Ejemplo de un espacio de coworking. Fuente: www.flicker.com.
Mientras que los modelos tradicionales de organización de empresas se ciñen a la idea de que sus trabajadores deben dedicarse a un ámbito o disciplina laboral en un mismo espacio y tiempo, los nuevos paradigmas empresariales ofrecen oportunidades a emprendedores, autónomos, freelancers; y a grandes, medianas y pequeñas empresas, a compartir su espacio con trabajadores de áreas laborales diferentes a la suya, en un mismo espacio y prácticamente al mismo tiempo.
Otra de las ventajas de esta forma de modelo productivo es el hecho de compartir no solo un espacio, sino también los gastos de Internet, alquiler y electricidad, entre todos los trabajadores.
La situación económica de España y su consecuente precariedad laboral está haciendo que, poco a poco, el coworking (forma de trabajo que permite a profesionales independientes, emprendedores, y pymes de diferentes sectores, compartir un mismo espacio de trabajo, tanto físico como virtual) se consolide como un nuevo paradigma de organización empresarial. La prueba de ello es que, en este aspecto, España ocupa ya el tercer puesto en el ranking mundial de espacios laborales organizados bajo este sistema.
Economía “co”
Este modo de trabajar se ha unido a lo que ya es una corriente cultural y filosófica a la hora de iniciar un proyecto, la economía “co”, que abarca la cocreación, la colaboración, la cooperación, el trabajo conjunto, el transporte colaborativo e incluso el consumo colaborativo.
Todos ellos son términos que demuestran que algo está cambiando a nivel de organización empresarial, y demuestran que el trabajo organizado de este modo puede triunfar, gracias al esfuerzo solidario. Así lo afirman en este estudio dos investigadores de la Escuela de Negocios de la Universidad de Michigan (EEUU). Gretchen Spreitzer y Lyndon Garret hablan en dicho medio del coworking como un medio de organización empresarial que ayuda a ser más productivo, a sacar más del potencial profesional individual y, en definitiva, a prosperar.
La idea originaria del coworking
La idea de compartir un espacio y reunir a trabajadores de diferentes disciplinas surgió en el año 2005 en el piso de un joven programador informático, Brad Neuberg, cuando este compartía piso con otros dos programadores en San Francisco (EEUU). Los tres decidieron abrir su casa, que era a su vez su espacio de trabajo, a otros informáticos para compartir la conexión a Internet y el café.
El americano Neuberg también fue uno de los fundadores de Citizen Space, un proyecto vinculado la idea de coworking que tenemos hoy. Así, el Citizen Space es un lugar que tiene lo mejor de una cafetería -el entorno social- y lo mejor de un lugar de trabajo -la funcionalidad y la productividad-.
Desde la ciudad estadounidense de San Francisco el coworking se ha extendido rápidamente a muchos países. Ya existen más de 2.000 centros de coworking en todo el mundo y, aunque Estados Unidos sigue en la cabeza, Alemania, Japón y España se han unido a esta forma de trabajo. También es una realidad creciente en algunos países de Latinoamérica como México, Colombia o Argentina.
Oficinas de trabajo compartidas
Los espacios de coworking son denominados "oficinas de trabajo compartidas" y cuentan al menos con una mesa para cada trabajador, y acceso a salas comunes. Estos centros ofrecen a los profesionales unas instalaciones que les permiten realizar su actividad laboral con total profesionalidad.
Pese a que estos espacios cuentan con unos gastos adicionales frente a la opción del llamado teletrabajo, muchos de los coworkers prefieren trabajar en ellos porque les permite concentrarse más que en casa, y además desconectar y separar su vida en el hogar de la vida laboral.
Además, los centros coworking permiten conocer, interactuar y conectar con profesionales de otros ámbitos laborales y de perfiles muy diferentes, por lo que son una vía de acercaminento a lo que se conoce como interdisciplinariedad, que surge de las sinergias entre profesionales de diferentes campos pero con intereses comunes.
Otra de las ventajas de esta forma de modelo productivo es el hecho de compartir no solo un espacio, sino también los gastos de Internet, alquiler y electricidad, entre todos los trabajadores.
La situación económica de España y su consecuente precariedad laboral está haciendo que, poco a poco, el coworking (forma de trabajo que permite a profesionales independientes, emprendedores, y pymes de diferentes sectores, compartir un mismo espacio de trabajo, tanto físico como virtual) se consolide como un nuevo paradigma de organización empresarial. La prueba de ello es que, en este aspecto, España ocupa ya el tercer puesto en el ranking mundial de espacios laborales organizados bajo este sistema.
Economía “co”
Este modo de trabajar se ha unido a lo que ya es una corriente cultural y filosófica a la hora de iniciar un proyecto, la economía “co”, que abarca la cocreación, la colaboración, la cooperación, el trabajo conjunto, el transporte colaborativo e incluso el consumo colaborativo.
Todos ellos son términos que demuestran que algo está cambiando a nivel de organización empresarial, y demuestran que el trabajo organizado de este modo puede triunfar, gracias al esfuerzo solidario. Así lo afirman en este estudio dos investigadores de la Escuela de Negocios de la Universidad de Michigan (EEUU). Gretchen Spreitzer y Lyndon Garret hablan en dicho medio del coworking como un medio de organización empresarial que ayuda a ser más productivo, a sacar más del potencial profesional individual y, en definitiva, a prosperar.
