Un avión de una de las compañías que conforman la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA). Imagen: Wikimedia Commons.
La IATA ha informado de que el incremento del tráfico aéreo de pasajeros en América Latina durante los primeros nueve meses del 2012 llegó al 10,1%, una tasa únicamente superada por el alza registrada en Oriente Medio. Asimismo, se prevé que hasta 2016 este indicador seguirá en crecimiento en torno al 5,8% anual, mientras que en el segmento de los vuelos de carga el incremento se ubicará en un 4,4% por año.
Según un comunicado de la IATA, el sector de la aviación turística concentra más de 4,6 millones de empleos y 107 mil millones de dólares (81,49 mil millones de euros) del PIB de toda la región. Además, las compañías aéreas latinoamericanas obtuvieron un beneficio colectivo de alrededor de 400 millones de dólares (304,67 millones de euros) durante 2012.
Por otro lado, un artículo publicado en el medio bolpress.com destaca que los mercados de Uruguay, Chile y Panamá son los que registran un mayor crecimiento. Este dato se sustenta en otro comunicado de la IATA, que indica que entre los diez países con un crecimiento más rápido del tráfico aéreo internacional de pasajeros se ubican Uruguay, en el cuarto puesto; Chile, en el octavo y Panamá en el noveno.
Sin embargo, no puede dejarse de lado la importancia creciente de Brasil. También según la IATA, en 2016 los cinco mayores mercados nacionales de vuelos de pasajeros serán los Estados Unidos, China y Brasil. Este país sudamericano registrará un crecimiento anual del 8% en el tráfico aéreo.
Según un comunicado de la IATA, el sector de la aviación turística concentra más de 4,6 millones de empleos y 107 mil millones de dólares (81,49 mil millones de euros) del PIB de toda la región. Además, las compañías aéreas latinoamericanas obtuvieron un beneficio colectivo de alrededor de 400 millones de dólares (304,67 millones de euros) durante 2012.
Por otro lado, un artículo publicado en el medio bolpress.com destaca que los mercados de Uruguay, Chile y Panamá son los que registran un mayor crecimiento. Este dato se sustenta en otro comunicado de la IATA, que indica que entre los diez países con un crecimiento más rápido del tráfico aéreo internacional de pasajeros se ubican Uruguay, en el cuarto puesto; Chile, en el octavo y Panamá en el noveno.
Sin embargo, no puede dejarse de lado la importancia creciente de Brasil. También según la IATA, en 2016 los cinco mayores mercados nacionales de vuelos de pasajeros serán los Estados Unidos, China y Brasil. Este país sudamericano registrará un crecimiento anual del 8% en el tráfico aéreo.
Coincidencias y cifras contundentes
Por otra parte, las cifras de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), muestran tendencias similares a las difundidas por IATA. Esto evidencia que el incremento en la demanda de vuelos turísticos en América Latina y el aumento en el tráfico aéreo son una realidad concreta en la región, que incluso tiende a seguir en alza.
El último informe de ALTA sobre el tráfico aéreo en América Latina, publicado a través de una nota de prensa en diciembre pasado, indica que el número de pasajeros transportados por las aerolíneas que forman parte de la entidad se incrementó un 9,1% en octubre de 2012, alcanzando los 12,9 millones de pasajeros.
Asimismo, la cantidad de pasajeros transportados durante los primeros diez meses de 2012 aumentó un 7,2% con relación al mismo período de 2011, llegando a un total de 124 millones de pasajeros. En tanto, durante el lapso indicado el tráfico propiamente dicho se incrementó en un 8%, la capacidad aumentó un 6,3% y el factor de ubicación llegó al 76,4%.
Las compañías que conforman ALTA representan más del 90% del tráfico aéreo comercial de la región. Otra de las instituciones importantes para el sector, la Comisión Latinoamericana de Aviación Civil (CLAC), comunicó a través de su Comité Ejecutivo que hasta mayo de 2012 se registró un 7% de incremento en el tráfico aéreo latinoamericano, con un movimiento de 59,6 millones de pasajeros.
