Foto de Fondo creado por kjpargeter - www.freepik.es
Investigadores de la universidad alemana de Tubinga han descubierto que las reacciones alérgicas pueden reproducirse sin que en realidad esté en el ambiente un alérgeno.
Cuando visitamos un entorno que contiene un alérgeno, el cerebro aprovecha el momento del sueño posterior para relacionar ese entorno con la reacción alérgica.
De esa forma, cuando volvemos al mismo sitio, automáticamente desencadena la reacción alérgica, incluso si el alérgeno ha dejado de estar en el ambiente.
Es la primera vez que se constata científicamente que un lugar concreto, por sí mismo, puede desencadenar una reacción alérgica, solo porque en otro momento contuvo un alérgeno y estuvimos allí.
Durante el sueño
Sin embargo, para que esa reacción injustificada se produzca, es imprescindible que la persona haya dormido antes de volver al mismo sitio.
Los investigadores consideran que, al igual que ocurre en el proceso de aprendizaje, el sueño juega un papel importante en la génesis de las reacciones alérgicas.
Los investigadores creen que, como en muchos procesos de construcción de memoria, el hipocampo desempeña un papel en el acondicionamiento del organismo para responder a su entorno. Y el hipocampo funciona de manera dependiente del sueño.
"Es sorprendente lo rápido que el sistema inmunitario aprende la reacción alérgica. En el experimento, una sola dosis de alérgeno fue suficiente para vincular la reacción alérgica con un entorno concreto”, explica al respecto uno de los investigadores, el profesor Jan Born, en un comunicado.
El estudio, dirigido por la Dra. Luciana Besedovsky, ha sido publicado en PNAS.
Metodología
El equipo de investigación reclutó voluntarios con rinitis alérgica, a quienes se les dio un aerosol nasal que contenía sus respectivos alérgenos (polen de hierba o abedul) en una sala de pruebas neutral.
La fuerza de la reacción alérgica que ocurre en las personas de prueba se midió por la cantidad de una enzima específica en la secreción nasal.
La mitad de las personas de prueba se durmió durante ocho horas después de este experimento, mientras que la otra mitad tuvo que permanecer despierta hasta la noche siguiente.
Una semana después, el experimento se repitió en la misma sala de pruebas. Pero esta vez no se administraron alérgenos.
Cuando entraron los voluntarios, solo los que habían dormido después de la experiencia, experimentaron reacciones alérgicas… injustificadas.
Los que habían permanecido despiertos después de la primera reacción alérgica, permanecieron indiferentes en el entorno donde habían vivido la experiencia.
Es más, los que habían dormido no experimentaban reacción alérgica alguna si cambiaban de entorno, pasando a otro medio también neutro.
La reacción solo ocurría en el entorno de la primera experiencia, aunque ahora fuese neutro.
Cuando visitamos un entorno que contiene un alérgeno, el cerebro aprovecha el momento del sueño posterior para relacionar ese entorno con la reacción alérgica.
De esa forma, cuando volvemos al mismo sitio, automáticamente desencadena la reacción alérgica, incluso si el alérgeno ha dejado de estar en el ambiente.
Es la primera vez que se constata científicamente que un lugar concreto, por sí mismo, puede desencadenar una reacción alérgica, solo porque en otro momento contuvo un alérgeno y estuvimos allí.
Durante el sueño
Sin embargo, para que esa reacción injustificada se produzca, es imprescindible que la persona haya dormido antes de volver al mismo sitio.
Los investigadores consideran que, al igual que ocurre en el proceso de aprendizaje, el sueño juega un papel importante en la génesis de las reacciones alérgicas.
Los investigadores creen que, como en muchos procesos de construcción de memoria, el hipocampo desempeña un papel en el acondicionamiento del organismo para responder a su entorno. Y el hipocampo funciona de manera dependiente del sueño.
"Es sorprendente lo rápido que el sistema inmunitario aprende la reacción alérgica. En el experimento, una sola dosis de alérgeno fue suficiente para vincular la reacción alérgica con un entorno concreto”, explica al respecto uno de los investigadores, el profesor Jan Born, en un comunicado.
El estudio, dirigido por la Dra. Luciana Besedovsky, ha sido publicado en PNAS.
Metodología
El equipo de investigación reclutó voluntarios con rinitis alérgica, a quienes se les dio un aerosol nasal que contenía sus respectivos alérgenos (polen de hierba o abedul) en una sala de pruebas neutral.
La fuerza de la reacción alérgica que ocurre en las personas de prueba se midió por la cantidad de una enzima específica en la secreción nasal.
La mitad de las personas de prueba se durmió durante ocho horas después de este experimento, mientras que la otra mitad tuvo que permanecer despierta hasta la noche siguiente.
Una semana después, el experimento se repitió en la misma sala de pruebas. Pero esta vez no se administraron alérgenos.
Cuando entraron los voluntarios, solo los que habían dormido después de la experiencia, experimentaron reacciones alérgicas… injustificadas.
Los que habían permanecido despiertos después de la primera reacción alérgica, permanecieron indiferentes en el entorno donde habían vivido la experiencia.
Es más, los que habían dormido no experimentaban reacción alérgica alguna si cambiaban de entorno, pasando a otro medio también neutro.
La reacción solo ocurría en el entorno de la primera experiencia, aunque ahora fuese neutro.
Esquema que explica el mecanismo de la reacción alérgica injustificada. Universidad de Tubinga.
Tareas pendientes
La investigación explica por qué las reacciones alérgicas se observan con frecuencia como una forma de reacción placebo, cuando el alérgeno original ni siquiera está presente.
Descifrar este mecanismo de aprendizaje es un impulso para la investigación, tanto de las alergias como del sueño.
Sin embargo, es difícil sacar conclusiones simples sobre cómo mejorar la situación de las personas alérgicas.
Después de todo, tienen que dormir, especialmente porque el sueño tiene un efecto positivo en otras reacciones inmunes útiles, concluyen los investigadores.
La investigación explica por qué las reacciones alérgicas se observan con frecuencia como una forma de reacción placebo, cuando el alérgeno original ni siquiera está presente.
Descifrar este mecanismo de aprendizaje es un impulso para la investigación, tanto de las alergias como del sueño.
Sin embargo, es difícil sacar conclusiones simples sobre cómo mejorar la situación de las personas alérgicas.
Después de todo, tienen que dormir, especialmente porque el sueño tiene un efecto positivo en otras reacciones inmunes útiles, concluyen los investigadores.
Referencia
Human sleep consolidates allergic responses conditioned to the environmental context of an allergen exposure. Luciana Besedovsky et al. PNAS, May 4, 2020. DOI:https://doi.org/10.1073/pnas.1920564117
Human sleep consolidates allergic responses conditioned to the environmental context of an allergen exposure. Luciana Besedovsky et al. PNAS, May 4, 2020. DOI:https://doi.org/10.1073/pnas.1920564117