Insectos peligrosos están colonizando todo el planeta

Amparados por el calentamiento global, se convierten en un serio peligro para la salud pública


Los insectos portadores de enfermedades están colonizando todo el planeta debido al calentamiento global, alerta la UE. Mosquitos y garrapatas son los más peligrosos: transmiten enfermedades para las que no siempre hay tratamiento médico. El mosquito tigre ya ha llegado a España y es especialmente dañino para la salud pública.


Redacción T21
19/03/2018

Imagen: JRC.
Los insectos portadores de enfermedades se están extendiendo a partes cada vez más amplias del mundo debido al cambio climático, advierte un informe de la Unión Europea.

Eso significa que cada vez más personas están expuestas a infecciones virales como la fiebre del dengue, chikungunya, zika, fiebre del Nilo occidental, fiebre amarilla y encefalitis transmitida por garrapatas. Para muchas de estas enfermedades, todavía no hay antivirales o vacunas específicas.

Las enfermedades transmitidas por vectores (organismos vivos que pueden transmitir enfermedades infecciosas entre personas, o de animales a personas) representan más del 17% de todas las enfermedades infecciosas, y provocan cada año más de 700.000 defunciones, según la Organización Mundial de la Salud. Estas cifras podrían dispararse por el calentamiento global, según se desprende del informe europeo.

Infecciones transmitidas

El dengue es una infección vírica transmitida por mosquitos. Causa síntomas gripales y en ocasiones evoluciona hasta convertirse en un cuadro potencialmente mortal llamado dengue grave. En las últimas décadas ha aumentado enormemente la incidencia de dengue en el mundo.

La fiebre chikungunya es una enfermedad vírica transmitida al ser humano por mosquitos infectados. Además de fiebre y fuertes dolores articulares, produce otros síntomas, tales como dolores musculares, dolores de cabeza, náuseas, cansancio y erupciones cutáneas.

La enfermedad por el virus de Zika es  causada por un virus transmitido principalmente por mosquitos del género Aedes. Viene acompañada de fiebre no muy elevada, exantema, conjuntivitis, dolores musculares y articulares, malestar o cefaleas, que suelen durar entre 2 y 7 días. Se cree que está relacionada con la microcefalia y el síndrome de Guillain-Barré, así como con otras complicaciones neurológicas.

Por virus infectados se transmite también el virus del Nilo Occidental, que puede causar una enfermedad mortal del sistema nervioso en los seres humanos. Sin embargo, casi el 80% de las personas infectadas no presentan síntoma alguno.

La fiebre amarilla es una enfermedad vírica aguda, hemorrágica, transmitida asimismo por mosquitos infectados. Una pequeña proporción de pacientes infectados presentan síntomas graves, y aproximadamente la mitad de estos casos fallecen en un plazo de 7 a 10 días. El virus es endémico en las zonas tropicales de África y de América Central y Sudamérica.

La encefalitis transmitida por garrapatas es una infección viral causada por el virus de la encefalitis por garrapatas. La transmisión del virus es casi siempre vectorial, en Europa fundamentalmente por las garrapatas (Ixodes ricinus). Ya se ha encontrado en varios países europeos, incluidos Austria, la República Checa, Alemania, Lituania, Polonia, Eslovaquia, Suecia y, más recientemente, los Países Bajos.
 

Creciente propagación

El calentamiento global ha permitido la proliferación de mosquitos, garrapatas y otros insectos portadores de estas enfermedades. Estos vectores se adaptan a las diferentes estaciones del año, migrando y extendiéndose a nuevas áreas de nicho que se han vuelto más cálidas.

Estas son las conclusiones de un informe del Joint Research Centre (JRC), que tiene como objetivo crear conciencia sobre la amenaza que plantea la propagación de los arbovirus (virus transmitidos por artrópodos), según se informa en un comunicado.

Los mosquitos Aedes propagan varios arbovirus, incluidos los virus Dengue, Chikungunya, Zika, West Nile y la fiebre amarilla.

Estos mosquitos prosperan en entornos urbanos debido a la falta de depredadores naturales y a la disponibilidad de alimentos y hábitats para la procreación.

Han existido en África y Asia durante muchos años y ahora se están volviendo más y más generalizados. Recientemente se han establecido en algunos países europeos y en las Américas, en gran parte como resultado de los viajes y el comercio internacional.

Su alarmante propagación plantea un problema para la salud pública. Son difíciles de erradicar: sus larvas pueden sobrevivir durante meses, incluso en condiciones de humedad y temperatura inferiores a las óptimas.

