Inauguran una nueva red de investigación de vida extraterrestre

Reino Unido reúne a académicos de once instituciones en el proyecto USKRN


Reino Unido ha creado una nueva red para promover la investigación académica en la búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI), la USKRN. El proyecto cuenta con académicos de 11 instituciones de todo el país, y su representante más destacado es el Astrónomo Real y profesor Martin Rees. La USKRN se ocupará de buscar señales extraterrestres con avanzados radiotelescopios, así como de desarrollar métodos para interpretarlas, como si fueran un tipo de lenguaje.


Royal Astronomical Society/T21
08/07/2013

Reino Unido ha creado una nueva red para promover la investigación académica en la búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI).

Esta “Red de Investigación SETI Reino Unido” (UKSRN) reúne a académicos de 11 instituciones de todo el país, y su representante más destacado es el Astrónomo Real y profesor Martin Rees.

El viernes pasado, se presentó la actividad que actualmente desarrolla UKSRN y su estrategia de futuro, en una sesión celebrada en el marco del National Astronomy Meeting de St Andrews, informa la Royal Astronomical Society en un comunicado.

Allí se informó de que UKSRN pretende cubrir un amplio espectro de temas de investigación, como posibles métodos para la detección de señales, el desafío lingüístico que entrañaría descifrar mensajes o la probabilidad de que una civilización extraterrestre interactúe con la Tierra, entre otros.

La captación de señales

Para la captación de señales se empleará una gigantesca red de radiotelescopios ubicada en Gran Bretaña, que permite estudiar el Universo con mayor profundidad de lo que hasta ahora había sido posible.

Se trata del complejo e-Merlin, inaugurado en 2009, que cuenta con un total de siete radiotelescopios para los proyectos SETI, entre ellos el Telescopio Lovell.

El complejo está conectado por fibra óptica al llamado Observatorio Jodrell Bank y se extiende 217 kilómetros, entre Cheshire y Cambridge.

Este enfoque multi-telescopio ofrece la posibilidad de distinguir señales extraterrestres verdaderas de interferencias generadas en la Tierra, un problema clave para todos los proyectos SETI de radio.

Los responsables del proyecto se mostraron entusiasmados, y creen que e-MERLIN y otras instalaciones previstas, como el radiotelescopio SKA que estará ubicado en territorio de Australia y de Sudáfrica en 2020, “supondrán una importante contribución a la búsqueda de vida inteligente en otros lugares del Universo “.

El tema de la comunicación

El segundo tema a trabajar en UKRSN será cómo afrontar un posible contacto con extraterrestres. A este respecto, John Elliott, investigador de la comunicación de la Universidad Metropolitana de Leeds explicó que se han analizado más de 60 idiomas humanos que abarcan todos los tipos distintos de sistemas comunicativos, así como la comunicación no humana, esto es, la de robots y delfines.

Elliot cree que mediante la comprensión de nuestra capacidad de análisis para la comunicación, se pueden desarrollar estrategias para la interpretación y comprensión de mensajes de origen extraterrestre.

Por ejemplo, sus investigaciones se centran en averiguar si existen elementos unitarios en todos los fenómenos comunicativos, independientemente de cuál sea su fuente, de tal manera que se puedan distinguir las comunicaciones de cualesquiera otras señales del universo.

"Al mirar por debajo de la superficie de sonidos y símbolos arbitrarios, podemos "ver" la máquina del lenguaje mismo: sus mecanismos, restricciones, las fuerzas evolutivas de la eficiencia y del compromiso que lo conforman. Mediante la comprensión de estas estructuras, debería ser posible recabar información sobre la inteligencia del autor del mensaje ", afirmó Elliott.

Sobre las probabilidades de interacción

En la investigación sobre vida extraterrestre, existe una importante paradoja: las estimaciones señalan que existe una alta probabilidad de que haya civilizaciones extraterrestres en el Universo. Sin embargo, no hay pruebas de su existencia. La falta de contactos con estas posibles civilizaciones es un área clave de investigación del proyecto SETI.

En esta dirección, Anders Sandberg, del Future of Humanity Institute de la Universidad de Oxford está investigando la cuestión de a qué distancia en el espacio y el tiempo podría encontrarse una civilización extraterrestre –con respecto a la Tierra- y la probabilidad de que ésta interactúe con nuestro planeta, en función de esas variables.

Según Sandberg: “Hay millones o miles de millones de galaxias desde las cuales una civilización podría haber llegado a nosotros, si se hubiese establecido pronto”, afirma Sandberg.

Para ello, además, debería haber vivido lo suficiente como para desarrollar la tecnología suficiente como para desplazarse entre galaxias, un punto que ha analizado Austin Gerig, investigador de redes complejas de la Universidad de Oxford.

Según él, el análisis de redes y las estimaciones sobre la supervivencia de éstas sugieren que es probable que existan muchas civilizaciones pero también es probable que éstas sean pequeñas y que no sean de larga duración, lo que disminuye las posibilidades de que podamos cruzarnos con ellas.

Grandes estructuras extraterrestres

Duncan Forgan, del Observatorio Real de Edimburgo, por su parte, está estudiando la posibilidad de detectar grandes estructuras construidas por civilizaciones extraterrestres, y que se encuentren orbitando estrellas.

Sería con el llamado “método de tránsito”, un sistema que ya se usa para detectar planetas extrasolares a través de la medición de la reducción de la luz estelar, cuando un planeta pasa frente a la estrella.

Este sistema es el más empleado actualmente en la búsqueda de planetas extrasolares. Las misiones Corot (2006) de la ESA, y Kepler(2009) de la NASA, han puesto en órbita satélites con sensores fotométricos del tipo CCD extremadamente sensibles, con los que se espera averiguar el número de planetas existentes en la galaxia, así como encontrar planetas del tamaño y órbita de la Tierra.

"Si bien las probabilidades de ver megaestructuras son probablemente muy bajas, pronto tendremos un enorme archivo de datos sobre exoplanetas que nos ayudarán buscar estos objetos”, aseguró el investigador.



Royal Astronomical Society/T21
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