La belleza se puede medir y modelar matemáticamente

La experiencia de la belleza requiere una forma de pensamiento, tal como anticipó Kant


Una nueva investigación ha confirmado que experimentar la belleza requiere una forma de pensamiento, tal como había predicho Kant en el siglo XIX. Al mismo tiempo, demuestra que el placer sensual puede ser hermoso, contradiciendo otra afirmación del filósofo alemán. El estudio señala que la belleza se puede medir y modelar matemáticamente, lo que es importante para artistas y conservadores de museos.


Redacción T21
12/05/2017

La belleza requiere pensamiento. Credit: Brielmann and Pelli
¿La experiencia de la belleza requiere que una persona piense? ¿Y los placeres sensuales, como el comer o el sexo, pueden ser hermosos?

Estas preguntas han preocupado durante mucho tiempo a los filósofos, con Immanuel Kant a la cabeza haciendo la famosa afirmación de que la belleza requiere pensamiento, a diferencia del placer sensual, que, dijo, nunca puede ser hermoso.

Ahora, investigadores de la Universidad de Nueva York han puesto estas nociones filosóficas a prueba en una serie de experimentos psicológicos. Dicen que Kant tenía razón en una cosa y en otra no. Los resultados se han publicado en Current Biology, según se informa en un comunicado.

Sus hallazgos demuestran que las distracciones interrumpen la experiencia de la belleza. En otras palabras, se necesita pensamiento para experimentar la belleza al mirar una imagen hermosa. Por otra parte, su evidencia demuestra que los placeres sensuales también pueden ser hermosos.

"Encontramos que la belleza, cuando sucede, es muy placentera, y ese placer fuerte siempre es hermoso", dice Denis Pelli de la Universidad de Nueva York. "El placer y la belleza intensas requieren pensamiento."

Para explorar estas teorías filosóficas, Pelli y Aenne Brielmann pidieron a 62 personas que indicaran cuánto placer y belleza sentían mientras veían una imagen, probaban un caramelo o tocaban un suave osito de peluche.

Los investigadores mostraron a cada persona muchas imágenes diferentes, algunas bellas, otras simplemente agradables y otras neutrales, como una silla en un catálogo de muebles. Los participantes evaluaron su experiencia de cada objeto en una escala de belleza de cuatro puntos.

En otro momento del experimento, se pidió a los participantes que repitieran lo que habían hecho antes, es decir, ver las mismas imágenes, pero esta vez mientras estaban distraídos con una tarea secundaria. En esa tarea, los participantes escucharon la lectura de una serie de cartas y se les pidió que presionaran un botón cada vez que oyeran la misma carta que habían escuchado antes, todo ello al mismo tiempo que veían por segunda vez las mismas imágenes.

Los investigadores descubrieron que esta distracción no cambiaba la experiencia de objetos no bellos, como la silla de un catálogo. Sin embargo, la distracción suprimió  la experiencia de la belleza cuando a un participante le fue mostrada una imagen que antes había considerado hermosa. En otras palabras, Kant tenía razón. La belleza requiere pensamiento.

Sin embargo, contrariamente a la propuesta de Kant de que los placeres sensuales nunca pueden ser hermosos, alrededor del 30 por ciento de los participantes dijeron que definitivamente habían experimentado belleza después de saborear un caramelo o de tocar un suave osito de peluche.

Belleza inalterable

Sorprendidos, los investigadores preguntaron a algunos participantes que habían respondido "definitivamente sí" a la belleza en los ensayos de dulces lo que realmente querían decir. Como Brielmann y Pelli informan, "la mayoría de ellos comentó que saborear un dulce tenía un significado personal para ellos, como un recuerdo afectuoso de la infancia." Uno de los participantes respondió: "Por supuesto, cualquier cosa puede ser hermosa".

"Nuestros hallazgos demuestran que muchas otras cosas, además del arte, pueden ser bellas, incluso dulces", dice Brielmann. "Pero para el máximo placer, nada supera a la belleza inalterable".

Los hallazgos destacan el hecho de que la belleza, subjetiva y efímera como es, todavía se puede medir y modelar matemáticamente, dicen los investigadores. Tales exploraciones científicas de la belleza tienen aplicación práctica también.

"Estas son ideas importantes para las personas que quieren crear belleza, como artistas o conservadores de museos", añade Brielmann. "Por ejemplo, no debes distraer a la gente en los museos si quieres que encuentren belleza en el arte".

Los investigadores planean continuar con esta línea de investigación con la esperanza de responder preguntas sobre el papel de la belleza en nuestras vidas. Por ejemplo, preguntan: "¿Hay personas que no pueden experimentar la belleza, qué papel juega la belleza en la toma de decisiones, es un sentido de belleza necesario para la creatividad, y la fealdad es lo contrario de la belleza o es una dimensión separada?

Immanuel Kant fue un filósofo alemán de la ilustración. Está considerado como uno de los pensadores más importantes de la filosofía universal. Para Kant, la belleza es subjetiva, propia del observador. No está basada en características que determinen que algo sea bello, sino que produce un sentimiento agradable, puro, que afecta armónicamente a todas las facultades humanas: sensitivas, intelectuales y morales.

Referencia

Beauty Requires Thought. Current Biology, Published Online: May 11, 2017. DOI:http://dx.doi.org/10.1016/j.cub.2017.04.018
 



Redacción T21
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