"Diálogos en la Granja". Fuente: http://www.dialogosenlagranja.es
El modelo de crecimiento actual tiene un tope, tanto por el lado de los recursos estratégicos como por el de la energía, el agua y el suelo, que son recursos escasos. También en la distribución y el acceso a los mismos de grupos cada vez más reducidos.
Frente a este diseño de excelencia económica, que toma como base del progreso el incremento anual del PIB de un país, surgen voces discordantes desde el mundo empresarial y académico, que apuestan por una revisión de los medidores de crecimiento actuales, y abogan por otros que incluyan como prioridad valores de sostenibilidad social, empresarial y económica.
"Crecer sin crecer"
En el año 1972, el Club de Roma ya planteó en "Los límites del crecimiento", que el ritmo actual de crecimiento cuantitativo del planeta no sería suficiente para cubrir las necesidades de la población mundial.
José Illana, fundador de Diálogos en la Granja, y socio fundador de Quiero salvar el mundo haciendo marketing, donde empezó todo, cuenta a Tendencias 21 como crecer sin centrarnos solamente en el PIB.
Frente a este diseño de excelencia económica, que toma como base del progreso el incremento anual del PIB de un país, surgen voces discordantes desde el mundo empresarial y académico, que apuestan por una revisión de los medidores de crecimiento actuales, y abogan por otros que incluyan como prioridad valores de sostenibilidad social, empresarial y económica.
"Crecer sin crecer"
En el año 1972, el Club de Roma ya planteó en "Los límites del crecimiento", que el ritmo actual de crecimiento cuantitativo del planeta no sería suficiente para cubrir las necesidades de la población mundial.
José Illana, fundador de Diálogos en la Granja, y socio fundador de Quiero salvar el mundo haciendo marketing, donde empezó todo, cuenta a Tendencias 21 como crecer sin centrarnos solamente en el PIB.
José Illana, fundador de Diálogos en la Granja, y socio fundador de Quiero salvar el mundo haciendo marketing. Fuente: Eva Fuentes/Quiero.
¿Desde cuándo el progreso viene medido por lo que determina el PIB de un país?
Desde que en los años 30 del pasado siglo se definió el PIB, existen serias dudas sobre si es o no un indicador válido para determinar el progreso de las sociedades. Es un valor macroeconómico, que tiene una validez determinada; no es un indicador absoluto de la riqueza total o de la actividad total de un país o una región. Y en todo caso, no incluye ni el valor monetario de muchos trabajos fundamentales para el mantenimiento de la vida (el trabajo de las personas que cuidan a sus familias, por ejemplo) ni la mayor parte de la economía sumergida. Y esto no se sabe de ahora, sino que hasta su "inventor", Simon Kuznets, ya advirtió de las propias limitaciones del indicador.
¿Cómo se puede crecer sin que crezca necesariamente el PIB?
Pues eso es lo que vamos a intentar determinar en Diálogos en la Granja. Lo que sí parece claro es que el modelo lineal de una economía que extrae recursos y los convierte en bienes que se venden y en un plazo cada vez más corto se tiran convirtiéndose en basura es insostenible. ¿Puede el PIB recoger la riqueza de una economía circular, en la que las cosas tengan varias "vidas"? ¿Debería recoger todas las deseconomías, todas las repercusiones negativas de un modelo productivo daniño, perjudicial, tóxico para las personas y para todos los seres vivos? A ver si por querer mantener un PIB creado en un contexto que es por completo diferente al actual, nos vamos a cargar el marco en el que desarrollamos toda nuestra vida y nuestra actividad. No world, no business. El paradigma está cambiando, y quizá los indicadores deban cambiar con él.
¿Por qué actualmente el interés de gobiernos y países se centra en el factor del crecimiento y no en cómo se crece?
Bueno, algo está cambiando. Nosotros queremos contribuir a esa reflexión con Diálogos en la Granja. Creemos que podemos aportar algo de valor al proceso en el que estamos todos metidos. Se puede crecer de otra forma. Quizá haya que incluir en los indicadores elementos de redistribución, de sostenibilidad, de equidad. Pero los gobiernos son personas a las que se elige cada equis años, y saben que el PIB tal como está ahora definido está más o menos relacionado con el empleo. Y eso tiene su importancia a la hora de ser reelegido, por ejemplo. Eso un político no lo va a perder de vista porque para él el PIB es un indicador valioso de cómo le va a ir, a él y a su partido, en el corto plazo.
El Club de Roma ya habló de los límites del crecimiento en 1972. ¿Cuáles podrían ser las consecuencias de seguir obviando estos límites?
Como he dicho antes, una economía lineal es insostenible porque los recursos no son infinitos, ni el planeta tiene infinita capacidad de absorber lo que con esos recursos estamos produciendo. Comprar, tirar, comprar... va bien para un modelo lineal pero es necesario otro modelo de crecimiento más sostenible. Y cuando hablo de sostenibilidad no me refiero sólo al concepto de "ecología", sino a la sostenibilidad económica de las propias empresas. El modelo está cambiando.
