Fuente: Pixabay.
Investigadores de la Universidad Estatal de Washington (oeste de EE.UU.) han llegado a la conclusión de que alimentar a la creciente población mundial con objetivos de sostenibilidad en mente es posible.
Su revisión de cientos de estudios publicados proporciona evidencia de que la agricultura orgánica puede producir rendimientos suficientes, ser rentable para los agricultores, proteger y mejorar el medio ambiente y ser más segura para los trabajadores agrícolas.
El estudio de revisión, Agricultura Orgánica en el siglo XXI, se presenta como el tema de portada de la edición de febrero de la revista Nature Plants y fue escrito por John Reganold, profesor de ciencia del suelo y agroecología, y el doctorando Jonathan Wachter.
Es el primer estudio que analiza 40 años de ciencia comparativa de la agricultura ecológica y la convencional en relación con los cuatro objetivos de sostenibilidad identificados por la Academia Nacional de Ciencias estadounidense: la productividad, la economía, el medio ambiente y el bienestar de la comunidad.
"Cientos de estudios científicos muestran que la agricultura orgánica debe desempeñar un papel en la alimentación del mundo", dice el autor principal, Reganold. "Hace treinta años, había sólo un par de puñados de estudios comparando la agricultura orgánica con la convencional. En los últimos 15 años, se han disparado".
La producción orgánica supone el uno por ciento de la superficie agrícola mundial, a pesar del rápido crecimiento de las últimas dos décadas.
Los críticos han sostenido durante mucho tiempo que la agricultura orgánica es ineficiente, y requiere más tierra para producir la misma cantidad de alimento. El artículo de revisión describe los casos en que los rendimientos orgánicos pueden ser más altos que los de métodos de cultivo convencionales.
"En condiciones de sequía severa, que se espera que aumenten con el cambio climático, las granjas orgánicas tienen el potencial de producir altos rendimientos debido a la mayor capacidad de retención de agua de los suelos de cultivo ecológico", señala Reganold.
Sin embargo, aun cuando los rendimientos pueden ser más bajos, la agricultura orgánica es más rentable para los agricultores ya que los consumidores están dispuestos a pagar más. Los precios más altos pueden justificarse como una forma de compensar a los agricultores por evitar daños al medio ambiente o costes externos.
Su revisión de cientos de estudios publicados proporciona evidencia de que la agricultura orgánica puede producir rendimientos suficientes, ser rentable para los agricultores, proteger y mejorar el medio ambiente y ser más segura para los trabajadores agrícolas.
El estudio de revisión, Agricultura Orgánica en el siglo XXI, se presenta como el tema de portada de la edición de febrero de la revista Nature Plants y fue escrito por John Reganold, profesor de ciencia del suelo y agroecología, y el doctorando Jonathan Wachter.
Es el primer estudio que analiza 40 años de ciencia comparativa de la agricultura ecológica y la convencional en relación con los cuatro objetivos de sostenibilidad identificados por la Academia Nacional de Ciencias estadounidense: la productividad, la economía, el medio ambiente y el bienestar de la comunidad.
"Cientos de estudios científicos muestran que la agricultura orgánica debe desempeñar un papel en la alimentación del mundo", dice el autor principal, Reganold. "Hace treinta años, había sólo un par de puñados de estudios comparando la agricultura orgánica con la convencional. En los últimos 15 años, se han disparado".
La producción orgánica supone el uno por ciento de la superficie agrícola mundial, a pesar del rápido crecimiento de las últimas dos décadas.
Los críticos han sostenido durante mucho tiempo que la agricultura orgánica es ineficiente, y requiere más tierra para producir la misma cantidad de alimento. El artículo de revisión describe los casos en que los rendimientos orgánicos pueden ser más altos que los de métodos de cultivo convencionales.
"En condiciones de sequía severa, que se espera que aumenten con el cambio climático, las granjas orgánicas tienen el potencial de producir altos rendimientos debido a la mayor capacidad de retención de agua de los suelos de cultivo ecológico", señala Reganold.
Sin embargo, aun cuando los rendimientos pueden ser más bajos, la agricultura orgánica es más rentable para los agricultores ya que los consumidores están dispuestos a pagar más. Los precios más altos pueden justificarse como una forma de compensar a los agricultores por evitar daños al medio ambiente o costes externos.
La agricultura orgánica destaca menos en producción, pero equilibra mejor los distintos aspectos que deben tenerse en cuenta, según los investigadores. Fuente: WSU.
Beneficios ambientales
Numerosos estudios revisados demuestran también los beneficios ambientales de la producción orgánica. En general, las granjas orgánicas tienden a almacenar más carbono en el suelo, tienen mejor calidad de suelo y reducen la erosión del suelo. La agricultura orgánica crea menos contaminación del suelo y el agua y menores emisiones de gases de efecto invernadero. Y es más eficiente energéticamente, ya que no se basa en fertilizantes o pesticidas sintéticos.
También se asocia con una mayor biodiversidad de plantas, animales, insectos y microbios, así como con la diversidad genética. La biodiversidad aumenta los servicios que ofrece la naturaleza, como la polinización, y mejora la capacidad de los sistemas agrícolas para adaptarse a las condiciones cambiantes.
Reganold dice que la alimentación del mundo no es sólo una cuestión de rendimiento, sino que también requiere examinar los residuos de alimentos y la distribución de alimentos.
"Si nos fijamos en la producción de calorías per cápita, estamos produciendo comida más que suficiente para 7 mil millones de personas, pero perdemos el 30 y el 40 por ciento de ella", dice. "No es sólo es una cuestión de producir suficiente, sno de lograr una agricultura respetuosa con el medio ambiente y garantizar que los alimentos lleguen a aquellos que lo necesitan."
