No deseamos seguir haciendo propuestas para una mejor gestión de un sistema analógico, ya estancado y obsoleto. En estas páginas, deseamos proponer nuevas soluciones tributarias en una Nación Digital actual.
Desde hace más de cincuenta años nos encontramos en un imparable proceso de informatización de las relaciones económicas y tributarias, ante el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Por tanto, no sugerimos una nueva reforma del sistema fiscal, exigimos un profundo análisis de la sociedad digitalizada actual, y concebir una nueva relación jurídico-tributaria basada en esta realidad social.
Este proyecto, indudablemente planteará importantes retos, exigirá un profundo análisis de la situación actual y de las tendencias sociales previsibles, también la adecuada calificación y tributación de las rentas, y en especial de las derivadas de las nuevas transacciones y operaciones económicas digitalizadas, y siempre con un efectivo control del cumplimiento de las obligaciones tributarias.
En absoluto puede plantearse que en esa imparable evolución, por falta de análisis adecuado, lleguemos a permitir que la economía digital se convierta en un paraíso fiscal, y que toda la tributación incida en las rentas tradicionales. Sería absurdo y engañoso ese anhelo, aunque algunos parece que lo pudieran pretender.
Los mismos principios de justicia y equidad deben imperar en la tributación de la Nación Digital, que en la economía tradicional. Otras características del sistema tributario actual deberían ser también respetadas, como el principio de neutralidad fiscal.
Atributos diferenciados
No obstante, intuimos que el sistema fiscal de la Nación Digital puede disponer de ciertas características y atributos diferenciados. Por ejemplo, los pagos a las agencias tributarias públicas no tiene porqué demorarse, podrían ser automáticos y simultáneos con la operación económica efectuada.
Por tanto, el contribuyente, salvo en casos excepcionales, no estaría obligado a la presentación de declaraciones periódicas adicionales. El procedimiento tributario gestionaría al instante la obligación tributaria, permitiendo así una recaudación rápida, fluida y efectiva, y con un coste reducido para la agencia tributaria beneficiada.
Por ejemplo, tras la prestación de un servicio, el contribuyente retribuido recibiría su pago, deducidos los impuestos indirectos, sin necesidad de realizar declaraciones complementarias.
El sistema sería transparente y automático, siendo informado el contribuyente periódicamente de su situación fiscal, y en su caso, de las actuaciones pendientes a realizar ante la agencia.
Desde hace más de cincuenta años nos encontramos en un imparable proceso de informatización de las relaciones económicas y tributarias, ante el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Por tanto, no sugerimos una nueva reforma del sistema fiscal, exigimos un profundo análisis de la sociedad digitalizada actual, y concebir una nueva relación jurídico-tributaria basada en esta realidad social.
Este proyecto, indudablemente planteará importantes retos, exigirá un profundo análisis de la situación actual y de las tendencias sociales previsibles, también la adecuada calificación y tributación de las rentas, y en especial de las derivadas de las nuevas transacciones y operaciones económicas digitalizadas, y siempre con un efectivo control del cumplimiento de las obligaciones tributarias.
En absoluto puede plantearse que en esa imparable evolución, por falta de análisis adecuado, lleguemos a permitir que la economía digital se convierta en un paraíso fiscal, y que toda la tributación incida en las rentas tradicionales. Sería absurdo y engañoso ese anhelo, aunque algunos parece que lo pudieran pretender.
Los mismos principios de justicia y equidad deben imperar en la tributación de la Nación Digital, que en la economía tradicional. Otras características del sistema tributario actual deberían ser también respetadas, como el principio de neutralidad fiscal.
Atributos diferenciados
No obstante, intuimos que el sistema fiscal de la Nación Digital puede disponer de ciertas características y atributos diferenciados. Por ejemplo, los pagos a las agencias tributarias públicas no tiene porqué demorarse, podrían ser automáticos y simultáneos con la operación económica efectuada.
Por tanto, el contribuyente, salvo en casos excepcionales, no estaría obligado a la presentación de declaraciones periódicas adicionales. El procedimiento tributario gestionaría al instante la obligación tributaria, permitiendo así una recaudación rápida, fluida y efectiva, y con un coste reducido para la agencia tributaria beneficiada.
