguen buscando formas que permitan mejorar la salud de estos pacientes, ya que muchos de ellos no pueden ser tratados con los tratamientos existentes hoy en día, debido a los efectos secundarios que experimentan.
Nuevos avances
Un grupo internacional de investigación, bajo la dirección del profesor Eike Lazt, ha probado la eficacia del oligosacárido denominado ciclodextrina para el tratamiento de la aterosclerosis. La idea de esto surgió al saber que la ciclodextrina es un compuesto que aumenta la solubilidad del colesterol.
En el presente estudio, publicado en Science Translational Medicine, ratones con aterosclerosis fueron tratados con ciclodextrina. Los resultados mostraron la existencia de una reducción en el tamaño de la placa aterosclerótica, así como en el número de cristales de colesterol presentes en sangre. También se comprobó que había cierta regresión de dicha placa, incluso cuando los ratones fueron alimentados con dietas ricas en colesterol.
Este es un enfoque terapéutico prometedor para el tratamiento de la aterosclerosis, pues la ciclodextrina es un fármaco aprobado actualmente para usar en humanos. Por tanto, podría ser aplicado con relativa facilidad en pacientes con este enfermedad. También podríamos hablar de una potencial nueva terapia para la enfermedad cardiovascular.
Sin embargo, también sabemos que existe una gran preocupación médica cuando la presencia del colesterol en sangre tiene relación con la aterosclerosis. Esta enfermedad cardiovascular provoca la deposición de grasas y colesterol en las paredes de las arterias y produce un gran número de problemas posteriores.
De hecho, la arterosclerosis y sus consecuencias representan una de las causas más frecuentes de muerte en los países industrializados, sobre todo, por ataques cardíacos y accidentes cerebro-vasculares.
Por ello, la mejora en los tratamientos frente a la aterosclerosis permitiría reducir la mortalidad en el número de pacientes que padecen esta enfermedad. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer.
Los investigadores siguen buscando formas que permitan mejorar la salud de estos pacientes, ya que muchos de ellos no pueden ser tratados con los tratamientos existentes hoy en día, debido a los efectos secundarios que experimentan.
Nuevos avances
Un grupo internacional de investigación, bajo la dirección del profesor Eike Lazt, ha probado la eficacia del oligosacárido denominado ciclodextrina para el tratamiento de la aterosclerosis. La idea de esto surgió al saber que la ciclodextrina es un compuesto que aumenta la solubilidad del colesterol.
En el presente estudio, publicado en Science Translational Medicine, ratones con aterosclerosis fueron tratados con ciclodextrina. Los resultados mostraron la existencia de una reducción en el tamaño de la placa aterosclerótica, así como en el número de cristales de colesterol presentes en sangre. También se comprobó que había cierta regresión de dicha placa, incluso cuando los ratones fueron alimentados con dietas ricas en colesterol.
Este es un enfoque terapéutico prometedor para el tratamiento de la aterosclerosis, pues la ciclodextrina es un fármaco aprobado actualmente para usar en humanos. Por tanto, podría ser aplicado con relativa facilidad en pacientes con este enfermedad. También podríamos hablar de una potencial nueva terapia para la enfermedad cardiovascular.
Acumulación de colesterol
Demasiado colesterol en sangre puede provocar que, junto con el calcio y otras sustancias, se formen placas que hacen que las arterias sean menos flexibles, se estrechen y, en consecuencia, se reduzca el flujo sanguíneo por ellas. Esto hace que el nivel de oxígeno que llega al corazón, al cerebro u otras partes del cuerpo sea insuficiente.
Además, esta situación conlleva un mayor riesgo de sufrir arteriosclerosis o endurecimiento de las arterias, lo que puede bloquear, total o parcialmente, la circulación de la sangre.
