La cercanía entre oficina y casa evita el resentimiento de los empleados

Expertos aseguran que durante un largo trayecto el humor de los trabajadores cambia


Trabajar lejos de casa siempre es peor, según los expertos, es malo para nuestra salud, para nuestra cartera, y también para nuestro estado de ánimo. Nuevos hallazgos corroboran que esta circunstancia puede incluso afectar las relaciones de pareja y aumentar el riesgo de divorcios. El tráfico, los interminables atascos o viajar en transporte público son las causas más comunes de incomodidad de los empleados, que hacen variar su humor incluso antes de entrar por la puerta de la oficina. La situación se ha convertido en un problema que afecta a ambas partes, nadie quiere empleados amargados en su grupo. Por Iván Abreu Anaya.


Iván Abreu Anaya
09/07/2012

Fuente: Wikimedia commons.
Póngase en situación: es domingo por la tarde y, tras un reconfortante fin de semana entre amigos y familiares, llega la hora de poner en orden las cosas para “mañana”. Cierto sentimiento de frustración se posa en usted lamentando lo corto del fin de semana y lo mucho que necesita unas vacaciones.

Lo antes relatado es una situación que se repite a menudo entre las personas que cada lunes deben asistir a sus empresas y oficinas dejando atrás el disfrute típico del fin de semana. Según la experta Emma Murria es peor aún la situación cuando la empresa o los puestos de trabajo de los empleados están a más de 45 minutos de distancia de sus hogares.

Algo que parece tan poco importante en tiempos como los que corren, puede ser la causa, según un estudio sueco del que hace eco la experta en el digital Management-Issues, del aumento de las cifras de divorcios.

“Según los datos recientes, los largos desplazamientos hasta el trabajo y las horas invertidas en carretera, sumados al cansancio que todo ello genera, pueden privarnos de los placeres más elementales de la vida y, por lo que parece, de la calidad de las relaciones de pareja”, afirma Murria.

Usar trasporte público es peor

Entre los encuestados que participaron en el estudio, realizado en Estados Unidos, la mayoría coincidió en que como millones de estadounidenses, prefieren un viaje más largo hasta el trabajo a cambio de una casa más grande, mejores escuelas y más calidad de vida a menos costo a las afueras de la ciudad.

Pero esta situación, según los datos, puede pasar factura. En principio, el esfuerzo es bien merecido y poco significa viajar una, dos y hasta tres horas hasta la empresa, si al volver a casa la calidad de vida lo compensa. Sin embargo, conforme pasa el tiempo es cada vez más difícil poner el despertador mucho antes para estar a tiempo en la oficina. Esta situación desencadena la frustración en el individuo y ahí radica el problema.

"Yo viajo en transporte público un total de cuatro horas al día. Antes incluso de ir a trabajar, estoy de mal humor. Al llegar a la oficina agacho la cabeza y me pongo con lo mío. No hablo con nadie a menos que sea necesario. Al final del día, no hago caso a las invitaciones sociales de mis colegas para encontrarnos fuera de la oficina", asegura uno de los participantes del estudio que usaba como medio de transporte el tren.

Sin embargo, no es menos duro para quien tiene coche particular. De los 8.000 conductores evaluados en el estudio, un gran porcentaje informó de niveles elevados de estrés e ira, así como de un desempeño laboral deficiente.

Por otra parte, una abrumadora mayoría preferiría trabajar más horas en la oficina antes que sufrir un viaje tan largo hasta casa, si tuviesen la opción.

La privación de la socialización con los compañeros de oficina tras salir de trabajar genera resentimiento y amargura en el empleado que vive lejos de la empresa. Sin embargo, en tiempos austeros, cuando la prioridad es un empleo sin importar dónde, se complica la situación y esto toman en cuenta las empresas contratantes antes de elegir a sus candidatos.

Trabajar a distancia no es una opción

Muchos podrían suponer que la opción perfecta para los encuestados participantes en el estudio era trabajar desde casa. Sin embargo, el teletrabajo, o trabajo desde el hogar, no es la opción preferida por la mayoría.

La Encuesta de Trabajo Flexible 2010, llevada a cabo por el proveedor con sede en los sistemas de automoción, Johnson Controls nos dice lo contrario. Sobre la base de 479 participantes de 33 países de los seis continentes, los resultados son, quizás, sorprendentes.

En comparación con los resultados de la primera encuesta realizada en 2002, Johnson Controls descubrió un aumento del 150% de encuestados que preferían el trabajo presencial en la oficina antes que el trabajo de forma remota. Aunque no esta comprobado, el informe sugiere que este aumento sustancial es una respuesta a la recesión mundial.

“En tiempos de incertidumbre e inestabilidad laboral, parece que los empleados quieren demostrar su valía a sus jefes de manera directa y cara a cara”, apunta la estudiosa. En el mismo informe, el 85% también afirmó que su principal motivación para ir a la oficina era conocer a otras personas y entablar un nuevo círculo social.

Lo que es evidente es que, incluso teniendo la opción, la mayoría de los trabajadores se decanta por seguir haciendo el esfuerzo de viajar y soportar el tráfico antes que buscar un empleo cerca de casa o cambiar de residencia. Pero, ¿qué sucede cuando la tensión de un largo viaje perjudica nuestro rendimiento de trabajo y añade tensión a nuestras relaciones de trabajo?

“Podría decirse que una vida de trabajo feliz depende de la interacción social y comunicación amistosa cuando se trata de la unión con nuestros colegas. Los acontecimientos después del trabajo son de vital importancia en la consolidación de las relaciones fuera de las limitaciones de la política de la empresa”, corrobora Murray.

Sin embargo, si un empleado no tiene tiempo para ir a tomar algo rápido y charlar un rato después del trabajo con sus compañeros de oficina, porque está muy preocupado por el viaje hasta casa, entonces hay un riesgo real de descontento y asilamiento, lo que lleva a una falta de cohesión dentro del equipo. Todo ello puede causar un rendimiento laboral mediocre, asegura la experta.

Una crisis mundial y tener pocas opciones en el campo laboral son las excusas perfectas para hacer el esfuerzo y llevar a cabo la tarea encomendada. Aún cuando el sitio de trabajo esté retirado de la residencia familiar.

Sin embargo, si no es su caso y más bien es una elección, “piense que si el largo viaje hasta el trabajo terminará por hacer mella en sus relaciones profesionales y personales, es hora de volver a evaluar los beneficios del largo viaje, y decidir si esa gran casa a las afueras es realmente merecedora del esfuerzo, en el hogar y en el trabajo”, aconseja la experta.



Iván Abreu Anaya
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