Por ejemplo, tras la prestación de un servicio, el contribuyente retribuido recibiría su pago, deducidos los impuestos indirectos, sin necesidad de realizar declaraciones complementarias.
El sistema sería transparente y automático, siendo informado el contribuyente periódicamente de su situación fiscal, y en su caso, de las actuaciones pendientes a realizar ante la agencia.
Nuevo sistema fiscal
Las agencias tributarias no serían ya para el contribuyente su odiado fiscalizador, sino quien le informaría de sus ingresos, netos y brutos, y de sus aportaciones al erario público.
Para los contribuyentes autónomos y para mucha pymes, la información disponible ya en la agencia tributaria estatal, sería suficiente para el cumplimiento de sus obligaciones registrales, contables y fiscales, sin necesitar la llevanza de contabilidades o la presentación de nuevas declaraciones, todo ello en los supuestos de realización de sus operaciones sin fraude al Tesoro Público.
Este es un posible ejemplo de las características de un posible sistema fiscal digital, con menores costes de gestión, y con abundantes beneficios para los contribuyentes, que debemos explorar, antes de su posible implantación.
Nueva sociedad globalizada
Y todo ello, en el marco de una nueva sociedad globalizada, con libertad de transacciones simultaneas con otros países, sin fronteras para ese comercio. Inicialmente, los organismos internacionales y las agencias estatales, se han centrado en reforzar las actuaciones de control tributario de esas operaciones, e intentar evitar nuevas formas de fraude asociadas a la economía digital.
Pero el ordenamiento jurídico-tributario actual, pudieran llevar a las agencias tributarias a renunciar a gravar operaciones que guardan relación, aunque sea por medios digitales, con su jurisdicción, por lo que esa reforma debería ser desarrollada de forma coherente al menos por todos los estados de la Unión Europea
En los próximos días iremos proponiendo nuevas ideas de esa posible reforma del sistema fiscal, para adaptarlo a los tiempos de la Nación Digital. Sugerimos desarrollar un proyecto de investigación desde un enfoque integral y multidisciplinar, iniciándolo con el análisis de los retos que el desarrollo de las nuevas tecnologías en el comercio y de la información y la comunicación plantean a la sociedad actual, y a los sistemas tributarios.
Actualizar mecanismos
Tras este análisis previo, propondríamos posibles soluciones para actualizar los mecanismos de la relación jurídico-tributaria, y poder concebir un nuevo ordenamiento tributario acorde con la Nación Digital, que nos permita disponer de un sistema fiscal más eficaz, eficiente, garantista y equitativo.
Nuestro análisis e investigación abordará las distintas niveles de las administraciones tributaria: estatal, autonómico y local, pero simultáneamente, en todos los casos, en el ámbito de la imposición fiscal directa y de la indirecta, hasta proponer procedimientos adecuados para la economía digital.
No encontramos ante nuevos retos de la sociedad, en su constante evolución tecnológica. Este proyecto ha sido concebido para contribuir al avance en la búsqueda de respuestas y soluciones a los desafíos que la economía digital y las tecnologías de la información y la comunicación plantean a nuestro ordenamiento jurídico.
Este proyecto está abierto a la colaboración de todos aquellos que sientan curiosidad e interés para realizar un proyecto de reforma fiscal, en la era digital.
Las agencias tributarias no serían ya para el contribuyente su odiado fiscalizador, sino quien le informaría de sus ingresos, netos y brutos, y de sus aportaciones al erario público.
Para los contribuyentes autónomos y para mucha pymes, la información disponible ya en la agencia tributaria estatal, sería suficiente para el cumplimiento de sus obligaciones registrales, contables y fiscales, sin necesitar la llevanza de contabilidades o la presentación de nuevas declaraciones, todo ello en los supuestos de realización de sus operaciones sin fraude al Tesoro Público.
Este es un posible ejemplo de las características de un posible sistema fiscal digital, con menores costes de gestión, y con abundantes beneficios para los contribuyentes, que debemos explorar, antes de su posible implantación.
Nueva sociedad globalizada
Y todo ello, en el marco de una nueva sociedad globalizada, con libertad de transacciones simultaneas con otros países, sin fronteras para ese comercio. Inicialmente, los organismos internacionales y las agencias estatales, se han centrado en reforzar las actuaciones de control tributario de esas operaciones, e intentar evitar nuevas formas de fraude asociadas a la economía digital.
