“Pulmón en un chip” creado por investigadores del Wyss Institute for Biologically Inspired Engineering de la Universidad de Harvard (Estados Unidos). Fuente: Wyss Institute for Biologically Inspired Engineering.
Al inicio de un nuevo año muchos se preguntan qué depararán los próximos doce meses. En esa línea, intelectuales y científicos del Imperial College de Londres han animado a aventurar lo que se avecina en los campos de la medicina, el espacio y el medio ambiente.
En el ámbito médico, seremos testigos de progresos importantes gracias a la posibilidad cada vez más tangible de regenerar partes dañadas del organismo con las propias células del paciente. Ello se debe a un conocimiento científico más profundo sobre la elevada sensibilidad que poseen las células madre y los nutrientes que precisan para alcanzar su potencial y formar órganos completos.
Un proyecto financiado con 5,6 millones de euros procedentes de la Unión Europea estudia el desarrollo de órganos artificiales. Su coordinación recae en la profesora emérita de medicina Dame Julia Polak y el profesor de ingeniería química Athanasios Mantalaris, quienes colaborarán con la empresa dedicada al desarrollo de dispositivos médicos Novalung para generar un pulmón artificial híbrido que contenga células pulmonares humanas.
La profesora Dame Julia Polak ha declarado al respecto, según recoge Cordis: “Las células viven en un microentorno; no se las puede separar del entorno. Al principio parecían existir dos campos independientes: unos estudiaban la biología de las células madre y otros el desarrollo de biomateriales nuevos, pero en la actualidad se está produciendo una fusión entre ambos. Ahora se sabe que se pueden utilizar células y materiales inteligentes y hacerlos crecer en un biorreactor”.
Los logros en el autotransplante de tejidos relativamente simples como los de la tráquea permiten anticipar para este año grandes progresos en órganos más complejos. La profesora Dame Julia Polak añade: “Cada órgano presenta sus propios retos. ¿Sería posible, por ejemplo, regenerar un tejido dañado tras un infarto de miocardio en el corazón? En la actualidad nuestros trabajos se centran en la regeneración pulmonar, un ámbito complejo debido a la gran variedad de células distintas que posee”.
En el ámbito médico, seremos testigos de progresos importantes gracias a la posibilidad cada vez más tangible de regenerar partes dañadas del organismo con las propias células del paciente. Ello se debe a un conocimiento científico más profundo sobre la elevada sensibilidad que poseen las células madre y los nutrientes que precisan para alcanzar su potencial y formar órganos completos.
Un proyecto financiado con 5,6 millones de euros procedentes de la Unión Europea estudia el desarrollo de órganos artificiales. Su coordinación recae en la profesora emérita de medicina Dame Julia Polak y el profesor de ingeniería química Athanasios Mantalaris, quienes colaborarán con la empresa dedicada al desarrollo de dispositivos médicos Novalung para generar un pulmón artificial híbrido que contenga células pulmonares humanas.
La profesora Dame Julia Polak ha declarado al respecto, según recoge Cordis: “Las células viven en un microentorno; no se las puede separar del entorno. Al principio parecían existir dos campos independientes: unos estudiaban la biología de las células madre y otros el desarrollo de biomateriales nuevos, pero en la actualidad se está produciendo una fusión entre ambos. Ahora se sabe que se pueden utilizar células y materiales inteligentes y hacerlos crecer en un biorreactor”.
Los logros en el autotransplante de tejidos relativamente simples como los de la tráquea permiten anticipar para este año grandes progresos en órganos más complejos. La profesora Dame Julia Polak añade: “Cada órgano presenta sus propios retos. ¿Sería posible, por ejemplo, regenerar un tejido dañado tras un infarto de miocardio en el corazón? En la actualidad nuestros trabajos se centran en la regeneración pulmonar, un ámbito complejo debido a la gran variedad de células distintas que posee”.
Nuevos patrones climáticos
La ciencia espacial también registrará una actividad intensa en 2013 en parte debida al lanzamiento de varias misiones robóticas espaciales no tripuladas. Por vez primera, tres aeronaves coordinadas registrarán a la vez el campo magnético terrestre y es posible que disipen incógnitas como la posibilidad de que una aeronave sea capaz de desviar un asteroide cuya ruta le destine a colisionar con la Tierra.