Uno de los vectores más recientemente reportados para el virus, la especie de garrapata Dermacentor reticulatus, se está extendiendo rápidamente por Europa. Tiene una alta tasa de reproducción, es resistente al frío y puede vivir bajo el agua durante meses.

Los humanos pueden infectarse con una picadura de garrapata o al consumir productos lácteos no pasteurizados que no cumplen con los estándares de seguridad de la UE y que provienen de animales infectados. Afortunadamente, TBEV puede ser vacunado contra.

Zika: gran preocupación para Europa

El virus del Zika ha recibido mucha atención de los medios debido a su asociación con trastornos neurológicos como el síndrome de Guillain-Barré (GBS) y el desarrollo de microcefalia (cabeza anormalmente pequeña) en fetos.

Es difícil de diagnosticar y no hay cura o vacuna. Identificada por primera vez en 1947 en el bosque de Zika de Uganda, su diseminación es una preocupación seria dada la creciente presencia de su vector principal, el mosquito Aedes albopictus, en zonas templadas, incluidas Europa y América.

El primer brote documentado de infección por ZIKV se informó en 2007 en Micronesia. Desde entonces, se extendió a la Polinesia Francesa y Brasil, donde infectó a 1,3 millones de personas en 2015.

Más de 70 territorios en todo el mundo han confirmado casos autóctonos (indígenas) de ZIKV. En marzo de 2017, se informó que 2.130 europeos tenían infecciones por ZIKV asociadas con viajes.

Estrategias de control de mosquitos

El informe describe y analiza varios métodos que se han utilizado para controlar la propagación de mosquitos, incluidos insecticidas, trampas para mosquitos, modificación genética, recuperación de tierras y vigilancia del hábitat.

Actualmente, los métodos más seguros y más fácilmente disponibles y disponibles para controlar los mosquitos son las trampas para mosquitos (para áreas relativamente pequeñas) y las redes, y la reducción de posibles criaderos (agua estancada).

Si bien el equipo de investigación del estudio abogó por un mejor control de las poblaciones de mosquitos, también advierten que sería imprudente eliminar por completo los mosquitos del ecosistema.

Son parte de la red alimenticia de algunas especies y polinizan muchas plantas. Limpiarlos por completo podría tener efectos negativos en la naturaleza y, por consiguiente, para los humanos, concluyen.

Ojo con el mosquito tigre

La alerta por el efecto que el cambio climático puede tener en la expansión de enfermedades infecciosas no es reciente. Los primeros avisos datan del año 2000, si bien en 2015 esta amenaza se documentó rigurosamente en un artículo de la revista Philosophical transactions de la Royal Society.

Según esta investigación, 2.400 millones de personas quedarán expuestos al mosquito tigre en 2050, especialmente en el noroeste de la Península Ibérica, Francia, Irlanda, sur de Gran Bretaña, debido al calentamiento global.

El mosquito tigre es una especie invasora diurna originaria del sudeste de Asia, habiéndose extendido por África, América y Europa desde 1979 y posteriormente por la zona del Pacífico. Representa una creciente amenaza para la salud pública en todo el mundo debido a su rápida y agresiva expansión desde su área de distribución nativa, ya que desde hace casi 40 años ha conseguido propagarse por todos los continentes del planeta excepto la Antártida.

Su expansión puede producirse por el transporte de personas, o de mercancías con restos de agua acumulada como pueden ser neumáticos usados, o plantas ornamentales como es el caso del bambú de la suerte (Dracaena sanderiana). Sus huevos son resistentes a la desecación por lo que puede también entrar en cauchos usados importados que llevan sus huevos secos adosados internamente, una vez que hacen contacto con el agua, eclosionan y emergen las larvas de primer estadio (de cuatro posibles).

En Europa se ha detectado en Albania, Italia, España, Francia, Bélgica, Suiza, Hungría, Montenegro, Holanda y Grecia. En Cataluña (España), se notificó su presencia por el Servicio de Control de Mosquitos del Consell Comarcal del Baix Llobregat el verano de 2004 en la población de San Cugat del Vallés,​ habiéndose extendido a muchos municipios circundantes, sin que haya comportado transmisión de enfermedades en esta área.

Referencia
Toward Climate Change Impact: Vectors carrying viral infection. What we should know. Diana Conduto António; Isabella Sanseverino; Luca Pozzoli; Teresa Lettieri. Publications Office of the European Union. DOI:10.2760/067022



Redacción T21
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