¿Qué tipo de soluciones se pueden dar en un mundo limitado donde los puestos de trabajo tradicionales ya no tienen cabida y además han resultado no ser sostenibles?
Quizá cuando uno está en medio de la tormenta, en medio de un cambio revolucionario, no tiene la perspectiva suficiente para definir eso claramente. Sí parece que lo que llamamos "economía digital" no genera tanto empleo como la industrial. Habrá que verlo. ¿Estamos seguros de que el trabajo, y los beneficios, están bien repartidos?
Por otra parte, un nuevo modelo económico quizá dé lugar a nuevos empleos. Hace 20 años nadie imaginaba que tendríamos medio centenar de aplicaciones en nuestro móvil. Hay nuevas actividades y nuevos empleos.
El concepto de progreso va ligado de algún modo al de crecimiento lineal, ¿no sería necesario también renovar el concepto de progreso y de modelo productivo?
De eso estamos absolutamente convencidos. O cambia el modelo o vamos a tener que cambiar de planeta, y no creo que eso sea factible.
Desde que en los años 30 del pasado siglo se definió el PIB, existen serias dudas sobre si es o no un indicador válido para determinar el progreso de las sociedades. Es un valor macroeconómico, que tiene una validez determinada; no es un indicador absoluto de la riqueza total o de la actividad total de un país o una región. Y en todo caso, no incluye ni el valor monetario de muchos trabajos fundamentales para el mantenimiento de la vida (el trabajo de las personas que cuidan a sus familias, por ejemplo) ni la mayor parte de la economía sumergida. Y esto no se sabe de ahora, sino que hasta su "inventor", Simon Kuznets, ya advirtió de las propias limitaciones del indicador.
¿Cómo se puede crecer sin que crezca necesariamente el PIB?
Pues eso es lo que vamos a intentar determinar en Diálogos en la Granja. Lo que sí parece claro es que el modelo lineal de una economía que extrae recursos y los convierte en bienes que se venden y en un plazo cada vez más corto se tiran convirtiéndose en basura es insostenible. ¿Puede el PIB recoger la riqueza de una economía circular, en la que las cosas tengan varias "vidas"? ¿Debería recoger todas las deseconomías, todas las repercusiones negativas de un modelo productivo daniño, perjudicial, tóxico para las personas y para todos los seres vivos? A ver si por querer mantener un PIB creado en un contexto que es por completo diferente al actual, nos vamos a cargar el marco en el que desarrollamos toda nuestra vida y nuestra actividad. No world, no business. El paradigma está cambiando, y quizá los indicadores deban cambiar con él.
¿Por qué actualmente el interés de gobiernos y países se centra en el factor del crecimiento y no en cómo se crece?
Bueno, algo está cambiando. Nosotros queremos contribuir a esa reflexión con Diálogos en la Granja. Creemos que podemos aportar algo de valor al proceso en el que estamos todos metidos. Se puede crecer de otra forma. Quizá haya que incluir en los indicadores elementos de redistribución, de sostenibilidad, de equidad. Pero los gobiernos son personas a las que se elige cada equis años, y saben que el PIB tal como está ahora definido está más o menos relacionado con el empleo. Y eso tiene su importancia a la hora de ser reelegido, por ejemplo. Eso un político no lo va a perder de vista porque para él el PIB es un indicador valioso de cómo le va a ir, a él y a su partido, en el corto plazo.
El Club de Roma ya habló de los límites del crecimiento en 1972. ¿Cuáles podrían ser las consecuencias de seguir obviando estos límites?
Como he dicho antes, una economía lineal es insostenible porque los recursos no son infinitos, ni el planeta tiene infinita capacidad de absorber lo que con esos recursos estamos produciendo. Comprar, tirar, comprar... va bien para un modelo lineal pero es necesario otro modelo de crecimiento más sostenible. Y cuando hablo de sostenibilidad no me refiero sólo al concepto de "ecología", sino a la sostenibilidad económica de las propias empresas. El modelo está cambiando.
¿Qué tipo de soluciones se pueden dar en un mundo limitado donde los puestos de trabajo tradicionales ya no tienen cabida y además han resultado no ser sostenibles?
Quizá cuando uno está en medio de la tormenta, en medio de un cambio revolucionario, no tiene la perspectiva suficiente para definir eso claramente. Sí parece que lo que llamamos "economía digital" no genera tanto empleo como la industrial. Habrá que verlo. ¿Estamos seguros de que el trabajo, y los beneficios, están bien repartidos?
Por otra parte, un nuevo modelo económico quizá dé lugar a nuevos empleos. Hace 20 años nadie imaginaba que tendríamos medio centenar de aplicaciones en nuestro móvil. Hay nuevas actividades y nuevos empleos.
El concepto de progreso va ligado de algún modo al de crecimiento lineal, ¿no sería necesario también renovar el concepto de progreso y de modelo productivo?
De eso estamos absolutamente convencidos. O cambia el modelo o vamos a tener que cambiar de planeta, y no creo que eso sea factible.