¿Por qué se produce este acúmulo? No se sabe exactamente. La hipótesis más aceptada es que cuando realizamos algún tipo de actividad nociva (por ejemplo, fumar) se provocan lesiones en las paredes de las arterias. Esto hace que las plaquetas acudan de inmediato hacia la zona lesionada para intentar curar la lesión.
Este acúmulo forma una placa endurecida que, con el tiempo, puede ir aumentando de tamaño. Con ello se genera un estrechamiento paulatino de la circulación sanguínea en las arterias, pudiendo llegar a bloquearlo completamente. La placa también puede llegar a romperse y esto genera pequeños coágulos que igualmente obstruirían la arteria.
El secreto: disolver el colesterol
Una manera sencilla y directa de evitar los problemas generados por la presencia elevada de colesterol en sangre sería disolver los cristales de colesterol y eliminarlos por la orina. El problema es cómo hacer esto.
Los científicos sabían que existe un regulador del metabolismo del colesterol, clave en este proceso: el LXR. Si hay exceso de colesterol, este factor genera una señal para reducir el colesterol en sangre y reducir la respuesta inflamatoria. El problema es que nuestro cuerpo, a veces, no reacciona tan rápido o tan eficazmente como nos gustaría. Por ello, en ocasiones necesitamos ayuda externa.
Esta ayuda podría provenir, sin ninguna duda, de la ciclodextrina. De hecho, como hemos visto, en este trabajo se prueba la eficacia de la ciclodextrina para promover la solubilidad de los cristales del colesterol, la mejora de la actividad del LXR y la movilización del flujo de colesterol. Todo ello reduce la inflamación típica de la aterosclerosis y podría disminuir, a su vez, los efectos perjudiciales de la misma.
Ciclodextrina y macrófagos
Hemos dicho que la ciclodextrina solubiliza los cristales de colesterol, pero no sólo eso, sino que además provoca un segundo proceso muy beneficioso: mejorar la actividad de los macrófagos.
¿Qué implica esto? La mejora en la actividad de los macrófagos implica un incremento de la capacidad de estas células del sistema inmune para captar moléculas perjudiciales. Es aquí precisamente donde ciclodextrinas y macrófagos colaboran para la eliminación del colesterol.
Las ciclodextrinas lo que hacen es reprogramar al sistema inmune del paciente y, por tanto, también a los macrófagos. Para ello logran que los macrófagos reduzcan la respuesta inflamatoria, siendo esta mucho menor. Algo semejante a lo que produce un antihistamínico cuando tenemos una reacción alérgica.
Pues bien, de esta forma, el macrófago puede absorber el exceso de colesterol y eliminarlo, al mismo tiempo que no se produce un incremento en la inflamación de las paredes arteriales y, por tanto, se reduce la probabilidad de formación de placa aterosclerótica.
Condicionantes futuros
Sin ninguna duda el trabajo de este grupo de investigación es interesante e ilusionante para muchas personas que padecen estas enfermedades. De hecho, Latz ha declarado para la revista ScienceNews que están a la espera de encontrar financiación y de tener un socio industrial para poder realizar los costosos ensayos clínicos en humanos y producir un fármaco.
El problema es que la ciclodextrina es un azúcar que ha sido aprobado por la FDA (Administración de Alimentos y Fármacos de EE.UU) para su utilización en humanos. ¿Por qué es esto un problema? Pues porque no puede ser patentado y, por tanto, las industrias farmacéuticas pierden interés en su elaboración a nivel industrial.
Demasiado colesterol en sangre puede provocar que, junto con el calcio y otras sustancias, se formen placas que hacen que las arterias sean menos flexibles, se estrechen y, en consecuencia, se reduzca el flujo sanguíneo por ellas. Esto hace que el nivel de oxígeno que llega al corazón, al cerebro u otras partes del cuerpo sea insuficiente.
Además, esta situación conlleva un mayor riesgo de sufrir arteriosclerosis o endurecimiento de las arterias, lo que puede bloquear, total o parcialmente, la circulación de la sangre.
