Profesional médico comprobando los ojos del niño ( 8-10). Imagen: © Royalty -Free/Corbis.
La miopía es un defecto de refracción o error en el enfoque visual. Las imágenes se enfocan por delante de la retina y no sobre ella, lo que dificulta la visión de lejos. Una persona miope ve claramente los objetos cercanos, pero percibe de forma borrosa los objetos que se encuentran a distancia.
Esta anomalía o defecto del ojo se debe a que el globo ocular es demasiado alargado o a que la córnea es más curva de lo normal. La miopía no se cura, pero sí puede corregirse mediante el uso de gafas o lentes de contacto.
Las personas que desean prescindir de corrección óptica, pueden beneficiarse de la cirugía refractiva. Asimismo, las personas con antecedentes familiares son más propensas a padecerla, ya que tiene un alto factor hereditario.
Este desajuste suele aparecer en la infancia y evoluciona hasta los 20 años aproximadamente, cuando tiende a estabilizarse. Si el error refractivo es superior a unas ocho dioptrías, se trata de alta miopía o miopía magna, un tipo de miopía que conlleva riesgos y complicaciones visuales específicas que pueden ser graves.
Algunas de las posibles enfermedades oculares son el glaucoma que supone un aumento de la presión intraocular; las cataras u opacidad del cristalino, que puede aparecer en edades más tempranas de lo que se piensa; además una dioptría alta puede llevar a un desprendimiento de retina.
Otros problemas que puede acarrear son la maculopatía que es una degeneración de la zona más sensible de la retina, la mácula; o se puede producir una Mancha de Fuchs, lesión de color oscuro que afecta a la zona de la mácula.
Por ello se aconseja que aquellas personas que presenten una miopía con graduación superior a 6 dioptrías, sean sometidas a revisiones periódicas que deberían incluir no solo la agudeza visual, sino la medida de la presión intraocular y una valoración con oftalmoscopio.
Esta anomalía o defecto del ojo se debe a que el globo ocular es demasiado alargado o a que la córnea es más curva de lo normal. La miopía no se cura, pero sí puede corregirse mediante el uso de gafas o lentes de contacto.
Las personas que desean prescindir de corrección óptica, pueden beneficiarse de la cirugía refractiva. Asimismo, las personas con antecedentes familiares son más propensas a padecerla, ya que tiene un alto factor hereditario.
Este desajuste suele aparecer en la infancia y evoluciona hasta los 20 años aproximadamente, cuando tiende a estabilizarse. Si el error refractivo es superior a unas ocho dioptrías, se trata de alta miopía o miopía magna, un tipo de miopía que conlleva riesgos y complicaciones visuales específicas que pueden ser graves.
Algunas de las posibles enfermedades oculares son el glaucoma que supone un aumento de la presión intraocular; las cataras u opacidad del cristalino, que puede aparecer en edades más tempranas de lo que se piensa; además una dioptría alta puede llevar a un desprendimiento de retina.
Otros problemas que puede acarrear son la maculopatía que es una degeneración de la zona más sensible de la retina, la mácula; o se puede producir una Mancha de Fuchs, lesión de color oscuro que afecta a la zona de la mácula.
Por ello se aconseja que aquellas personas que presenten una miopía con graduación superior a 6 dioptrías, sean sometidas a revisiones periódicas que deberían incluir no solo la agudeza visual, sino la medida de la presión intraocular y una valoración con oftalmoscopio.
Un medio de prevención alternativo
Ahora, los investigadores Mingguang He, de la Universidad Sun Yat-sen en Guangzhou, China, y sus colaboradores han encontrado un método de prevención de la miopía bastante natural y alternativo.
Para conseguirlo, realizaron un estudio en el que niños de primer grado de 12 escuelas de primaria de Guangzhou (seis escuelas de intervención con 952 estudiantes; seis escuelas de control con 951 estudiantes) tuvieron una clase adicional de 40 minutos con actividades al aire libre. Estas clases fueron añadidas a cada día escolar durante un periodo de tres años, informa la revista JAMA en un comunicado.
Por un lado, en las escuelas de intervención se animó a los padres a participar con sus hijos en estas actividades después de la escuela, sobre todo los fines de semana y festivos; por otro lado, en las escuelas de control los padres e hijos continuaron con su pauta habitual de actividad.
