Los fondos marinos son ricos en depósitos de minerales. Imagen de Heirbornstud
Los océanos son mucho más que pesca y petróleo. Es el gran recurso sin explotar que le queda a la humanidad para el acceso a minerales, nutrientes, biotecnología, energías renovables, etc. Una fuente de riqueza que, a su vez, puede ser el motor del crecimiento económico y del empleo en las próximas décadas.
El Libro verde sobre el conocimiento del medio marino de la Unión Europea es un documento sobre estrategia de crecimiento económico hasta 2020 que apunta en esta dirección.
“Nuestros océanos -subraya el informe - pueden dar el estímulo que necesitamos para que la economía avance (...) (Los océanos) pueden proveer la energía limpia que necesitamos para evitar una catástrofe climática. Pueden surtirnos de proteínas saludables. Pueden aportar fármacos y enzimas de organismos que habitan en los mayores extremos de temperatura, luz y presión soportados por la vida. Y la creciente demanda mundial de materias primas hace cada vez más atractiva la minería submarina”.
Ahora bien, el texto matiza que “para explotar ese potencial, necesitamos facilitar a las compañías la inversión. Tenemos que reducir los costes, los riesgos y estimular la inversión”.
El Libro verde sobre el conocimiento del medio marino de la Unión Europea es un documento sobre estrategia de crecimiento económico hasta 2020 que apunta en esta dirección.
“Nuestros océanos -subraya el informe - pueden dar el estímulo que necesitamos para que la economía avance (...) (Los océanos) pueden proveer la energía limpia que necesitamos para evitar una catástrofe climática. Pueden surtirnos de proteínas saludables. Pueden aportar fármacos y enzimas de organismos que habitan en los mayores extremos de temperatura, luz y presión soportados por la vida. Y la creciente demanda mundial de materias primas hace cada vez más atractiva la minería submarina”.
Ahora bien, el texto matiza que “para explotar ese potencial, necesitamos facilitar a las compañías la inversión. Tenemos que reducir los costes, los riesgos y estimular la inversión”.
Trescientos millones de euros de ahorro
En el proceso de homologación y unificación de normativas contempladas en la Unión, existe un gran vacío en todo lo referente a fondos y subsuelos marinos.
Por eso, los 27 se han propuesto impulsar la realización de un mapa de alta resolución de los lechos marinos europeos.
Esta cartografía,que será de libre acceso a todas las empresas, contendrá información sobre la topografía, los recursos minerales, la biodiversidad y el hábitat que albergan los fondos marinos.
Según los cálculos realizados por la Comisión, los Estados miembros destinan cada año una cantidad que supera los 1.800 millones de euros en estudios marinos fragmentados (y en ocasiones repetidos) para desarrollar diferentes actividades económicas. Este mapeo comunitario podría ahorrar hasta 300 millones de euros.
Minería oceánica
Las actividades mineras son uno de los nichos de mercado creciente.
Los fondos marinos a 4.000 metros de profundidad albergan minas de metales que se utilizan en la industria tecnológica, y en las cordilleras submarinas proliferan los sulfuros masivos. Es decir, se supone que allí se guardan importantes depósitos de oro y cobre.
La importancia que está adquiriendo esta actividad minera puede verse en la creciente demanda de permisos para extracciones que está recibiendo la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos de la ONU. De momento, esta institución ya ha concecido 23 permisos de exploración de minerales.
Asimismo, la energía eólica marina se presenta como una alternativa real y a medio plazo para que Europa deje de ser energéticamente dependiente de otros países. Reino Unido es el gran ejemplo de un país que ha apostado en firme por el desarrollo de este tipo de centrales.
Además de su aportación de materias primas o de fuentes energéticas, el mar ofrece interesantes oportunidades de negocio para las industrias alimentarias, para las empresas farmacéuticas y para las industrias biotecnológicas.
El mapa no deja de ser un primer paso, porque existe una gran dispersión de normativas entre los Estados.
No existe una normativa ambiental común para la explotación de los océanos y, a juicio de las organizaciones conservacionistas, habría que desarrollar un cuerpo legal que sea más estricto que sobre la superficie de los mares, ya que los vertidos o los problemas medioambientales adquieren una mayor dimensión cuando se producen en el mar. De momento, los 27 podrán realizar sus observaciones hasta finales de año.
En el proceso de homologación y unificación de normativas contempladas en la Unión, existe un gran vacío en todo lo referente a fondos y subsuelos marinos.
Por eso, los 27 se han propuesto impulsar la realización de un mapa de alta resolución de los lechos marinos europeos.
Esta cartografía,que será de libre acceso a todas las empresas, contendrá información sobre la topografía, los recursos minerales, la biodiversidad y el hábitat que albergan los fondos marinos.
Según los cálculos realizados por la Comisión, los Estados miembros destinan cada año una cantidad que supera los 1.800 millones de euros en estudios marinos fragmentados (y en ocasiones repetidos) para desarrollar diferentes actividades económicas. Este mapeo comunitario podría ahorrar hasta 300 millones de euros.
Minería oceánica
Las actividades mineras son uno de los nichos de mercado creciente.
Los fondos marinos a 4.000 metros de profundidad albergan minas de metales que se utilizan en la industria tecnológica, y en las cordilleras submarinas proliferan los sulfuros masivos. Es decir, se supone que allí se guardan importantes depósitos de oro y cobre.
La importancia que está adquiriendo esta actividad minera puede verse en la creciente demanda de permisos para extracciones que está recibiendo la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos de la ONU. De momento, esta institución ya ha concecido 23 permisos de exploración de minerales.
Asimismo, la energía eólica marina se presenta como una alternativa real y a medio plazo para que Europa deje de ser energéticamente dependiente de otros países. Reino Unido es el gran ejemplo de un país que ha apostado en firme por el desarrollo de este tipo de centrales.
Además de su aportación de materias primas o de fuentes energéticas, el mar ofrece interesantes oportunidades de negocio para las industrias alimentarias, para las empresas farmacéuticas y para las industrias biotecnológicas.
El mapa no deja de ser un primer paso, porque existe una gran dispersión de normativas entre los Estados.
No existe una normativa ambiental común para la explotación de los océanos y, a juicio de las organizaciones conservacionistas, habría que desarrollar un cuerpo legal que sea más estricto que sobre la superficie de los mares, ya que los vertidos o los problemas medioambientales adquieren una mayor dimensión cuando se producen en el mar. De momento, los 27 podrán realizar sus observaciones hasta finales de año.