Según Human Rights Watch, los tres suicidios de Guantánamo eran perfectamente previsibles porque las personas están detenidas al margen de la ley y sin aparente solución. Y no son prisioneros de un grupo terrorista, sino del Gobierno de una gran nación que ha padecido violentamente el ataque del terrorismo, particularmente el 11S. Los fallecidos no son las únicas víctimas: decenas de prisioneros en Guantánamo están en huelga de hambre por el hecho de estar detenidos indefinidamente sin tener reconocidos los derechos que el sistema judicial norteamericano otorga a los prisioneros de guerra o a los delincuentes comunes. Es una situación insólita que ha sido denunciada vehementemente por diversos organismos de derechos humanos, particularmente Amnistía Internacional, que en su Informe 2004 señala que, lejos de garantizar que la "guerra contra el terrorismo" se libraría sin recurrir a violaciones de derechos humanos, la Administración Bush elude la prohibición internacional de la tortura y de los tratos crueles, inhumanos o degradantes. AI recuerda al respecto que las fuerzas armadas de Estados Unidos han tomado bajo custodia a más de 50.000 personas durante sus operaciones militares en Afganistán e Irak y que gestionan alrededor de 25 centros de detención en Afganistán, y otros 17 en Irak. En Guantánamo permanecen recluidas más de 460 personas. Además, un número desconocido de detenidos está bajo custodia de Estados Unidos en instalaciones no reveladas o han sido puestos bajo la custodia de otros países. Nadie duda de la necesidad de combatir el terrorismo, tanto con medidas políticas como policiales, pero bordear el Derecho para preservar las leyes es un camino que no conduce a ninguna parte. Sufrimos un déficit de inteligencia del que Guantánamo es su peor expresión.
Guantanamort
Eduardo Martínez
11/06/2006
Eduardo Martínez
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