La esfera se alimenta con panales solares adosados en su exterior. Per Samuelsson (NS).
Un ejército de robots esféricos inflables podría dentro de unos años rodar por la superficie de Marte. Los ingenieros que los han diseñado creen que sería una forma muy barata de explorar grandes superficies en otros planetas. La idea, recogida en el último número de la revista Acta Astronáutica, ha sido del ingeniero Fredrik Bruhn, del Ǻngström Aerospace, en Uppsala, Suecia. Sus puntos fuertes son su ligereza y que puede recorrer grandes distancias gastando muy poca energía. Se calcula que con una carga de su batería sería capaz de hacer un trayecto de unos 100 kilómetros.
Según informa Newscientist, otros investigadores habían propuesto hacer vehículos exploradores esféricos y rodantes, sin embargo a nadie hasta ahora se le había ocurrido que éstos fueran inflables. El diseño original de Bruhn y su equipo sólo tiene 30 centímetros de diámetro que, una vez toma tierra, se hincha mediante gas xenon gracias a un cartucho que lleva en su interior.
Reducidas dimensiones
Otra de sus principales ventajas es, precisamente, su reducido tamaño cuando está deshinchado. De hecho, ocupa la mitad de volumen que un vehículo de exploración habitual equipado con la misma instrumentación. Esta tecnología, permitirá a los descendientes de los vehículos Spirtit y Opportunity, que ya pululan por la superficie marciana, llevar en su interior uno de estos vehículos rodantes, lo que ampliaría mucho el interés científico de este tipo de misiones.
Bruhn espera que la idea funcione porque una versión más grande (aunque no inflable), de esta tecnología ya ha sido testada. Se trata de un desarrollo llevado a cabo por la empresa Rotundus, con base en Estocolmo. Lo han bautizado como “Groundbot” y está siendo probado en misiones de seguridad y vigilancia por la división de defensa de Saab.
“Groundbot” puede patrullar grandes áreas, como puertos, viajar sobre nieve, arena o cualquier otra superficie. Al ser una esfera, sólo uno de sus puntos roza el suelo, por lo que su fricción es casi cero, de ahí su eficiencia energética.
La versión inflable de este robot estará hecha de polyaryletheretherketone, un plástico ultra fuerte que se usa habitualmente en vuelos espaciales porque es capaz de soportar altas temperaturas. En su interior, un eje metálico hueco va de un lado al otro de la esfera y sostiene toda la electrónica del explorador sobre un péndulo.
El péndulo es crucial porque es el mecanismo que mueve la esfera. Cuando un motor obliga a la masa que cuelga del péndulo a moverse hacia adelante, la esfera gira para colocarla en el centro de gravedad.
La esfera hinchable obtiene su energía de unos paneles solares muy finos que lleva sobre algunas de las partes hexagonales que forman su superficie, exactamente como los de una pelota de fútbol. Para mantener los paneles limpios de polvo, sus creadores han ideado un limpiador ultrasónico que va dentro de la esfera y que la hace vibrar para sacudirse el polvo.
Sensores atmosféricos, cámaras y pinzas están dentro de los ejes huecos. Asimismo, el péndulo permite que la pelota se incline para tomar muestras de suelo. Además, la superficie de la pelota está cubierta con electrodos que son utilizados para detectar las propiedades eléctricas del suelo.
Según el diseño ideado por Bruhn el explorador inflable será capaz de informar por radio sobre cualquier terreno potencialmente interesante que encuentre.
Dos formas de aterrizar
El equipo, que también incluye ingenieros de la Universidad de Uppsala y del Jet Propulsion Laboratory de la NASA en Pasadena, prevé dos situaciones de aterrizaje. En la primera, una sonda aterrizaría con normalidad sobre la superficie del planeta y desplegaría después estos exploradores en función de sus necesidades.
En otra situación, menos probable, una sonda llegada a Marte podría inflar una multitud de exploradores y lanzarlos a la atmósfera. En este caso, incluirían una pantalla térmica para protegerlos de las altas temperaturas que tendrían que soportar al entrar en la atmósfera marciana.