Pero el ordenamiento jurídico-tributario actual, pudieran llevar a las agencias tributarias a renunciar a gravar operaciones que guardan relación, aunque sea por medios digitales, con su jurisdicción, por lo que esa reforma debería ser desarrollada de forma coherente al menos por todos los estados de la Unión Europea
En los próximos días iremos proponiendo nuevas ideas de esa posible reforma del sistema fiscal, para adaptarlo a los tiempos de la Nación Digital. Sugerimos desarrollar un proyecto de investigación desde un enfoque integral y multidisciplinar, iniciándolo con el análisis de los retos que el desarrollo de las nuevas tecnologías en el comercio y de la información y la comunicación plantean a la sociedad actual, y a los sistemas tributarios.
Actualizar mecanismos
Tras este análisis previo, propondríamos posibles soluciones para actualizar los mecanismos de la relación jurídico-tributaria, y poder concebir un nuevo ordenamiento tributario acorde con la Nación Digital, que nos permita disponer de un sistema fiscal más eficaz, eficiente, garantista y equitativo.
Nuestro análisis e investigación abordará las distintas niveles de las administraciones tributaria: estatal, autonómico y local, pero simultáneamente, en todos los casos, en el ámbito de la imposición fiscal directa y de la indirecta, hasta proponer procedimientos adecuados para la economía digital.
No encontramos ante nuevos retos de la sociedad, en su constante evolución tecnológica. Este proyecto ha sido concebido para contribuir al avance en la búsqueda de respuestas y soluciones a los desafíos que la economía digital y las tecnologías de la información y la comunicación plantean a nuestro ordenamiento jurídico.
Este proyecto está abierto a la colaboración de todos aquellos que sientan curiosidad e interés para realizar un proyecto de reforma fiscal, en la era digital.
Gabriel Barceló (photo by author)
(*) Gabriel Barceló es actualmente uno de los miembros directivos del Club Nuevo Mundo, impulsado por Tendencias21. Es Dr. Ingeniero industrial y estudió la licenciatura de Ciencias Físicas.
Fue durante veinte años funcionario del Ministerio de Hacienda, como Inspector de Finanzas del Estado, Subdirector del Centro de Proceso de Datos del Ministerio de Hacienda, Inspector Jefe de Madrid y fundador y presidente de la Asociación profesional de Inspectores de Hacienda, representativa del Cuerpo Superior de Inspectores de Hacienda del Estado (Actualmente: Inspectores de Hacienda del Estado: IHE).
Posteriormente causó baja como funcionario, y fue fundador y presidente de diversas empresas, de asociaciones no lucrativas y de fundaciones, actuando como presidente de las mismas, ex-Presidente de la Federación de Ingenieros Industriales de España y ex-Vicepresidente del Instituto de la Ingeniería de España, Gabriel Barceló ha sido consultor en ingeniería de la edificación y asesor fiscal.
Desde hace más de treinta y seis años desarrolla un proyecto de investigación científica sobre dinámica rotacional. Autor de numerosos libros, destacando: “Nuevo paradigma en Física” (editado en inglés y español, en dos tomos), y ha publicado más de cien artículos.
Fue durante veinte años funcionario del Ministerio de Hacienda, como Inspector de Finanzas del Estado, Subdirector del Centro de Proceso de Datos del Ministerio de Hacienda, Inspector Jefe de Madrid y fundador y presidente de la Asociación profesional de Inspectores de Hacienda, representativa del Cuerpo Superior de Inspectores de Hacienda del Estado (Actualmente: Inspectores de Hacienda del Estado: IHE).
Posteriormente causó baja como funcionario, y fue fundador y presidente de diversas empresas, de asociaciones no lucrativas y de fundaciones, actuando como presidente de las mismas, ex-Presidente de la Federación de Ingenieros Industriales de España y ex-Vicepresidente del Instituto de la Ingeniería de España, Gabriel Barceló ha sido consultor en ingeniería de la edificación y asesor fiscal.
Desde hace más de treinta y seis años desarrolla un proyecto de investigación científica sobre dinámica rotacional. Autor de numerosos libros, destacando: “Nuevo paradigma en Física” (editado en inglés y español, en dos tomos), y ha publicado más de cien artículos.