Reganold y Wachter sugieren que no hay un tipo de cultivo que por sí solo pueda alimentar al mundo. Más bien, lo que se necesita es un equilibrio de sistemas, "una mezcla de sistemas orgánicos y otros sistemas agrícolas innovadores, como la agroforestería, la agricultura integrada, la agricultura de conservación, la mezcla cultivos/ganadería y sistemas aún no descubiertos."
Reganold y Wachter recomiendan cambios regulatorios para hacer frente a las barreras que dificultan la expansión de la agricultura orgánica. Tales obstáculos incluyen los costes de transición a la certificación orgánica, la falta de acceso a la mano de obra y los mercados y la falta de una infraestructura adecuada para el almacenamiento y transporte de alimentos. Se necesitan herramientas legales y financieras para fomentar la adopción de prácticas agrícolas innovadoras y sostenibles.
Precedente
Otra revisión similar de más de 100 estudios, publicada en 2014 por investigadores de la Universidad de California en Berkeley, señalaba a su vez que los rendimientos de los cultivos de agricultura orgánica son más altos de lo que se pensaba.
Además, el estudio revelaba que ciertas prácticas agrícolas podrían reducir aún más la brecha de productividad entre los cultivos orgánicos y los tradicionales. En concreto, destacaban dos: los cultivos múltiples (opuestos a los monocultivos), y la rotación de cultivos. El primer término hace referencia al cultivo de diversas especies sobre una misma superficie agrícola. Esto se puede hacer de manera simultánea (sembrando dichas especies a la vez en cultivos mixtos) o de manera consecutiva (primero unas especies y luego otras).
La rotación de cultivos, por su parte, consiste en alternar plantas de diferentes familias y con necesidades nutritivas diferentes en un mismo lugar durante distintos ciclos, evitando que el suelo se agote y que las enfermedades que afectan a un tipo de plantas se perpetúen en un tiempo determinado.
Numerosos estudios revisados demuestran también los beneficios ambientales de la producción orgánica. En general, las granjas orgánicas tienden a almacenar más carbono en el suelo, tienen mejor calidad de suelo y reducen la erosión del suelo. La agricultura orgánica crea menos contaminación del suelo y el agua y menores emisiones de gases de efecto invernadero. Y es más eficiente energéticamente, ya que no se basa en fertilizantes o pesticidas sintéticos.
También se asocia con una mayor biodiversidad de plantas, animales, insectos y microbios, así como con la diversidad genética. La biodiversidad aumenta los servicios que ofrece la naturaleza, como la polinización, y mejora la capacidad de los sistemas agrícolas para adaptarse a las condiciones cambiantes.
Reganold dice que la alimentación del mundo no es sólo una cuestión de rendimiento, sino que también requiere examinar los residuos de alimentos y la distribución de alimentos.
"Si nos fijamos en la producción de calorías per cápita, estamos produciendo comida más que suficiente para 7 mil millones de personas, pero perdemos el 30 y el 40 por ciento de ella", dice. "No es sólo es una cuestión de producir suficiente, sno de lograr una agricultura respetuosa con el medio ambiente y garantizar que los alimentos lleguen a aquellos que lo necesitan."
Reganold y Wachter sugieren que no hay un tipo de cultivo que por sí solo pueda alimentar al mundo. Más bien, lo que se necesita es un equilibrio de sistemas, "una mezcla de sistemas orgánicos y otros sistemas agrícolas innovadores, como la agroforestería, la agricultura integrada, la agricultura de conservación, la mezcla cultivos/ganadería y sistemas aún no descubiertos."
Reganold y Wachter recomiendan cambios regulatorios para hacer frente a las barreras que dificultan la expansión de la agricultura orgánica. Tales obstáculos incluyen los costes de transición a la certificación orgánica, la falta de acceso a la mano de obra y los mercados y la falta de una infraestructura adecuada para el almacenamiento y transporte de alimentos. Se necesitan herramientas legales y financieras para fomentar la adopción de prácticas agrícolas innovadoras y sostenibles.
Precedente
Otra revisión similar de más de 100 estudios, publicada en 2014 por investigadores de la Universidad de California en Berkeley, señalaba a su vez que los rendimientos de los cultivos de agricultura orgánica son más altos de lo que se pensaba.
Además, el estudio revelaba que ciertas prácticas agrícolas podrían reducir aún más la brecha de productividad entre los cultivos orgánicos y los tradicionales. En concreto, destacaban dos: los cultivos múltiples (opuestos a los monocultivos), y la rotación de cultivos. El primer término hace referencia al cultivo de diversas especies sobre una misma superficie agrícola. Esto se puede hacer de manera simultánea (sembrando dichas especies a la vez en cultivos mixtos) o de manera consecutiva (primero unas especies y luego otras).
La rotación de cultivos, por su parte, consiste en alternar plantas de diferentes familias y con necesidades nutritivas diferentes en un mismo lugar durante distintos ciclos, evitando que el suelo se agote y que las enfermedades que afectan a un tipo de plantas se perpetúen en un tiempo determinado.
Referencia bibliográfica:
John P. Reganold, Jonathan M. Wachter: Organic agriculture in the twenty-first century. Nature Plants (2016). DOI: 10.1038/NPLANTS.2015.221
John P. Reganold, Jonathan M. Wachter: Organic agriculture in the twenty-first century. Nature Plants (2016). DOI: 10.1038/NPLANTS.2015.221