Por otra parte, las cifras de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), muestran tendencias similares a las difundidas por IATA. Esto evidencia que el incremento en la demanda de vuelos turísticos en América Latina y el aumento en el tráfico aéreo son una realidad concreta en la región, que incluso tiende a seguir en alza.
El último informe de ALTA sobre el tráfico aéreo en América Latina, publicado a través de una nota de prensa en diciembre pasado, indica que el número de pasajeros transportados por las aerolíneas que forman parte de la entidad se incrementó un 9,1% en octubre de 2012, alcanzando los 12,9 millones de pasajeros.
Asimismo, la cantidad de pasajeros transportados durante los primeros diez meses de 2012 aumentó un 7,2% con relación al mismo período de 2011, llegando a un total de 124 millones de pasajeros. En tanto, durante el lapso indicado el tráfico propiamente dicho se incrementó en un 8%, la capacidad aumentó un 6,3% y el factor de ubicación llegó al 76,4%.
Las compañías que conforman ALTA representan más del 90% del tráfico aéreo comercial de la región. Otra de las instituciones importantes para el sector, la Comisión Latinoamericana de Aviación Civil (CLAC), comunicó a través de su Comité Ejecutivo que hasta mayo de 2012 se registró un 7% de incremento en el tráfico aéreo latinoamericano, con un movimiento de 59,6 millones de pasajeros.
El reto de la seguridad aérea
¿Qué puede esperarse de cara al futuro? Como se indicó anteriormente, las tendencias marcan que el incremento del tráfico aéreo, el aumento en el turismo interno y externo y la nueva realidad comercial de la región en cuanto a su peso en la economía mundial determinarán una mayor demanda de vuelos en América Latina.
A pesar de esto, un gran desafío a superar para aprovechar al máximo esta tendencia es la optimización de las condiciones de seguridad aérea. Una nota de prensa de IATA encara este temática, indicando por ejemplo que la tasa global de accidentes aéreos en 2011 se ubicó en un siniestro por cada 2,7 millones de vuelos, mientras que en América Latina se produjo un accidente por cada 780.000 vuelos.
Aunque el indicador de la región se encuentra por debajo de los números observables en otras partes del globo, las estadísticas de 2011 marcaron una mejora del 32% con respecto al rendimiento de 2010. Asimismo, aunque todavía no se han publicado las cifras definitivas, todo parece indicar que la tasa de 2012 marcará un avance aún más pronunciado.
Para profundizar este camino, en 2011 la IATA y ALTA iniciaron un programa conjunto con el propósito de orientar los esfuerzos de mejora de la seguridad aérea en América Latina. Esto se ha traducido en talleres sobre monitoreo de datos de vuelo o estrategias de gestión de riesgos, entre otras iniciativas similares.
¿Qué puede esperarse de cara al futuro? Como se indicó anteriormente, las tendencias marcan que el incremento del tráfico aéreo, el aumento en el turismo interno y externo y la nueva realidad comercial de la región en cuanto a su peso en la economía mundial determinarán una mayor demanda de vuelos en América Latina.
A pesar de esto, un gran desafío a superar para aprovechar al máximo esta tendencia es la optimización de las condiciones de seguridad aérea. Una nota de prensa de IATA encara este temática, indicando por ejemplo que la tasa global de accidentes aéreos en 2011 se ubicó en un siniestro por cada 2,7 millones de vuelos, mientras que en América Latina se produjo un accidente por cada 780.000 vuelos.
Aunque el indicador de la región se encuentra por debajo de los números observables en otras partes del globo, las estadísticas de 2011 marcaron una mejora del 32% con respecto al rendimiento de 2010. Asimismo, aunque todavía no se han publicado las cifras definitivas, todo parece indicar que la tasa de 2012 marcará un avance aún más pronunciado.
Para profundizar este camino, en 2011 la IATA y ALTA iniciaron un programa conjunto con el propósito de orientar los esfuerzos de mejora de la seguridad aérea en América Latina. Esto se ha traducido en talleres sobre monitoreo de datos de vuelo o estrategias de gestión de riesgos, entre otras iniciativas similares.