Cada diez años, los gobiernos de cada región del mundo realizan su censo a nivel nacional: el recuento de la población residente. Esta tarea no es sencilla. Por ejemplo, el censo de la población de China en 2011 supuso una vasta operación de seis millones de encuestadores que realizaban cuestionarios acerca del censo puerta a puerta. El conocimiento de los miembros de una nación es crucial para la planificación de un gobierno, por ejemplo, en términos de inversión de recursos para la atención a los cuidados de las personas mayores. En algunos países, es la base para dividir los escaños parlamentarios sobre los distritos electorales.
Históricamente, la realización del censo ha sido relevante para las naciones Estado modernas, ya que vinculan los datos de población a un territorio concreto. El recuento del censo también ha sido clave para el gobierno de las poblaciones de las colonias, introduciendo y reforzando las jerarquías de etnia, raza y clase social.
Hoy día, en los censos nacionales todavía hay potenciales focos sociales de exclusión en cuanto al recuento del censo se refiere, como demuestra la Oficina del Censo en EEUU, que planea incluir una pregunta sobre la ciudadanía a los cuestionarios del censo del año 2020. Grupos de abogados, científicos sociales y otros temen que la actual política antiinmigración provoque un descenso en el volumen de respuestas entre los inmigrantes, ya que podrían no tener los papeles en regla para vivir en EEUU. De ser así, los datos del censo no serían concluyentes. Esto podría afectar a la representación de sus intereses en las decisiones de financiación pública y la representación en el Congreso de los Estados con mayores tasas de inmigración.
Dichos efectos reales demuestran que la manera en que se llevan a cabo los censos y otros recuentos de población son importantes. Esto es algo que debemos tener en cuenta con el incremento de la aplicación del Big Data. Empresas, gobiernos y académicos sugieren utilizar macro datos de corporaciones tecnológicas como Facebook, empresas de telecomunicaciones o servicios públicos privatizados, para realizar el seguimiento de los datos del censo. Con Facebook trabajando supuestamente en un mapa de todos los ciudadanos del mundo, ¿qué podría suponer esto para los censos llevados a cabo por agencias de estadística? ¿Con qué consecuencias?
La evolución del censo
La investigación que realicé como parte del proyecto ARITHMUS sugiere que los métodos censales nacionales en la Unión Europea cambian en parte como respuesta a las críticas corporativas, del tercer sector y del gobierno. Las críticas incluyen su alto coste, el retraso de las publicaciones, la limitación geográfica y la limitada división de la clasificación de la población en categorías.
Estos problemas son reconocidos por los Institutos Nacionales de Estadística y se están abordando mediante programas europeos de innovación que comenzaron hace más de dos décadas. Como resultado, muchos Institutos Nacionales de Estadística de la Unión Europea están planteando la sustitución del método de cuestionarios (“puerta por puerta”) por un registro digital de la población y otros registros administrativos. Algunos países incluso están introduciendo cuestionarios online como por ejemplo UK. A esto se suma la existencia de regulaciones para garantizar que los censos se lleven a cabo con mayor detalle geográfico y en intervalos más frecuentes.
Además, diversas organizaciones externas están publicando recuentos poblacionales que pueden ser comparados, por lo que complementan o cuestionan los recuentos de censos anteriores. Por ejemplo, en el año 2017, Facebook fue criticado por anunciantes del Reino Unido por filtrar datos del censo que excedían en dos millones el de personas con edades comprendidas entre los 18 y los 25 años. Respondiendo a estas acusaciones, un representante de Facebook dijo en The Guardian que sus métodos estaban parcialmente basados en clics publicitarios, y que “no han sido diseñados para coincidir con estimaciones de población y censo”.
El ejemplo ilustra algunos problemas con los recuentos de las grandes bases de datos, en este caso basados en las redes sociales. En contraste con los datos de encuestas, que consisten en respuestas a preguntas preestablecidas, los datos de las redes sociales se producen mediante el uso de aplicaciones y plataformas que pueden no corresponderse con los datos de los censos. Los problemas adicionales son que los datos de las grandes plataformas de internet contienen más "ruido" (doble clic en el ejemplo anterior) y representan menos partes de la población (personas mayores que no usan las redes sociales). Sin embargo, las encuestas que siguen el método “clásico” también carecen de cobertura de grupos particulares y deben tener en cuenta el sesgo de respuesta.
La mayoría de los Institutos Nacionales de Estadística consultados para este estudio no prevén utilizar grandes bases de datos para producir censos en el futuro inmediato. Pero muchos INE están llevando a cabo experimentos. Un ejemplo es el uso de los datos de geolocalización de los teléfonos móviles para establecer la población en tiempo real, de áreas geográficas específicas.
Históricamente, la realización del censo ha sido relevante para las naciones Estado modernas, ya que vinculan los datos de población a un territorio concreto. El recuento del censo también ha sido clave para el gobierno de las poblaciones de las colonias, introduciendo y reforzando las jerarquías de etnia, raza y clase social.
