Imagen: Sebastian Tomus. Fuente: PhotoXpress.
Un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descrito un nuevo mecanismo molecular que bloquea la infección del VIH-1 (virus de la inmunodeficiencia humana).
Su trabajo demuestra que, dependiendo de los niveles del correceptor CCR5 en la membrana de las células, se bloquea la infección del VIH. Este descubrimiento podría utilizarse para proteger a los linfocitos de la infección por este virus. El estudio, dirigido por un equipo del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, se publica en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Para que el VIH-1 entre en las células, debe unirse a la proteína CD4 y a los correceptores CXCR4 o CCR5. Las cepas X4 del VIH-1 usan el correceptor CXCR4, mientras que las cepas R5 utilizan al CCR5. En personas recién infectadas por el virus del sida se aislaron principalmente cepas R5 del VIH-1.
Éstas son las responsables de infectar a células del sistema inmune tales como macrófagos, células dendríticas y linfocitos T CD4+. Estas células, que expresan ambos correceptores, se encuentran en la mucosa genital y rectal y en los órganos linfoides del aparato digestivo.
En la mitad de los pacientes, las cepas R5 mutan a las virulentas cepas X4, un cambio asociado a la pérdida de linfocitos y al desarrollo de la enfermedad.
Su trabajo demuestra que, dependiendo de los niveles del correceptor CCR5 en la membrana de las células, se bloquea la infección del VIH. Este descubrimiento podría utilizarse para proteger a los linfocitos de la infección por este virus. El estudio, dirigido por un equipo del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, se publica en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Para que el VIH-1 entre en las células, debe unirse a la proteína CD4 y a los correceptores CXCR4 o CCR5. Las cepas X4 del VIH-1 usan el correceptor CXCR4, mientras que las cepas R5 utilizan al CCR5. En personas recién infectadas por el virus del sida se aislaron principalmente cepas R5 del VIH-1.
Éstas son las responsables de infectar a células del sistema inmune tales como macrófagos, células dendríticas y linfocitos T CD4+. Estas células, que expresan ambos correceptores, se encuentran en la mucosa genital y rectal y en los órganos linfoides del aparato digestivo.
En la mitad de los pacientes, las cepas R5 mutan a las virulentas cepas X4, un cambio asociado a la pérdida de linfocitos y al desarrollo de la enfermedad.
Protección contra las cepas más virulentas
Esta investigación pone de manifiesto la relevancia de la agrupación (oligomerización) de los receptores CXCR4 y CCR5 y la proteína CD4 en la membrana celular. Los resultados demuestran cómo los niveles de CCR5 en los linfocitos analizados controlan la unión del virus X4; un paso necesario para su entrada en la célula y por lo tanto para la infección.
Este descubrimiento podría utilizarse para proteger a los linfocitos T CD4+ de la infección por las cepas más virulentas del virus del sida.
Como aún no existe una vacuna efectiva contra este síndrome, “una nueva estrategia para impedir la infección del VIH-1 podría ser el diseño de fármacos que mimetizaran los efectos de CCR5 en la membrana celular”, explica el investigador del CSIC Mario Mellado, del Centro Nacional de Biotecnología, que ha dirigido el estudio en un comunicado del Consejo.
Mellado añade que los resultados ayudan a comprender por qué las cepas más virulentas del VIH-1 “conducen a una progresión más rápida de la enfermedad con un empeoramiento de los síntomas” y cómo la proporción de los receptores que utiliza el virus influye en la susceptibilidad a la infección.
Esta investigación pone de manifiesto la relevancia de la agrupación (oligomerización) de los receptores CXCR4 y CCR5 y la proteína CD4 en la membrana celular. Los resultados demuestran cómo los niveles de CCR5 en los linfocitos analizados controlan la unión del virus X4; un paso necesario para su entrada en la célula y por lo tanto para la infección.
Este descubrimiento podría utilizarse para proteger a los linfocitos T CD4+ de la infección por las cepas más virulentas del virus del sida.
Como aún no existe una vacuna efectiva contra este síndrome, “una nueva estrategia para impedir la infección del VIH-1 podría ser el diseño de fármacos que mimetizaran los efectos de CCR5 en la membrana celular”, explica el investigador del CSIC Mario Mellado, del Centro Nacional de Biotecnología, que ha dirigido el estudio en un comunicado del Consejo.
Mellado añade que los resultados ayudan a comprender por qué las cepas más virulentas del VIH-1 “conducen a una progresión más rápida de la enfermedad con un empeoramiento de los síntomas” y cómo la proporción de los receptores que utiliza el virus influye en la susceptibilidad a la infección.
Referencia bibliográfica:
Martínez-Muñoz L, Barroso R, Dyrhaug SY, Navarro G, Lucas P, Soriano SF, Vega, B, Costas C, Muñoz-Fernández MA, Santiago C, Rodríguez-Frade JM, Franco R, Mellado M. CCR5/CD4/CXCR4 oligomerization prevents HIV-1 gp120IIIB binding to the cell surface. Proceedings of the National Academy of Sciences (2014). DOI: 10.1073/pnas.1322887111.
Martínez-Muñoz L, Barroso R, Dyrhaug SY, Navarro G, Lucas P, Soriano SF, Vega, B, Costas C, Muñoz-Fernández MA, Santiago C, Rodríguez-Frade JM, Franco R, Mellado M. CCR5/CD4/CXCR4 oligomerization prevents HIV-1 gp120IIIB binding to the cell surface. Proceedings of the National Academy of Sciences (2014). DOI: 10.1073/pnas.1322887111.