La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) ha publicado un informe que proporciona evidencia científica de que la fracturación hidráulica puede afectar negativamente a los recursos de agua potable en Estados Unidos, en algunas circunstancias, según informa en un comunicado.
La fracturación hidráulica, también conocida por el término en inglés fracking, es una técnica que permite o aumenta la extracción de gas y de petróleo del subsuelo. Se realiza en un pozo mediante la inyección de agua a alta presión, que abre una fractura controlada en el fondo de pozo y permite la extracción del hidrocarburo.
El informe de la EPA recoge las conclusiones de más de 1.200 fuentes científicas, así como una evaluación independiente del consejo científico de la propia EPA y otras informaciones obtenidas de diversas fuentes.
Se trata, según la EPA, de la compilación más completa de los datos científicos obtenidos en todo el país sobre el impacto de la fracturación hidráulica sobre los recursos hídricos.
El informe se organiza en torno a las actividades que se desarrollan en el ciclo del fracturación hidráulica y su potencial para impactar los recursos hídricos.
Las etapas incluyen: la adquisición de agua para el fracturación hidráulica, la mezcla del agua con aditivos químicos para hacer los fluidos hidráulicos de fracturación (mezcla química), la inyección de fluidos hidráulicos de fracturación en el pozo, la recogida de aguas y la gestión de las aguas residuales mediante métodos de eliminación o reutilización.
La EPA identifica los factores por los cuales los efectos de la fracturación sobre los recursos hidráulicos pueden ser perjudiciales, más frecuentes y más drásticos.
Estos efectos se producen generalmente en la proximidad de los pozos de producción de gas y de petróleo de esquisto.
El impacto sobre la calidad del agua puede ser temporal o resultar en una contaminación que impida el consumo de agua de las fuentes y puntos cercanos, según el informe.
La fracturación hidráulica, también conocida por el término en inglés fracking, es una técnica que permite o aumenta la extracción de gas y de petróleo del subsuelo. Se realiza en un pozo mediante la inyección de agua a alta presión, que abre una fractura controlada en el fondo de pozo y permite la extracción del hidrocarburo.
El informe de la EPA recoge las conclusiones de más de 1.200 fuentes científicas, así como una evaluación independiente del consejo científico de la propia EPA y otras informaciones obtenidas de diversas fuentes.
Se trata, según la EPA, de la compilación más completa de los datos científicos obtenidos en todo el país sobre el impacto de la fracturación hidráulica sobre los recursos hídricos.
El informe se organiza en torno a las actividades que se desarrollan en el ciclo del fracturación hidráulica y su potencial para impactar los recursos hídricos.
Las etapas incluyen: la adquisición de agua para el fracturación hidráulica, la mezcla del agua con aditivos químicos para hacer los fluidos hidráulicos de fracturación (mezcla química), la inyección de fluidos hidráulicos de fracturación en el pozo, la recogida de aguas y la gestión de las aguas residuales mediante métodos de eliminación o reutilización.
La EPA identifica los factores por los cuales los efectos de la fracturación sobre los recursos hidráulicos pueden ser perjudiciales, más frecuentes y más drásticos.
Estos efectos se producen generalmente en la proximidad de los pozos de producción de gas y de petróleo de esquisto.
El impacto sobre la calidad del agua puede ser temporal o resultar en una contaminación que impida el consumo de agua de las fuentes y puntos cercanos, según el informe.
Disminución de las reservas
El informe de la EPA señala asimismo una importante disminución de la disponibilidad de las reservas hidráulicas en los lugares donde se desarrolla la fracturación, ya que demanda importantes cantidades de agua para romper las rocas y acceder al gas o al petróleo.
La manera en que las empresas disponen de agua para la perforación, que contienen una gran concentración de substancias químicas, podrían afectar asimismo a las reservas de agua subterránea, ya que los fluidos utilizados durante la fracturación son reinyectados en el suelo a lo largo del proceso.
El informe señala también como peligrosas las estructuras utilizadas en los pozos para la inyección de agua a alta presión para romper las rocas.