Hoy día, en los censos nacionales todavía hay potenciales focos sociales de exclusión en cuanto al recuento del censo se refiere, como demuestra la Oficina del Censo en EEUU, que planea incluir una pregunta sobre la ciudadanía a los cuestionarios del censo del año 2020. Grupos de abogados, científicos sociales y otros temen que la actual política antiinmigración provoque un descenso en el volumen de respuestas entre los inmigrantes, ya que podrían no tener los papeles en regla para vivir en EEUU. De ser así, los datos del censo no serían concluyentes. Esto podría afectar a la representación de sus intereses en las decisiones de financiación pública y la representación en el Congreso de los Estados con mayores tasas de inmigración.
Dichos efectos reales demuestran que la manera en que se llevan a cabo los censos y otros recuentos de población son importantes. Esto es algo que debemos tener en cuenta con el incremento de la aplicación del Big Data. Empresas, gobiernos y académicos sugieren utilizar macro datos de corporaciones tecnológicas como Facebook, empresas de telecomunicaciones o servicios públicos privatizados, para realizar el seguimiento de los datos del censo. Con Facebook trabajando supuestamente en un mapa de todos los ciudadanos del mundo, ¿qué podría suponer esto para los censos llevados a cabo por agencias de estadística? ¿Con qué consecuencias?
La evolución del censo
La investigación que realicé como parte del proyecto ARITHMUS sugiere que los métodos censales nacionales en la Unión Europea cambian en parte como respuesta a las críticas corporativas, del tercer sector y del gobierno. Las críticas incluyen su alto coste, el retraso de las publicaciones, la limitación geográfica y la limitada división de la clasificación de la población en categorías.
Estos problemas son reconocidos por los Institutos Nacionales de Estadística y se están abordando mediante programas europeos de innovación que comenzaron hace más de dos décadas. Como resultado, muchos Institutos Nacionales de Estadística de la Unión Europea están planteando la sustitución del método de cuestionarios (“puerta por puerta”) por un registro digital de la población y otros registros administrativos. Algunos países incluso están introduciendo cuestionarios online como por ejemplo UK. A esto se suma la existencia de regulaciones para garantizar que los censos se lleven a cabo con mayor detalle geográfico y en intervalos más frecuentes.
Además, diversas organizaciones externas están publicando recuentos poblacionales que pueden ser comparados, por lo que complementan o cuestionan los recuentos de censos anteriores. Por ejemplo, en el año 2017, Facebook fue criticado por anunciantes del Reino Unido por filtrar datos del censo que excedían en dos millones el de personas con edades comprendidas entre los 18 y los 25 años. Respondiendo a estas acusaciones, un representante de Facebook dijo en The Guardian que sus métodos estaban parcialmente basados en clics publicitarios, y que “no han sido diseñados para coincidir con estimaciones de población y censo”.
El ejemplo ilustra algunos problemas con los recuentos de las grandes bases de datos, en este caso basados en las redes sociales. En contraste con los datos de encuestas, que consisten en respuestas a preguntas preestablecidas, los datos de las redes sociales se producen mediante el uso de aplicaciones y plataformas que pueden no corresponderse con los datos de los censos. Los problemas adicionales son que los datos de las grandes plataformas de internet contienen más "ruido" (doble clic en el ejemplo anterior) y representan menos partes de la población (personas mayores que no usan las redes sociales). Sin embargo, las encuestas que siguen el método “clásico” también carecen de cobertura de grupos particulares y deben tener en cuenta el sesgo de respuesta.
La mayoría de los Institutos Nacionales de Estadística consultados para este estudio no prevén utilizar grandes bases de datos para producir censos en el futuro inmediato. Pero muchos INE están llevando a cabo experimentos. Un ejemplo es el uso de los datos de geolocalización de los teléfonos móviles para establecer la población en tiempo real, de áreas geográficas específicas.
Imagen: Geralt.
Recolección de datos invisibles
Tales datos suplementarios pueden ser útiles. Conocer la población diurna de un lugar, por ejemplo, es información importante para los planificadores urbanos, el tráfico, los servicios, etc., porque proporciona información sobre el lugar donde las personas pasan tiempo durante el día. Pero es útil fundamentalmente porque no sólo se incluyen residentes, sino también visitantes y trabajadores itinerantes internacionales. Los recuentos de población basados en datos producidos por compañías de tecnología, operadores de telecomunicaciones y servicios públicos, pueden por lo tanto proporcionar oportunidades para repensar las definiciones básicas de lo que constituye una población.
Pero también debemos ser cautelosos porque los métodos de grandes bases de datos testados por INE y otras organizaciones externas carecen de una característica clave del censo. Los cuestionarios del gobierno permiten a individuos y organizaciones cívicas negociar categorías demográficas, como fue el caso con la adición de una categoría "hispana" en el censo de los Estados Unidos de 1980.