El profesor de física espacial Steven Schwartz ha comentado a este respecto que: “La exploración espacial no precisa de un transbordador. Estoy convencido de que la ciencia progresará principalmente mediante actividades no tripuladas. Situar a un humano en la superficie de Marte es increíblemente difícil y traerlo de vuelta vivo prácticamente imposible. Algún día lo conseguiremos. La naturaleza del espíritu humano es tal que, cuando sea posible realizar un viaje sólo de ida hasta Marte, mucho más sencillo, se formarán colas para pasar el resto de la vida en Marte”.
También se espera que a las misiones espaciales se unan organizaciones privadas y universidades como la aeronave de Virgin Galactic, que realizó su vuelo inaugural en 2012. Richard Branson viajará con su familia y varios clientes al límite de la atmósfera y el espacio (el precio del billete alcanza los casi 150.000 euros).
No obstante, serán los patrones climáticos y meteorológicos los que probablemente ejerzan el mayor efecto en el planeta en 2013, sobre todo teniendo en cuenta que el patrón climático de El Niño, durante los próximos doce meses, alcanzará su máximo y provocará diversos fenómenos de especial magnitud.
El profesor sir Brian Hoskins, director del Instituto Grantham sobre el Cambio Climático del Imperial College de Londres, declaró: “Me sorprendería que no se registrase un año antológico. La tendencia de las últimas décadas de aumento de la temperatura global está muy clara. Nueve de los diez años más calurosos registrados se han producido en los últimos doce años. Al mencionar un calentamiento de dos o cuatro grados centígrados se obtiene por respuesta ‘podemos adaptarnos a este tipo de cambio’, pero una vez superado un límite concreto se producirán modificaciones en el sistema climático al completo que generarán patrones meteorológicos completamente distintos”.
La ciencia espacial también registrará una actividad intensa en 2013 en parte debida al lanzamiento de varias misiones robóticas espaciales no tripuladas. Por vez primera, tres aeronaves coordinadas registrarán a la vez el campo magnético terrestre y es posible que disipen incógnitas como la posibilidad de que una aeronave sea capaz de desviar un asteroide cuya ruta le destine a colisionar con la Tierra.
El profesor de física espacial Steven Schwartz ha comentado a este respecto que: “La exploración espacial no precisa de un transbordador. Estoy convencido de que la ciencia progresará principalmente mediante actividades no tripuladas. Situar a un humano en la superficie de Marte es increíblemente difícil y traerlo de vuelta vivo prácticamente imposible. Algún día lo conseguiremos. La naturaleza del espíritu humano es tal que, cuando sea posible realizar un viaje sólo de ida hasta Marte, mucho más sencillo, se formarán colas para pasar el resto de la vida en Marte”.
También se espera que a las misiones espaciales se unan organizaciones privadas y universidades como la aeronave de Virgin Galactic, que realizó su vuelo inaugural en 2012. Richard Branson viajará con su familia y varios clientes al límite de la atmósfera y el espacio (el precio del billete alcanza los casi 150.000 euros).
No obstante, serán los patrones climáticos y meteorológicos los que probablemente ejerzan el mayor efecto en el planeta en 2013, sobre todo teniendo en cuenta que el patrón climático de El Niño, durante los próximos doce meses, alcanzará su máximo y provocará diversos fenómenos de especial magnitud.
El profesor sir Brian Hoskins, director del Instituto Grantham sobre el Cambio Climático del Imperial College de Londres, declaró: “Me sorprendería que no se registrase un año antológico. La tendencia de las últimas décadas de aumento de la temperatura global está muy clara. Nueve de los diez años más calurosos registrados se han producido en los últimos doce años. Al mencionar un calentamiento de dos o cuatro grados centígrados se obtiene por respuesta ‘podemos adaptarnos a este tipo de cambio’, pero una vez superado un límite concreto se producirán modificaciones en el sistema climático al completo que generarán patrones meteorológicos completamente distintos”.