La idea originaria del coworking
La idea de compartir un espacio y reunir a trabajadores de diferentes disciplinas surgió en el año 2005 en el piso de un joven programador informático, Brad Neuberg, cuando este compartía piso con otros dos programadores en San Francisco (EEUU). Los tres decidieron abrir su casa, que era a su vez su espacio de trabajo, a otros informáticos para compartir la conexión a Internet y el café.
El americano Neuberg también fue uno de los fundadores de Citizen Space, un proyecto vinculado la idea de coworking que tenemos hoy. Así, el Citizen Space es un lugar que tiene lo mejor de una cafetería -el entorno social- y lo mejor de un lugar de trabajo -la funcionalidad y la productividad-.
Desde la ciudad estadounidense de San Francisco el coworking se ha extendido rápidamente a muchos países. Ya existen más de 2.000 centros de coworking en todo el mundo y, aunque Estados Unidos sigue en la cabeza, Alemania, Japón y España se han unido a esta forma de trabajo. También es una realidad creciente en algunos países de Latinoamérica como México, Colombia o Argentina.
Oficinas de trabajo compartidas
Los espacios de coworking son denominados "oficinas de trabajo compartidas" y cuentan al menos con una mesa para cada trabajador, y acceso a salas comunes. Estos centros ofrecen a los profesionales unas instalaciones que les permiten realizar su actividad laboral con total profesionalidad.
Pese a que estos espacios cuentan con unos gastos adicionales frente a la opción del llamado teletrabajo, muchos de los coworkers prefieren trabajar en ellos porque les permite concentrarse más que en casa, y además desconectar y separar su vida en el hogar de la vida laboral.
Además, los centros coworking permiten conocer, interactuar y conectar con profesionales de otros ámbitos laborales y de perfiles muy diferentes, por lo que son una vía de acercaminento a lo que se conoce como interdisciplinariedad, que surge de las sinergias entre profesionales de diferentes campos pero con intereses comunes.
El censo global de espacios de coworking en el 2013. Fuente: www.zonacoworking.es
Inconvenientes de esta estructura empresarial
Sin embargo, a pesar de todas las ventajas que pueda tener esta forma de organización empresarial, para muchos profesionales, este modo de compartir un espacio durante ochos horas diarias, si se trabaja a jornada completa, genera una falta de intimidad.
Y aunque todo depende de la actitud de cada trabajador, para algunos profesionales los espacios de coworking pueden suponer más una distracción que una concentración.
Otro de los problemas surgidos en el seno de estos espacios es la administración, no solo del lugar en el que se trabaja, sino también de las salas comunes donde se encuentran en muchos casos las impresoras, fotocopiadoras, los teléfonos, la cocina; ya que todo ello es compartido. Por lo tanto, lo suyo es definir antes de nada las claúsulas de un contrato para poder minimizar al máximo los problemas de un uso ilegítimo de esos espacios comunes.
España, tercera en el ranking mundial de coworking
El último Censo Global sobre Coworking 2013 reveló que el número de “coworks” en el mundo ha aumentado en un 89% durante el último año. España se consolida como el tercer país con más espacios de este tipo para la puesta en marcha de los llamados micro-negocios.
A nivel global, en el mundo hay actualmente 2.498 espacios de coworking. Si comparamos esta cifra con la de febrero de 2012, en la que los espacios de coworking eran de 1.320, se puede afirmar que existe un boom a escala mundial de surgimiento y uso de estas oficinas compartidas.
El incremento de este tipo de espacios deja la puerta abierta a un cambio de paradigma en la organización y estructuración de muchas empresas de todo el planeta.
Sin embargo, a pesar de todas las ventajas que pueda tener esta forma de organización empresarial, para muchos profesionales, este modo de compartir un espacio durante ochos horas diarias, si se trabaja a jornada completa, genera una falta de intimidad.
Y aunque todo depende de la actitud de cada trabajador, para algunos profesionales los espacios de coworking pueden suponer más una distracción que una concentración.
Otro de los problemas surgidos en el seno de estos espacios es la administración, no solo del lugar en el que se trabaja, sino también de las salas comunes donde se encuentran en muchos casos las impresoras, fotocopiadoras, los teléfonos, la cocina; ya que todo ello es compartido. Por lo tanto, lo suyo es definir antes de nada las claúsulas de un contrato para poder minimizar al máximo los problemas de un uso ilegítimo de esos espacios comunes.
España, tercera en el ranking mundial de coworking
El último Censo Global sobre Coworking 2013 reveló que el número de “coworks” en el mundo ha aumentado en un 89% durante el último año. España se consolida como el tercer país con más espacios de este tipo para la puesta en marcha de los llamados micro-negocios.
A nivel global, en el mundo hay actualmente 2.498 espacios de coworking. Si comparamos esta cifra con la de febrero de 2012, en la que los espacios de coworking eran de 1.320, se puede afirmar que existe un boom a escala mundial de surgimiento y uso de estas oficinas compartidas.
El incremento de este tipo de espacios deja la puerta abierta a un cambio de paradigma en la organización y estructuración de muchas empresas de todo el planeta.