Fabrican unas smartglasses tan delgadas y ligeras como las gafas ordinarias

La compañía finlandesa incorpora pantallas virtuales equivalentes a 60 pulgadas


Científicos del Centro de Investigación Técnica de Finlandia han desarrollado una tecnología de visualización que pronto puede acabar con el aspecto rudo e incómodo de las smartglasses actuales. Basándose en guías de luz ópticas han conseguido unas pantallas delgadas, ligeras y mucho más discretas para integrar en las lentes dentro del campo de visión del usuario. Dispelix, la filial que comercializa la tecnología, prevé que estará disponible en el mercado dentro de un año. Por Patricia Pérez


Patricia Pérez Corrales
13/11/2015

Las pantallas no superan el milímetro de grosor. Fuente: Juha Sarkkinen/ VTT
Las smartglasses o gafas inteligentes son uno de los dispositivos del momento, aunque los modelos que se van conociendo distan mucho de la comodidad y discreción que se presupone a una tecnología wearable. En busca de una alternativa, el Centro de Investigación Técnica de Finlandia (VTT) ha desarrollado una nueva pantalla mucho más delgada y ligera que las de la generación actual.

El dispositivo lleva la información directamente al campo de visión del usuario, proporcionando una imagen virtual de alta definición en las lentes de las gafas. Esto permitirá que las smartglasses lleguen a reemplazar incluso a teléfonos o tabletas, mientras los usuarios continúan viendo el mundo que les rodea.

Según explica el VTT en un comunicado, la tecnología se puede integrar con las smartglasses actuales, aunque se espera que el producto como tal esté disponible en el mercado dentro de un año, comercializado por Dispelix, filial de VTT. "A medida que la electrónica y la óptica evolucionan, las pantallas podrán integrarse mejor en gafas normales", predice Antti Sunnari, director de la empresa.

Estas pantallas tendrán aplicaciones ilimitadas tanto para los consumidores como para el uso profesional. La primera en el ámbito deportivo, pues a través de estos dispositivos el deportista ya no necesitará comprobar su pulso en un reloj, sino que tanto la frecuencia del pulso, como los datos de actividad y navegación se mostrarán directamente en las gafas.

En la misma línea serán numerosas las aplicaciones empresariales. Por ejemplo, permitirán que los trabajadores usen ambas manos en condiciones difíciles o que aprendan más acerca de la tarea a medida que avanza el trabajo, aumentando así la eficiencia laboral. A partir de ahí irán apareciendo nuevas prácticas en áreas como la salud o en procesos industriales y logísticos.

El tamaño de la imagen equivale a un televisor de 60 pulgadas . Fuente: Juha Sarkkinen/ VTT
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La tecnología se basa en guías de luz ópticas, lo que permite crear pantallas de vidrio o plástico finas y ligeras, con grosores de un sólo milímetro. De esta forma, como detalla Dispelix en su web, pretenden satisfacer y superar las expectativas de los consumidores, cumpliendo al mismo tiempo tres objetivos clave que, a día de hoy, aún no se han conseguido.

En primer lugar mejoran la apariencia estética. A diferencia de otras soluciones existentes voluminosas y un tanto llamativas, la creada por el VTT difiere poco de unas gafas tradicionales. Aportan delgadez y se le puede dar la forma deseada a la pantalla. Eso no resta privacidad, pues al reducirse al campo de visión del usuario, la imagen sólo puede ser vista por él.

En segundo lugar potencian la calidad de la imagen, de alta calidad y excelente transparencia. Además, el hecho de que se cree dentro del campo de visión, evita la fatiga ocular. En concreto, el tamaño de la imagen equivale a un televisor de 60 pulgadas visto desde una distancia de tres metros. Se puede personalizar para adaptarla a las diferentes necesidades de los clientes, dependiendo de la aplicación que se le vaya a dar. Así, puede transmitir información monocroma o a todo color.

Por último, se comprometen a cumplir con las elevadas expectativas de calidad y volumen que requiere el mercado de consumo. A diferencia de dispositivos actuales con lentes difíciles de fabricar, recurrirán a tecnologías de producción existentes y probadas que permitirán aumentar el volumen sin que ello afecte al coste en demasía.

Para 2016

Dispelix se prepara para la comercialización de la tecnología, para lo que trata de recaudar fondos y crear una red de socios que permita acelerar el proceso. Las pantallas están listas para su producción en masa, por lo que la compañía se marca como objetivo realizar las primeras entregas a clientes en 2016.

De conseguirlo coincidiría en la carrera por ver quién gana la realidad virtual con otras tantas como las Oculus Rift, cuyo estreno está previsto para el primer trimestre del próximo año, las Hololens de Microsoft, las Sony Smart Glass o las reformadas Google Glass, entre otras.

Sin embargo, tal como pasó con la salida al mercado de los primeros smartphones, aunque los expertos coinciden en que la realidad virtual tiene potencial para ser la tecnología más destacada de los próximos años, apuntan a que será un crecimiento lento de aquí a 2020.



Patricia Pérez Corrales
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