Will Caldwell y su compañera Katie Miller preparan el dispositivo Safe Cycle. Imagen: David Tenenbaum. Fuente: Universidad de Wisconsin-Madison.
Will Caldwell iba en su moto y no vio a un coche surgiendo de un estacionamiento. Pero los láseres del sistema de alerta prototipo "Safe Cycle" sí lo hicieron, y el manillar vibró en señal de advertencia.
"Pensé que me acababa de salvar la vida'", dice Caldwell, estudiante de segundo año de ingeniería mecánica que dirige un equipo de otros tres estudiantes de grado de la Universidad de Wisconsin-Madison (EE.UU.) que trabajan con la Internet de las Cosas.
El proyecto se está desarrollando en el Laboratorio de Internet de las Cosas (IoT) en el Edificio de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Wisconsin-Madison.
La IoT puede significar motores a reacción que comunican su estado a los departamentos de mantenimiento, teléfonos inteligentes que "hablan" a un termostato, y paquetes que envían su ubicación automáticamente a los porteadores.
Eso es hoy. Sólo la imaginación limita las futuras realizaciones del concepto, dice Sandra Bradley, directora de investigación para aplicaciones de consumo y venta al por menor del IoT Lab.
En dos años de existencia, el laboratorio se ha convertido en una "pre-incubadora" donde estudiantes con grandes ideas se han unido para impulsar su tecnología y sentido de los negocios.
El laboratorio ofrece estímulo, tecnología y asesoramiento. Este año, 60 estudiantes han trabajado en 20 proyectos relacionados con aplicaciones y dispositivos, tales como un centro de mensajes para el hogar digital y una pulsera de vigilancia de la salud. El laboratorio está empezando a colaborar con empresas, señala la universidad en su web.
"Pensé que me acababa de salvar la vida'", dice Caldwell, estudiante de segundo año de ingeniería mecánica que dirige un equipo de otros tres estudiantes de grado de la Universidad de Wisconsin-Madison (EE.UU.) que trabajan con la Internet de las Cosas.
El proyecto se está desarrollando en el Laboratorio de Internet de las Cosas (IoT) en el Edificio de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Wisconsin-Madison.
La IoT puede significar motores a reacción que comunican su estado a los departamentos de mantenimiento, teléfonos inteligentes que "hablan" a un termostato, y paquetes que envían su ubicación automáticamente a los porteadores.
Eso es hoy. Sólo la imaginación limita las futuras realizaciones del concepto, dice Sandra Bradley, directora de investigación para aplicaciones de consumo y venta al por menor del IoT Lab.
En dos años de existencia, el laboratorio se ha convertido en una "pre-incubadora" donde estudiantes con grandes ideas se han unido para impulsar su tecnología y sentido de los negocios.
El laboratorio ofrece estímulo, tecnología y asesoramiento. Este año, 60 estudiantes han trabajado en 20 proyectos relacionados con aplicaciones y dispositivos, tales como un centro de mensajes para el hogar digital y una pulsera de vigilancia de la salud. El laboratorio está empezando a colaborar con empresas, señala la universidad en su web.
Reino Unido
Ed Vaizey, secretario de Estado británico de Cultura y Economía Digital, presentó hace unos días un nuevo centro -Hub- de investigación interdisciplinar para impulsar la investigación del Reino Unido en la Internet de las Cosas (IoT). El consorcio Petras, de nueve universidades, trabajará en conjunto en los próximos tres años para explorar temas cruciales sobre privacidad, ética, confianza, fiabilidad, aceptabilidad y seguridad.
Los fondos, informa el Consejo de Investigación en Ingeniería y Ciencias Físicas británico en una nota de prensa, incluyen una subvención de 9,8 millones de libras, que serán completados por socios hasta llegar a 23. El proyecto forma parte de IoTUK, al que el Gobierno dedicará 40 millones de libras.
El Hub es un consorcio de nueve universidades, lideradas por el University College de Londres, a la que acompañan el Imperial College de Londres, la Universidad de Oxford, la Universidad de Warwick, la Universidad de Lancaster, la Universidad de Southampton, la de Surrey, la Universidad de Edimburgo y la de Cardiff. En total serán 47 socios públicos y privados.
Los 17 proyectos iniciales incluyen experimentos a gran escala en el Parque Olímpico de la Reina Isabel; la seguridad cibernética de sensores e implantes corporales de baja potencia; la comprensión de cómo pueden aumentar la seguridad las personas y las empresas a través de mejores prácticas en el día a día; y asegurar que los contadores inteligentes conectados no sean una amenaza para la seguridad del hogar.
Ed Vaizey, secretario de Estado británico de Cultura y Economía Digital, presentó hace unos días un nuevo centro -Hub- de investigación interdisciplinar para impulsar la investigación del Reino Unido en la Internet de las Cosas (IoT). El consorcio Petras, de nueve universidades, trabajará en conjunto en los próximos tres años para explorar temas cruciales sobre privacidad, ética, confianza, fiabilidad, aceptabilidad y seguridad.
Los fondos, informa el Consejo de Investigación en Ingeniería y Ciencias Físicas británico en una nota de prensa, incluyen una subvención de 9,8 millones de libras, que serán completados por socios hasta llegar a 23. El proyecto forma parte de IoTUK, al que el Gobierno dedicará 40 millones de libras.
El Hub es un consorcio de nueve universidades, lideradas por el University College de Londres, a la que acompañan el Imperial College de Londres, la Universidad de Oxford, la Universidad de Warwick, la Universidad de Lancaster, la Universidad de Southampton, la de Surrey, la Universidad de Edimburgo y la de Cardiff. En total serán 47 socios públicos y privados.
Los 17 proyectos iniciales incluyen experimentos a gran escala en el Parque Olímpico de la Reina Isabel; la seguridad cibernética de sensores e implantes corporales de baja potencia; la comprensión de cómo pueden aumentar la seguridad las personas y las empresas a través de mejores prácticas en el día a día; y asegurar que los contadores inteligentes conectados no sean una amenaza para la seguridad del hogar.