España lleva 53 años recalentándose

La descarbonización del modelo energético sigue muy atrasada


España lleva 53 años recalentándose, especialmente en las ciudades, donde vive más de la mitad de la población. Y aunque las emisiones de CO2 disminuyeron el año pasado por las condiciones meteorológicas, la descarbonización está retrasada respecto a otros países del entorno.


Redacción T21
13/03/2019

Calor extremo en 2018. Fuente: AEMET.
La temperatura media ha aumentado progresivamente en España desde 1965, habiendo escalado 1,57ºC en los últimos 53 años y un 0,87ºC en los últimos 30 años (desde 1988 hasta 2018). El aumento de temperatura media en las ciudades españolas, donde vive un 50% de la población, ha sido de un grado en los últimos 30 años.

Lo revela un informa del Observatorio de la Sostenibilidad, que señala también que el cambio climático y las islas de calor de las ciudades son las responsables de este aumento de temperaturas.

La isla de calor es una situación urbana, de acumulación de calor por la inmensa mole de hormigón y demás materiales absorbentes de calor; así como atmosférica, que se da en situaciones de estabilidad por la acción de un anticiclón térmico.

Las ciudades que han experimentado un mayor aumento de temperatura en estos 30 años han sido Barcelona, Ávila, Murcia, Cuenca, Teruel, Granada/aeropuerto, Castellón-Almassora, Málaga/aeropuerto, Albacete/Los Llanos y Lleida.

Cáceres, Valladolid/Villanubla, León/Virgen Del Camino, Salamanca/Matacán y Melilla son las ciudades que menor incremento de temperatura han registrado en ese periodo, añade el informe.

Señala también que las ciudades que más aumentarán sus temperaturas son Guadalajara, Huesca, Álava, Guipúzcoa, Ávila, Las Palmas, Salamanca, Pontevedra, Cáceres, y Vizcaya, sin que las administraciones responsables estén tomando medidas efectivas para encarar este desafío, advierte el informe.

Menos emisiones en 2018

El informe destaca también que 2018 ha sido un buen año, porque las emisiones de CO2 en España descendieron considerablemente, una rareza desde la salida de la crisis, ya que un episodio como este solo había sucedido en 2016.

Señala asimismo que las principales causas de esta disminución son básicamente meteorológicas, ya que la primavera del año pasado fue la más lluviosa desde 1965 y determinó que aumentara un 84% la energía hidráulica y un 3,5% la eólica, mientras que el carbón disminuyó un 15,4% y los ciclos combinados, es decir el gas, decreció también un 20% en 2018.

Eso provocó algo insólito: En 2018 la producción energética sin emitir CO2 marcó un record desde el año 2009: representó un 62%, frente a un 38% con emisiones de CO2. En los últimos 10 años, la energía libre de CO2 ha pasado de un 48% a un 62%. Esta energía incluye la nuclear, por lo que España todavía está lejos de tener una mayoría de energías renovables.

Los datos de 2018 destacan respecto a los de 2017, cuando las emisiones fijas (grandes instalaciones de combustión, industrias, refinerías, etc.) y emisiones difusas relacionadas con transporte, residencial, aumentaron un 4%.

La Comunidad Valenciana (con un -0,07% ) es la que mejor ha cumplido con el acuerdo de París de reducción de emisiones y la que más se acerca a una economía de descarbonizada, señala el informe.

Navarra, Castilla y León, País Vasco, Madrid, y Extremadura, prácticamente han mantenido sus emisiones, mientras que Canarias, Cataluña, Cantabria, Baleares y Castilla la Mancha han aumentado sus emisiones, pero menos que la media española.
Las comunidades autónomas que han emitido gases contaminantes en una proporción superior a la media, y por lo tanto las que menos se han descarbonizado, son: Andalucía (6,63%), Galicia (8,01%), La Rioja (9,71%), Murcia (11,83%), Asturias (12,38%) y finalmente Aragón (15,43%), que obtiene así el peor resultado.