¿Por qué se produce este acúmulo? No se sabe exactamente. La hipótesis más aceptada es que cuando realizamos algún tipo de actividad nociva (por ejemplo, fumar) se provocan lesiones en las paredes de las arterias. Esto hace que las plaquetas acudan de inmediato hacia la zona lesionada para intentar curar la lesión.
Este acúmulo forma una placa endurecida que, con el tiempo, puede ir aumentando de tamaño. Con ello se genera un estrechamiento paulatino de la circulación sanguínea en las arterias, pudiendo llegar a bloquearlo completamente. La placa también puede llegar a romperse y esto genera pequeños coágulos que igualmente obstruirían la arteria.
El secreto: disolver el colesterol
Una manera sencilla y directa de evitar los problemas generados por la presencia elevada de colesterol en sangre sería disolver los cristales de colesterol y eliminarlos por la orina. El problema es cómo hacer esto.
Los científicos sabían que existe un regulador del metabolismo del colesterol, clave en este proceso: el LXR. Si hay exceso de colesterol, este factor genera una señal para reducir el colesterol en sangre y reducir la respuesta inflamatoria. El problema es que nuestro cuerpo, a veces, no reacciona tan rápido o tan eficazmente como nos gustaría. Por ello, en ocasiones necesitamos ayuda externa.
Esta ayuda podría provenir, sin ninguna duda, de la ciclodextrina. De hecho, como hemos visto, en este trabajo se prueba la eficacia de la ciclodextrina para promover la solubilidad de los cristales del colesterol, la mejora de la actividad del LXR y la movilización del flujo de colesterol. Todo ello reduce la inflamación típica de la aterosclerosis y podría disminuir, a su vez, los efectos perjudiciales de la misma.
Ciclodextrina y macrófagos
Hemos dicho que la ciclodextrina solubiliza los cristales de colesterol, pero no sólo eso, sino que además provoca un segundo proceso muy beneficioso: mejorar la actividad de los macrófagos.
¿Qué implica esto? La mejora en la actividad de los macrófagos implica un incremento de la capacidad de estas células del sistema inmune para captar moléculas perjudiciales. Es aquí precisamente donde ciclodextrinas y macrófagos colaboran para la eliminación del colesterol.
Las ciclodextrinas lo que hacen es reprogramar al sistema inmune del paciente y, por tanto, también a los macrófagos. Para ello logran que los macrófagos reduzcan la respuesta inflamatoria, siendo esta mucho menor. Algo semejante a lo que produce un antihistamínico cuando tenemos una reacción alérgica.
Pues bien, de esta forma, el macrófago puede absorber el exceso de colesterol y eliminarlo, al mismo tiempo que no se produce un incremento en la inflamación de las paredes arteriales y, por tanto, se reduce la probabilidad de formación de placa aterosclerótica.
Condicionantes futuros
Sin ninguna duda el trabajo de este grupo de investigación es interesante e ilusionante para muchas personas que padecen estas enfermedades. De hecho, Latz ha declarado para la revista ScienceNews que están a la espera de encontrar financiación y de tener un socio industrial para poder realizar los costosos ensayos clínicos en humanos y producir un fármaco.
El problema es que la ciclodextrina es un azúcar que ha sido aprobado por la FDA (Administración de Alimentos y Fármacos de EE.UU) para su utilización en humanos. ¿Por qué es esto un problema? Pues porque no puede ser patentado y, por tanto, las industrias farmacéuticas pierden interés en su elaboración a nivel industrial.
Referencia bibliográfica:
Zimmer y col. Cyclodextrin promotes atherosclerosis regression via macrophage reprogramming. Science Translational Medicine (2016). DOI: 10.1126/scitranslmed.aad6100.
Zimmer y col. Cyclodextrin promotes atherosclerosis regression via macrophage reprogramming. Science Translational Medicine (2016). DOI: 10.1126/scitranslmed.aad6100.