La EPA advierte sin embargo que existen lagunas en los datos recogidos que limitan su capacidad de evaluar el impacto de la fracturación hidráulica sobre los recursos de agua potable, tanto a escala local como a nivel nacional.
Una fracturación polémica
La fracturación hidráulica se ha extendido en los últimos años, especialmente en Estados Unidos, debido a que la subida de los precios de los combustibles de origen fósil ha hecho rentable este método de extracción.
Gracias a este método, la producción de gas natural en Estados Unidos ha aumentado un 35% desde 2005 y ha permitido eliminar las importaciones. Al mismo tiempo, ha aumentado la producción de petróleo desde 2010 y convertido de nuevo a Estados Unidos en el segundo productor mundial de crudo.
Un informe anterior de la EPA, que revisaba 950 fuentes de información, descartaba el impacto en los acuíferos de la técnica de la fracturación hidráulica, señalando que cuando ha habido impactos negativos se debía más bien al mal uso de la técnica, no a los efectos perjudiciales de la fracturación hidráulica.
El nuevo informe, que contradice al anterior, abunda en la idea de cuestionar la fracturación hidráulica y refuerza los argumentos de los que se oponen a esta técnica, arguyendo que, además de contaminar acuíferos y el entorno ambiental, produce otros efectos como impactos sísmicos.
La EPA, sin embargo, en su nuevo informe no habla de los posibles efectos sobre la actividad sísmica de la fracturación hidráulica, efectos que han confirmado otras investigaciones de las que ya hemos informado en otro artículo.
El informe de la EPA señala asimismo una importante disminución de la disponibilidad de las reservas hidráulicas en los lugares donde se desarrolla la fracturación, ya que demanda importantes cantidades de agua para romper las rocas y acceder al gas o al petróleo.
La manera en que las empresas disponen de agua para la perforación, que contienen una gran concentración de substancias químicas, podrían afectar asimismo a las reservas de agua subterránea, ya que los fluidos utilizados durante la fracturación son reinyectados en el suelo a lo largo del proceso.
El informe señala también como peligrosas las estructuras utilizadas en los pozos para la inyección de agua a alta presión para romper las rocas.
La EPA advierte sin embargo que existen lagunas en los datos recogidos que limitan su capacidad de evaluar el impacto de la fracturación hidráulica sobre los recursos de agua potable, tanto a escala local como a nivel nacional.
Una fracturación polémica
La fracturación hidráulica se ha extendido en los últimos años, especialmente en Estados Unidos, debido a que la subida de los precios de los combustibles de origen fósil ha hecho rentable este método de extracción.
Gracias a este método, la producción de gas natural en Estados Unidos ha aumentado un 35% desde 2005 y ha permitido eliminar las importaciones. Al mismo tiempo, ha aumentado la producción de petróleo desde 2010 y convertido de nuevo a Estados Unidos en el segundo productor mundial de crudo.
Un informe anterior de la EPA, que revisaba 950 fuentes de información, descartaba el impacto en los acuíferos de la técnica de la fracturación hidráulica, señalando que cuando ha habido impactos negativos se debía más bien al mal uso de la técnica, no a los efectos perjudiciales de la fracturación hidráulica.
El nuevo informe, que contradice al anterior, abunda en la idea de cuestionar la fracturación hidráulica y refuerza los argumentos de los que se oponen a esta técnica, arguyendo que, además de contaminar acuíferos y el entorno ambiental, produce otros efectos como impactos sísmicos.
La EPA, sin embargo, en su nuevo informe no habla de los posibles efectos sobre la actividad sísmica de la fracturación hidráulica, efectos que han confirmado otras investigaciones de las que ya hemos informado en otro artículo.
Referencia
“Hydraulic Fracturing for Oil and Gas: Impacts from the Hydraulic Fracturing Water Cycle on Drinking Water Resources”. US Environmental Protection Agency. Noviembre 2016.
“Hydraulic Fracturing for Oil and Gas: Impacts from the Hydraulic Fracturing Water Cycle on Drinking Water Resources”. US Environmental Protection Agency. Noviembre 2016.