Imagen: Steve Jurvetson. Fuente: Flickr.
Un medicamento tradicionalmente usado para tratar el Parkinson y enfermedades relacionadas con este trastorno podría retrasar o prevenir la degeneración macular vinculada a la edad (AMD), una condición que constituye una de las causas más comunes de ceguera, junto a las cataratas o el glaucoma, según la OMS.
La AMD macular, enfermedad vinculada al envejecimiento, obstruye la visión central e, incluso cuando no produce ceguera, puede reducir gravemente la habilidad para leer, conducir y reconocer caras.
Un estudio publicado en el American Journal of Medicine e impulsado en parte por la fundación BrightFocus reveló que existe una conexión biológica entre los ojos de pigmentación más oscura, que ya se sabía son resistentes a la degeneración macular, y altos niveles en dichos ojos de un químico denominado levodopa o L-DOPA.
Nuevo enfoque
Resulta que este químico, que es un precursor metabólico de la dopamina, es además el medicamento aislado más eficaz en el tratamiento del Parkinson. Por eso, los científicos decidieron averiguar si pacientes con Parkinson tratados con L-DOPA estaban siendo protegidos contra la AMD.
Para ello, rastrearon extensas bases de datos médicos. Hallaron así que los pacientes que estaban tomando L-DOPA eran significativamente menos propensos a padecer la degeneración macular vinculada al envejecimiento, y cuando la padecían, su efecto se veía significativamente retrasado.
“En lugar de centrarnos en la causa del AMD, nos preguntamos por qué ciertas personas estaban protegidas de este trastorno. Este enfoque nunca se había seguido antes,” comenta el autor senior de la investigación, Brian McKay, de la Universidad de Arizona.
La AMD macular, enfermedad vinculada al envejecimiento, obstruye la visión central e, incluso cuando no produce ceguera, puede reducir gravemente la habilidad para leer, conducir y reconocer caras.
Un estudio publicado en el American Journal of Medicine e impulsado en parte por la fundación BrightFocus reveló que existe una conexión biológica entre los ojos de pigmentación más oscura, que ya se sabía son resistentes a la degeneración macular, y altos niveles en dichos ojos de un químico denominado levodopa o L-DOPA.
Nuevo enfoque
Resulta que este químico, que es un precursor metabólico de la dopamina, es además el medicamento aislado más eficaz en el tratamiento del Parkinson. Por eso, los científicos decidieron averiguar si pacientes con Parkinson tratados con L-DOPA estaban siendo protegidos contra la AMD.
Para ello, rastrearon extensas bases de datos médicos. Hallaron así que los pacientes que estaban tomando L-DOPA eran significativamente menos propensos a padecer la degeneración macular vinculada al envejecimiento, y cuando la padecían, su efecto se veía significativamente retrasado.
“En lugar de centrarnos en la causa del AMD, nos preguntamos por qué ciertas personas estaban protegidas de este trastorno. Este enfoque nunca se había seguido antes,” comenta el autor senior de la investigación, Brian McKay, de la Universidad de Arizona.
Datos utilizados
Los resultados de la investigación se basaron en el análisis de los perfiles médicos de 37.000 pacientes de la Clínica Marshfield de Wisconsin (EEUU).
Debido a que la edad media de aquellos a los que se les administra L-DOPA es de 67 años, y la edad media de los diagnósticos de AMD es 71 años, lo científicos pudieron seguir con eficacia los patrones de la enfermedad.
Sus hallazgos fueron confirmados tras revisar un conjunto de datos de 87 millones de pacientes. En este conjunto de datos a gran escala, la L-DOPA también retrasaba o prevenía que la AMD progresara hasta su fase “mojada”, que es la más devastadora.
Los investigadores se muestran muy optimistas y piensan que el descubrimiento daría esperanzas a millones de personas de todo el mundo. El siguiente paso para el equipo será probar el medicamento a nivel clínico, hasta determinar que de este medicamento previene realmente la AMD.
Los resultados de la investigación se basaron en el análisis de los perfiles médicos de 37.000 pacientes de la Clínica Marshfield de Wisconsin (EEUU).
Debido a que la edad media de aquellos a los que se les administra L-DOPA es de 67 años, y la edad media de los diagnósticos de AMD es 71 años, lo científicos pudieron seguir con eficacia los patrones de la enfermedad.
Sus hallazgos fueron confirmados tras revisar un conjunto de datos de 87 millones de pacientes. En este conjunto de datos a gran escala, la L-DOPA también retrasaba o prevenía que la AMD progresara hasta su fase “mojada”, que es la más devastadora.
Los investigadores se muestran muy optimistas y piensan que el descubrimiento daría esperanzas a millones de personas de todo el mundo. El siguiente paso para el equipo será probar el medicamento a nivel clínico, hasta determinar que de este medicamento previene realmente la AMD.
Referencia bibliográfica:
Murray H. Brilliant, Kamyar Vaziri, Thomas B. Connor, Stephen G. Schwartz, Joseph J. Carroll, Catherine A. McCarty, Steven J. Schrodi, Scott J. Hebbring, Krishna S. Kishor, Harry W. Flynn, Andrew A. Moshfeghi, Darius M. Moshfeghi, M Elizabeth Fini, Brian S. McKay. Mining Retrospective Data for Virtual Prospective Drug Repurposing: L-DOPA and Age-related Macular Degeneration. The American Journal of Medicine (2015). DOI: 10.1016/j.amjmed.2015.10.015.
Murray H. Brilliant, Kamyar Vaziri, Thomas B. Connor, Stephen G. Schwartz, Joseph J. Carroll, Catherine A. McCarty, Steven J. Schrodi, Scott J. Hebbring, Krishna S. Kishor, Harry W. Flynn, Andrew A. Moshfeghi, Darius M. Moshfeghi, M Elizabeth Fini, Brian S. McKay. Mining Retrospective Data for Virtual Prospective Drug Repurposing: L-DOPA and Age-related Macular Degeneration. The American Journal of Medicine (2015). DOI: 10.1016/j.amjmed.2015.10.015.