Impacto sectorial y precios de la energía

El impacto sectorial se ha dejado sentir especialmente en el transporte, la agricultura, la ganadería, el cemento, el petrolero y el residencial, que aumentaron sus emisiones en 2018, lo que certifica que han sido las razones meteorológicas las que han determinado este descenso de CO2 ese año, más que un cambio estructural de la economía.

Sin embargo, el aumento de las renovables, que suponen un gasto cero en combustibles y un ahorro importante en la balanza comercial, no se ha visto reflejado en los precios de la electricidad, que han aumentado en un 10% en el año 2018 y  alcanzado precios máximos en la electricidad.

Los precios de los derechos por emisiones de CO2 se han multiplicado casi por tres en 2018, pasando de 8,34€ a 22,57€, alcanzando los precios medios de la tonelada emitida hace 10 años, en 2008. Este elevado precio implica un coste importante para las eléctricas, por lo que prefieren usar otras tecnologías.

En este contexto, el informe señala asimismo que 2018 ha sido el año con menos superficie forestal quemada de toda la década. La disminución de los incendios forestales, que ha pasado de las 174.788 hectáreas del año 2017 a 23.472 hectáreas el año pasado, ha supuesto una disminución de emisiones de gases de efecto invernadero.

Descarbonización

El informe añade que En España solo se ha producido un desacoplamiento parcial hasta ahora entre el aumento del PIB y las emisiones de CO2, habiendo aumentado el PIB un 77% desde 1990 y las emisiones un 117%. Tan solo en 2016 se ha producido aumento del PIB y disminución de emisiones de CO2, al igual que ocurrió en 2018.

En consecuencia, considera que deben intensificarse las actuaciones para no depender del tiempo meteorológico para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero del país. Añade que el transporte su pone un 26% del total de las emisiones y que debe electrificarse. La generación eléctrica, que supone un 20% del total de las emisiones, debe de reorientarse totalmente hacia las energías renovables. Y la industria, que supone el 19% del total de las emisiones, tiene que ir buscando procesos de descarbonización con las mejores tecnologías.

El sector Residencial, Comercial e Institucional, que supone el 8% del total de las emisiones, también tiene que ir disminuyendo con cambios de hábitos, comportamientos y decisiones personales que cada vez van a ser más ecológicos y descarbonatados.

El sector agrario, que supone un 12% del total de las emisiones, debe de realizar también un esfuerzo importante, tanto en actividades agrícolas y ganaderas, disminuyendo el uso de fertilizantes, macrogranjas, etc.

El sector residuos, con un 4% del total de las emisiones, debe de una vez apostar por la economía circular. El Refino, que supone el 3% del total de las emisiones, tendrá que disminuir  conforme avance la electrificación del transporte. El sector agrícola y forestal deberán asimismo incrementar su capacidad de absorción con soluciones basadas en la naturaleza, con el fin de aumentar su capacidad de absorción.

Cambio radical

El reto de la descarbonización va a cambiar de una forma radical tanto la economía como nuestra propia vida, y va a suponer una gran oportunidad para que los gobiernos, empresas, ciudades y que los propios ciudadanos tomen soluciones innovadoras y sus propias medidas para descarbonizar la economía y así luchar contra el cambio climático, destaca el informe.

Añade que otros países ya han iniciado su senda hacia la descarbonización. Entre 1990 y 2016, Inglaterra (-39,4%), Alemania (-27,3%), Bélgica (-19,7%), Italia (-17,5%), y Holanda (-11,80%) redujeron paulatinamente sus emisiones de CO, mientras que España las aumentó un 13%.

Como estos países ya llevan décadas hacia la descarbonización,  España deberá tomar esas medidas en mucho menos tiempo. En cualquier caso, el objetivo de reducir las emisiones en un 35% para 2030 sigue quedando muy lejos, concluye el informe.

Referencia

Descarbonización en España 2019. Observatorio de la Sostenibilidad. 2019.
 



Redacción T21
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