¿Qué sucedería si rasgáramos los velos?
Si prendiéramos, perla mía, una hoguera
en las entrañas del silencio.
Si tornáramos al hogar como dos extraños
en el caos de la corriente
y hubiéramos olvidado a nuestra gente
y la calle descarnada.
Si con la pasión abriéramos en las mejillas de la noche
surcos de amanecer.
¿Qué sucedería en la memoria del ayer
en la conciencia de los días,
si dinamitáramos la fragancia del amor
y aniquiláramos el fuego de las quimeras?
Ah, perla mía, amor que crece en el límite de la distancia.
Ah, poesía cual brasa en el pebetero de la vida
que exhala el aroma de los antepasados.
Tu voz, lagar de mi existencia y mi alma,
tu voz me hace arder con el sol.
Tu amor en mi corazón es duradero y eterno
y no teme al espectro de la muerte.
Hasan Abdallah Al-Qurashi (1968)
Si prendiéramos, perla mía, una hoguera
en las entrañas del silencio.
Si tornáramos al hogar como dos extraños
en el caos de la corriente
y hubiéramos olvidado a nuestra gente
y la calle descarnada.
Si con la pasión abriéramos en las mejillas de la noche
surcos de amanecer.
¿Qué sucedería en la memoria del ayer
en la conciencia de los días,
si dinamitáramos la fragancia del amor
y aniquiláramos el fuego de las quimeras?
Ah, perla mía, amor que crece en el límite de la distancia.
Ah, poesía cual brasa en el pebetero de la vida
que exhala el aroma de los antepasados.
Tu voz, lagar de mi existencia y mi alma,
tu voz me hace arder con el sol.
Tu amor en mi corazón es duradero y eterno
y no teme al espectro de la muerte.
Hasan Abdallah Al-Qurashi (1968)