Los agujeros negros de Internet, según Reporteros sin Fronteras.
Shi Tao es un periodista chino condenado en abril de 2005 a diez años de cárcel por “divulgación ilegal de secretos de Estado en el extranjero”. Se trataba de una nota dirigida por el gobierno chino a los medios de comunicación, en la que avisaba a los periodistas de los peligros de desestabilización social en relación con la conmemoración del decimoquinto aniversario de la masacre de la Plaza de Tiananmen.
Se condenó a Shi Tao por difundir esta comunicación a través de su e-mail y en la sentencia se indicó como una de las pruebas determinantes la información privada acerca de la cuenta de correo de Tao proporcionada por la filial china de Yahoo a la Justicia. Esto hizo de la compañía blanco de las más duras críticas provenientes de un amplio espectro ideológico, entre otras de Reporteros sin fronteras.
El congresista demócrata Tom Lantos calificó el comportamiento de Yahoo como propio de “pigmeos morales”, mientras que el republicano Chris Smith comparó la cooperación de Yahoo con el gobierno chino con las empresas que colaboraron con el régimen nazi durante la II Guerra Mundial. Reporteros sin Fronteras calificó a Yahoo como “auxiliar de la policía china”.
Libertad de expresión digital
El caso de Yahoo –uno entre muchos– indica que, en el mundo globalizado, decisiones en principio exclusivamente comerciales tomadas por los gigantes de las telecomunicaciones pueden tener implicaciones de mayor trascendencia en ámbitos como la ética o la política, y afectar a algunas de las más profundas convicciones en las que se sustenta nuestro sistema de vida, como el de la libertad de expresión.
La Global Network Initiative, a la que han dado su apoyo, además de Yahoo, otras grandes compañías líderes como Google o Microsoft, dedica sus esfuerzos a proteger y hacer avanzar la libertad de expresión y el derecho a la privacidad en el ámbito de las tecnologías de la información y la comunicación. Al lado de estos y otros líderes tecnológicos (compañías europeas como France Telecom o Vodafone estudian sumarse al proyecto), trabajan destacadas organizaciones de derechos humanos, departamentos universitarios e incluso algunos gestores financieros.
Se trata de animar a las compañías a “evitar o minimizar el impacto de las restricciones gubernamentales sobre la libertad de expresión”, según un borrador sobre el que informaba recientemente el New York Times. Para ello, se ha elaborado un código global de conducta a seguir por las compañías que operen en países cuyos gobiernos pretendan ejercer algún tipo de censura sobre la información o atenten contra los derechos humanos reconocidos por las leyes internacionales.
Enfrentarse a los guardianes
El establecimiento de una mayor transparencia con los usuarios, el asesoramiento sobre riesgos para los derechos humanos y el enfrentamiento con las violaciones de los mismos, el requerimiento a los gobiernos de las bases legales de sus acciones y políticas, son algunas de las prácticas que deberán ejercer las compañías, que tendrán además acceso a un foro que dará soporte a la cotinuidad de la colaboración, el aprendizaje compartido y las acciones conjuntas concernientes a la libertad en el mundo digital.
“Internet y las comunicaciones móviles han dado a los periodistas una nueva y poderosa voz. Pero los gobiernos del Gran Hermano están continuamente transformando esas tecnologías libres en herramientas de control y represión. La censura, el filtrado de Internet y las escuchas ilegales proliferan por doquier. Uno de cada tres periodistas actualmente encarcelados trabajaba online”, señala Robert Mahoney, director suplente del Committe to Protect Journalists, en un comunicado de la Iniciativa, y añade con respecto a la misma: “se trata de un primer paso, pero un importantísimo primer paso, en el proceso de poner los derechos básicos de libertad de expresión y privacidad al frente y en el centro de la batalla que se libra entre el público y los guardianes de la comunicación y la información.”
Como significativas ausencias de la Iniciativa cabe señalar las de AT&T, Verizon Communications y Sprint Nextel, que protagonizaron en 2005 un escándalo al descubrirse que estaban implicadas en un oscuro asunto de vigilancias ilícitas por parte del gobierno.
Logging gubernamental
Por otro lado, no faltan las voces discrepantes o excépticas, como la de Morton Sklar, director ejecutivo de World Organization for Human Rights USA, quien dijo que las propuestas de la Iniciativa después de dos años de trabajo se quedan prácticamente en nada, “poco más que un amplio estamento de apoyo para un principio general sin ningún mecanismo concreto de seguridad para asegurar que las líneas de acción serán seguidas.”
Sklar señala que, a día de hoy, las filiales chinas de Google Microsoft y Yahoo cooperan con el gobierno chino accediendo a sus demandas de que los resultados de las búsquedas sean filtradas. Y por ejemplo la versión china de Skype, la popular aplicación de voz sobre IP, se ha modificado para permitir el registro y posterior almacenamiento de las sesiones de chat.
