David Criswell
La idea de que la Luna podría albergar centrales energéticas capaces de enviar electricidad a la Tierra y de evitar colapsos como el que padeció América del Norte el pasado 14 de agosto, que dejó sin luz a más de 50 millones de personas, comienza a tomar cuerpo en el seno de la comunidad científica.
Algunos ingenieros consideran que obtener energía fuera de la Tierra es algo que podría conseguirse tecnológicamente en la próxima década, por lo que la posibilidad de que en un futuro próximo la Luna represente algo más que un adorno para los humanos, aumenta en la misma medida que las dificultades energéticas de nuestra civilización.
Tal como se explica en Space, la solución más simple barajada por los científicos consiste en localizar la producción de energía sobre nuestro satélite, que emitiría electricidad con destino a la Tierra, con la ayuda de micro-ondas, para un conjunto de receptores independientes entre sí.
La electricidad se conseguiría capturando energía solar a través de enormes paneles situados sobre la superficie lunar, capaces de estar orientados al Sol ininterrumpidamente. De esta forma, el suministro se ajusta permanentemente a la demanda
En la Tierra el suministro de electricidad continuaría haciéndose mediante tendidos tradicionales, pero cada ciudad podría ser independiente y autónoma respecto a las demás, por lo que una eventual incidencia tendría un efecto más limitado que el apagón del 14 de agosto.
Bases de 40 kilómetros
Estructuras de 40 kilómetros cuadrados (para una ciudad como Nueva York), instaladas en las zonas agrícolas e incluso en las marismas, serían las receptoras de esta energía solar capturada en la Luna y llegada a la Tierra gracias a las micro-ondas.
Este tipo de generación eléctrica ocuparía menos espacio que las centrales actuales, a las que hay que añadir los transformadores, las instalaciones de extracción y otras infraestructuras.
No es la primera vez que se habla de la posibilidad de utilizar energía solar capturaba en el espacio o en la Luna, tal como ha hecho por ejemplo David Criswell, a pesar de lo cual todavía no hay previsto ningún presupuesto.
Después del apagón del 14 de agosto, la hipótesis ha vuelto a cobrar fuerza y la obtención de energía eléctrica a través de la Luna o de una estación espacial se considera ahora una posibilidad más plausible.
De momento se piensa que puede ser un eficaz complemento de las instalaciones actuales, inseguras tanto por su obsolescencia como por las amenazas terroristas, si bien la oposición de los intereses creados se supone también considerable.
Algunos ingenieros consideran que obtener energía fuera de la Tierra es algo que podría conseguirse tecnológicamente en la próxima década, por lo que la posibilidad de que en un futuro próximo la Luna represente algo más que un adorno para los humanos, aumenta en la misma medida que las dificultades energéticas de nuestra civilización.
Tal como se explica en Space, la solución más simple barajada por los científicos consiste en localizar la producción de energía sobre nuestro satélite, que emitiría electricidad con destino a la Tierra, con la ayuda de micro-ondas, para un conjunto de receptores independientes entre sí.
La electricidad se conseguiría capturando energía solar a través de enormes paneles situados sobre la superficie lunar, capaces de estar orientados al Sol ininterrumpidamente. De esta forma, el suministro se ajusta permanentemente a la demanda
En la Tierra el suministro de electricidad continuaría haciéndose mediante tendidos tradicionales, pero cada ciudad podría ser independiente y autónoma respecto a las demás, por lo que una eventual incidencia tendría un efecto más limitado que el apagón del 14 de agosto.
Bases de 40 kilómetros
Estructuras de 40 kilómetros cuadrados (para una ciudad como Nueva York), instaladas en las zonas agrícolas e incluso en las marismas, serían las receptoras de esta energía solar capturada en la Luna y llegada a la Tierra gracias a las micro-ondas.
Este tipo de generación eléctrica ocuparía menos espacio que las centrales actuales, a las que hay que añadir los transformadores, las instalaciones de extracción y otras infraestructuras.
No es la primera vez que se habla de la posibilidad de utilizar energía solar capturaba en el espacio o en la Luna, tal como ha hecho por ejemplo David Criswell, a pesar de lo cual todavía no hay previsto ningún presupuesto.
Después del apagón del 14 de agosto, la hipótesis ha vuelto a cobrar fuerza y la obtención de energía eléctrica a través de la Luna o de una estación espacial se considera ahora una posibilidad más plausible.
De momento se piensa que puede ser un eficaz complemento de las instalaciones actuales, inseguras tanto por su obsolescencia como por las amenazas terroristas, si bien la oposición de los intereses creados se supone también considerable.