Los cuestionarios permiten que las personas utilicen el censo para negociar la forma en que están categorizados, por ejemplo, al rechazar marcar una de las opciones disponibles o al sugerir otras nuevas. Aunque indirectamente, los censos basados en registro también lo permiten: fue el caso cuando los grupos de defensa transgénero holandeses, que lograron relajar los requisitos de sexo y cambios de nombre.
La mayoría de los Big Data, por el contrario, se recopilan y procesan de manera invisible. Las empresas ofrecen poca información sobre sus métodos y categorías, como concluyeron los investigadores que utilizan datos de Facebook precategorizados para estimar el número de migrantes. Debido a que tales investigaciones a menudo se enfocan en los inmigrantes y otros grupos "difíciles de alcanzar", los resultados pueden aumentar el potencial de vigilancia y exclusión de los grupos vulnerables. Los métodos resultantes también ofrecen posibilidades limitadas para que estos grupos negocien su estado categórico.
Por lo tanto, es posible que el censo no desaparezca como consecuencia de la competencia de Facebook. Pero es importante recordar que el uso cada vez mayor de grandes bases de datos por parte de las agencias de estadística y otras organizaciones, puede afectar la forma en que las personas pueden influir en cómo se cuentan, categorizan y gobiernan.
Para mantener los métodos censales que promueven la colaboración de la población, es clave que practiquemos la transparencia sobre la recopilación de datos y que mantengamos abiertos los procedimientos de categorización. Esto es relevante para los recuentos censales y para los recuentos producidos por organizaciones externas.
Estos no son sólo problemas legales y técnicos, sino también oportunidades para involucrar a las personas como participantes en la definición de ellos mismos y su población.
(*) Francisca Grommé es investigadora en Sociología, Goldsmiths, Universidad de Londres. Este artículo se publicó originalmente en The Conversation. Se reproduce con autorización. (Traducción del inglés: Samuel Morales).
Tales datos suplementarios pueden ser útiles. Conocer la población diurna de un lugar, por ejemplo, es información importante para los planificadores urbanos, el tráfico, los servicios, etc., porque proporciona información sobre el lugar donde las personas pasan tiempo durante el día. Pero es útil fundamentalmente porque no sólo se incluyen residentes, sino también visitantes y trabajadores itinerantes internacionales. Los recuentos de población basados en datos producidos por compañías de tecnología, operadores de telecomunicaciones y servicios públicos, pueden por lo tanto proporcionar oportunidades para repensar las definiciones básicas de lo que constituye una población.
Pero también debemos ser cautelosos porque los métodos de grandes bases de datos testados por INE y otras organizaciones externas carecen de una característica clave del censo. Los cuestionarios del gobierno permiten a individuos y organizaciones cívicas negociar categorías demográficas, como fue el caso con la adición de una categoría "hispana" en el censo de los Estados Unidos de 1980.
Los cuestionarios permiten que las personas utilicen el censo para negociar la forma en que están categorizados, por ejemplo, al rechazar marcar una de las opciones disponibles o al sugerir otras nuevas. Aunque indirectamente, los censos basados en registro también lo permiten: fue el caso cuando los grupos de defensa transgénero holandeses, que lograron relajar los requisitos de sexo y cambios de nombre.
La mayoría de los Big Data, por el contrario, se recopilan y procesan de manera invisible. Las empresas ofrecen poca información sobre sus métodos y categorías, como concluyeron los investigadores que utilizan datos de Facebook precategorizados para estimar el número de migrantes. Debido a que tales investigaciones a menudo se enfocan en los inmigrantes y otros grupos "difíciles de alcanzar", los resultados pueden aumentar el potencial de vigilancia y exclusión de los grupos vulnerables. Los métodos resultantes también ofrecen posibilidades limitadas para que estos grupos negocien su estado categórico.
Por lo tanto, es posible que el censo no desaparezca como consecuencia de la competencia de Facebook. Pero es importante recordar que el uso cada vez mayor de grandes bases de datos por parte de las agencias de estadística y otras organizaciones, puede afectar la forma en que las personas pueden influir en cómo se cuentan, categorizan y gobiernan.
Para mantener los métodos censales que promueven la colaboración de la población, es clave que practiquemos la transparencia sobre la recopilación de datos y que mantengamos abiertos los procedimientos de categorización. Esto es relevante para los recuentos censales y para los recuentos producidos por organizaciones externas.
Estos no son sólo problemas legales y técnicos, sino también oportunidades para involucrar a las personas como participantes en la definición de ellos mismos y su población.
(*) Francisca Grommé es investigadora en Sociología, Goldsmiths, Universidad de Londres. Este artículo se publicó originalmente en The Conversation. Se reproduce con autorización. (Traducción del inglés: Samuel Morales).
Este artículo se publica bajo los principios de la Carta Académica, una iniciativa de Tendencias21 destinada a facilitar las relaciones entre los científicos y la sociedad a través de la divulgación de sus resultados de investigación. Si reúnes los requisitos y estás interesado en participar, academia@tendencias21.net .