Participantes y estructura de los diálogos
En esta nueva edición de los Diálogos de la Granja participarán una serie de expertos que proceden del mundo de la empresa, (Francisco Hortigüela, Vincent Rosso, Félix Muñoz); de la sostenibilidad económica, social y ambiental (Teresa Ribera, Luis Miguel Barral, Helena Ancos, Natalia Pedrajas); del mundo académico (José Luis Fernández, Jordi Sevilla); y de la innovación (Carlos Mataix).
Los diálogos se estructurarán en dos partes. La primera estará dedicada a la exploración y el diagnóstico de los retos, y de las oportunidades que plantea un mundo donde el crecimiento económico tiene que volver a ser útil para la sociedad, para las personas y para ello ha de tener en cuenta los recursos de los que dispone, el medio ambiente y la distribución de la riqueza.
La segunda sesión, que tendrá lugar el día ocho de mayo, se dirigirá a identificar las limitaciones con que se encuentra este proceso de cambio puesto ya en marcha.
Ahora el verbo útil es "crear"
Para Luis Miguel Barral, socio fundador de Two Much Research Studio , la frase de que el mundo es limitado "tiene mucha miga", y añade "si pienso en el mundo-planeta como un contenedor de todas las materias nutrientes que los seres vivos necesitamos, sí tiene sentido hablar de mundo limitado. Pero creo que es una visión limitada esta del mundo limitado. La del contenedor es una metáfora que, de aceptarla sin más, nos conduce a entender la vida como una competición entre organismos que se disputan ese capital finito".
Además, para Barral esta metáfora del mundo limitado estimula la ansiedad de todos los jugadores por alcanzar un cierto nivel por encima del promedio, que según sus palabras : "lo que garantiza es una diferencia positiva a favor respecto a otros jugadores (los que están por debajo). Esta visión legitima la creencia de que sobresalir aporta una mayor probabilidad de éxito en la competencia por sobrevivir".
Por otro lado, la visión del fundador de Two Much es más optimista al ver a los propios seres humanos como un mundo de capacidad ilimitada, que son capaces de poner en juego su propia versión del mundo "si concebimos que el mundo además de un contenedor de nutrientes está formado por millones de seres con capacidad ilimitada de desarrollar lo que les entusiasma, entenderemos fácilmente que la estrategia más beneficiosa es aprender a detectar y a conectar con eso que nos hace únicos, y favorecer los intercambios".
Miguel termina: "Visto desde esta perspectiva no tiene sentido querer formar parte de “los más...”, porque nadie puede ser más tú que tú mismo. Ya no es necesario competir, ahora el verbo útil es crear".
En esta nueva edición de los Diálogos de la Granja participarán una serie de expertos que proceden del mundo de la empresa, (Francisco Hortigüela, Vincent Rosso, Félix Muñoz); de la sostenibilidad económica, social y ambiental (Teresa Ribera, Luis Miguel Barral, Helena Ancos, Natalia Pedrajas); del mundo académico (José Luis Fernández, Jordi Sevilla); y de la innovación (Carlos Mataix).
Los diálogos se estructurarán en dos partes. La primera estará dedicada a la exploración y el diagnóstico de los retos, y de las oportunidades que plantea un mundo donde el crecimiento económico tiene que volver a ser útil para la sociedad, para las personas y para ello ha de tener en cuenta los recursos de los que dispone, el medio ambiente y la distribución de la riqueza.
La segunda sesión, que tendrá lugar el día ocho de mayo, se dirigirá a identificar las limitaciones con que se encuentra este proceso de cambio puesto ya en marcha.
Ahora el verbo útil es "crear"
Para Luis Miguel Barral, socio fundador de Two Much Research Studio , la frase de que el mundo es limitado "tiene mucha miga", y añade "si pienso en el mundo-planeta como un contenedor de todas las materias nutrientes que los seres vivos necesitamos, sí tiene sentido hablar de mundo limitado. Pero creo que es una visión limitada esta del mundo limitado. La del contenedor es una metáfora que, de aceptarla sin más, nos conduce a entender la vida como una competición entre organismos que se disputan ese capital finito".
Además, para Barral esta metáfora del mundo limitado estimula la ansiedad de todos los jugadores por alcanzar un cierto nivel por encima del promedio, que según sus palabras : "lo que garantiza es una diferencia positiva a favor respecto a otros jugadores (los que están por debajo). Esta visión legitima la creencia de que sobresalir aporta una mayor probabilidad de éxito en la competencia por sobrevivir".
Por otro lado, la visión del fundador de Two Much es más optimista al ver a los propios seres humanos como un mundo de capacidad ilimitada, que son capaces de poner en juego su propia versión del mundo "si concebimos que el mundo además de un contenedor de nutrientes está formado por millones de seres con capacidad ilimitada de desarrollar lo que les entusiasma, entenderemos fácilmente que la estrategia más beneficiosa es aprender a detectar y a conectar con eso que nos hace únicos, y favorecer los intercambios".
Miguel termina: "Visto desde esta perspectiva no tiene sentido querer formar parte de “los más...”, porque nadie puede ser más tú que tú mismo. Ya no es necesario competir, ahora el verbo útil es crear".