A la pregunta del NYT sobre si la Iniciativa hubiera supuesto alguna diferencia en el caso de Shi Tao, de haber estado funcionando entonces, Mr. Sklar respondió que, según sus impresiones, ninguna en aboluto.
Se condenó a Shi Tao por difundir esta comunicación a través de su e-mail y en la sentencia se indicó como una de las pruebas determinantes la información privada acerca de la cuenta de correo de Tao proporcionada por la filial china de Yahoo a la Justicia. Esto hizo de la compañía blanco de las más duras críticas provenientes de un amplio espectro ideológico, entre otras de Reporteros sin fronteras.
El congresista demócrata Tom Lantos calificó el comportamiento de Yahoo como propio de “pigmeos morales”, mientras que el republicano Chris Smith comparó la cooperación de Yahoo con el gobierno chino con las empresas que colaboraron con el régimen nazi durante la II Guerra Mundial. Reporteros sin Fronteras calificó a Yahoo como “auxiliar de la policía china”.
Libertad de expresión digital
El caso de Yahoo –uno entre muchos– indica que, en el mundo globalizado, decisiones en principio exclusivamente comerciales tomadas por los gigantes de las telecomunicaciones pueden tener implicaciones de mayor trascendencia en ámbitos como la ética o la política, y afectar a algunas de las más profundas convicciones en las que se sustenta nuestro sistema de vida, como el de la libertad de expresión.
La Global Network Initiative, a la que han dado su apoyo, además de Yahoo, otras grandes compañías líderes como Google o Microsoft, dedica sus esfuerzos a proteger y hacer avanzar la libertad de expresión y el derecho a la privacidad en el ámbito de las tecnologías de la información y la comunicación. Al lado de estos y otros líderes tecnológicos (compañías europeas como France Telecom o Vodafone estudian sumarse al proyecto), trabajan destacadas organizaciones de derechos humanos, departamentos universitarios e incluso algunos gestores financieros.
Se trata de animar a las compañías a “evitar o minimizar el impacto de las restricciones gubernamentales sobre la libertad de expresión”, según un borrador sobre el que informaba recientemente el New York Times. Para ello, se ha elaborado un código global de conducta a seguir por las compañías que operen en países cuyos gobiernos pretendan ejercer algún tipo de censura sobre la información o atenten contra los derechos humanos reconocidos por las leyes internacionales.
Enfrentarse a los guardianes
El establecimiento de una mayor transparencia con los usuarios, el asesoramiento sobre riesgos para los derechos humanos y el enfrentamiento con las violaciones de los mismos, el requerimiento a los gobiernos de las bases legales de sus acciones y políticas, son algunas de las prácticas que deberán ejercer las compañías, que tendrán además acceso a un foro que dará soporte a la cotinuidad de la colaboración, el aprendizaje compartido y las acciones conjuntas concernientes a la libertad en el mundo digital.
“Internet y las comunicaciones móviles han dado a los periodistas una nueva y poderosa voz. Pero los gobiernos del Gran Hermano están continuamente transformando esas tecnologías libres en herramientas de control y represión. La censura, el filtrado de Internet y las escuchas ilegales proliferan por doquier. Uno de cada tres periodistas actualmente encarcelados trabajaba online”, señala Robert Mahoney, director suplente del Committe to Protect Journalists, en un comunicado de la Iniciativa, y añade con respecto a la misma: “se trata de un primer paso, pero un importantísimo primer paso, en el proceso de poner los derechos básicos de libertad de expresión y privacidad al frente y en el centro de la batalla que se libra entre el público y los guardianes de la comunicación y la información.”
Como significativas ausencias de la Iniciativa cabe señalar las de AT&T, Verizon Communications y Sprint Nextel, que protagonizaron en 2005 un escándalo al descubrirse que estaban implicadas en un oscuro asunto de vigilancias ilícitas por parte del gobierno.
Logging gubernamental
Por otro lado, no faltan las voces discrepantes o excépticas, como la de Morton Sklar, director ejecutivo de World Organization for Human Rights USA, quien dijo que las propuestas de la Iniciativa después de dos años de trabajo se quedan prácticamente en nada, “poco más que un amplio estamento de apoyo para un principio general sin ningún mecanismo concreto de seguridad para asegurar que las líneas de acción serán seguidas.”
Sklar señala que, a día de hoy, las filiales chinas de Google Microsoft y Yahoo cooperan con el gobierno chino accediendo a sus demandas de que los resultados de las búsquedas sean filtradas. Y por ejemplo la versión china de Skype, la popular aplicación de voz sobre IP, se ha modificado para permitir el registro y posterior almacenamiento de las sesiones de chat.
A la pregunta del NYT sobre si la Iniciativa hubiera supuesto alguna diferencia en el caso de Shi Tao, de haber estado funcionando entonces, Mr. Sklar respondió que, según sus impresiones, ninguna en aboluto.