Originalmente, este diseño fue ideado como parte de la misión BebiColombo, de la ESA, con destino a Mercurio, y que debía incluir un vehículo para explorar las regiones polares más frías del planeta en 2013. Finalmente, esta parte de la misión fue dejada de lado.
Según informa Newscientist, otros investigadores habían propuesto hacer vehículos exploradores esféricos y rodantes, sin embargo a nadie hasta ahora se le había ocurrido que éstos fueran inflables. El diseño original de Bruhn y su equipo sólo tiene 30 centímetros de diámetro que, una vez toma tierra, se hincha mediante gas xenon gracias a un cartucho que lleva en su interior.
Reducidas dimensiones
Otra de sus principales ventajas es, precisamente, su reducido tamaño cuando está deshinchado. De hecho, ocupa la mitad de volumen que un vehículo de exploración habitual equipado con la misma instrumentación. Esta tecnología, permitirá a los descendientes de los vehículos Spirtit y Opportunity, que ya pululan por la superficie marciana, llevar en su interior uno de estos vehículos rodantes, lo que ampliaría mucho el interés científico de este tipo de misiones.
Bruhn espera que la idea funcione porque una versión más grande (aunque no inflable), de esta tecnología ya ha sido testada. Se trata de un desarrollo llevado a cabo por la empresa Rotundus, con base en Estocolmo. Lo han bautizado como “Groundbot” y está siendo probado en misiones de seguridad y vigilancia por la división de defensa de Saab.
“Groundbot” puede patrullar grandes áreas, como puertos, viajar sobre nieve, arena o cualquier otra superficie. Al ser una esfera, sólo uno de sus puntos roza el suelo, por lo que su fricción es casi cero, de ahí su eficiencia energética.
La versión inflable de este robot estará hecha de polyaryletheretherketone, un plástico ultra fuerte que se usa habitualmente en vuelos espaciales porque es capaz de soportar altas temperaturas. En su interior, un eje metálico hueco va de un lado al otro de la esfera y sostiene toda la electrónica del explorador sobre un péndulo.
El péndulo es crucial porque es el mecanismo que mueve la esfera. Cuando un motor obliga a la masa que cuelga del péndulo a moverse hacia adelante, la esfera gira para colocarla en el centro de gravedad.
La esfera hinchable obtiene su energía de unos paneles solares muy finos que lleva sobre algunas de las partes hexagonales que forman su superficie, exactamente como los de una pelota de fútbol. Para mantener los paneles limpios de polvo, sus creadores han ideado un limpiador ultrasónico que va dentro de la esfera y que la hace vibrar para sacudirse el polvo.
Sensores atmosféricos, cámaras y pinzas están dentro de los ejes huecos. Asimismo, el péndulo permite que la pelota se incline para tomar muestras de suelo. Además, la superficie de la pelota está cubierta con electrodos que son utilizados para detectar las propiedades eléctricas del suelo.
Según el diseño ideado por Bruhn el explorador inflable será capaz de informar por radio sobre cualquier terreno potencialmente interesante que encuentre.
Dos formas de aterrizar
El equipo, que también incluye ingenieros de la Universidad de Uppsala y del Jet Propulsion Laboratory de la NASA en Pasadena, prevé dos situaciones de aterrizaje. En la primera, una sonda aterrizaría con normalidad sobre la superficie del planeta y desplegaría después estos exploradores en función de sus necesidades.
En otra situación, menos probable, una sonda llegada a Marte podría inflar una multitud de exploradores y lanzarlos a la atmósfera. En este caso, incluirían una pantalla térmica para protegerlos de las altas temperaturas que tendrían que soportar al entrar en la atmósfera marciana.
Originalmente, este diseño fue ideado como parte de la misión BebiColombo, de la ESA, con destino a Mercurio, y que debía incluir un vehículo para explorar las regiones polares más frías del planeta en 2013. Finalmente, esta parte de la misión fue dejada de lado.