Los resultados mostraron que la tasa de incidencia acumulada de la miopía tras estos tres años fue de un 30,4 por ciento (259 casos de miopía entre los 853 participantes elegibles) en el grupo de intervención y del 39,5 por ciento (287 casos entre los 726 participantes elegibles) en el grupo de control.
Esta diferencia en la tasa de miopía después de tres años sugiere que el tiempo pasado al aire libre podría prevenir el desarrollo de esta anomalía ocular.
"Nuestro estudio logró una diferencia absoluta del 9,1 por ciento en la tasa de incidencia de la miopía, lo que representa una reducción relativa del 23 por ciento en la miopía incidente después de 3 años, que era menos de la reducción prevista. Sin embargo, esto es clínicamente importante, porque los niños pequeños que desarrollan miopía temprana tienen más probabilidades de progresar a la alta miopía, lo que aumenta el riesgo de miopía patológica. Así, un retraso en el inicio de la miopía en los niños pequeños, que tienden a tener una mayor tasa de progresión, podría proporcionar beneficios para la salud ocular desproporcionados a largo plazo” escriben los autores. "Pero se necesitan más estudios para evaluar el seguimiento a largo plazo de estos niños y de la generalización de estos resultados".
La prevención de la miopía en los niños
"Los estudios futuros deben incluir información sobre el contenido de la actividad al aire libre adicional, si la actividad podría ser estandarizada, y en qué se diferencia de otros estudios. Esta información podría guiar a su estudio y puesta en práctica de actividades al aire libre en el entorno escolar. El establecimiento a la larga del efecto a largo plazo de las actividades al aire libre adicionales en el desarrollo y progresión de la miopía es particularmente importante porque la intervención es esencialmente libre y puede tener otros beneficios para la salud”, explica Michael X. Repka, MD, MBA, de la Universidad Johns Hopkins de Medicina de Baltimore.
"Asimismo, dado el atractivo popular del aumento de las actividades al aire libre para mejorar la salud de los niños en edad escolar en general, el beneficio potencial de frenar el desarrollo de la miopía y la progresión de esas mismas actividades es difícil de ignorar. Aunque la prescripción de este enfoque con la intención de ayudar a prevenir la miopía parece no tener ningún riesgo, los padres deben entender que la magnitud del efecto es probable que sea pequeña y la durabilidad es incierta” asegura.
Un aumento de la miopía
La miopía ha alcanzado niveles epidémicos en los adultos jóvenes en algunas zonas urbanas de Asia oriental y sudoriental. En estas áreas, del 80 por ciento al 90 por ciento de los graduados de secundaria ahora tienen miopía.
Asimismo, también parece ir en aumento, más lentamente, en las poblaciones de origen de Europa del Este y Oriente. Actualmente, no hay una intervención eficaz para prevenir la aparición de este desajuste ocular.
Ahora, los investigadores Mingguang He, de la Universidad Sun Yat-sen en Guangzhou, China, y sus colaboradores han encontrado un método de prevención de la miopía bastante natural y alternativo.
Para conseguirlo, realizaron un estudio en el que niños de primer grado de 12 escuelas de primaria de Guangzhou (seis escuelas de intervención con 952 estudiantes; seis escuelas de control con 951 estudiantes) tuvieron una clase adicional de 40 minutos con actividades al aire libre. Estas clases fueron añadidas a cada día escolar durante un periodo de tres años, informa la revista JAMA en un comunicado.
Por un lado, en las escuelas de intervención se animó a los padres a participar con sus hijos en estas actividades después de la escuela, sobre todo los fines de semana y festivos; por otro lado, en las escuelas de control los padres e hijos continuaron con su pauta habitual de actividad.
Los resultados mostraron que la tasa de incidencia acumulada de la miopía tras estos tres años fue de un 30,4 por ciento (259 casos de miopía entre los 853 participantes elegibles) en el grupo de intervención y del 39,5 por ciento (287 casos entre los 726 participantes elegibles) en el grupo de control.
Esta diferencia en la tasa de miopía después de tres años sugiere que el tiempo pasado al aire libre podría prevenir el desarrollo de esta anomalía ocular.
"Nuestro estudio logró una diferencia absoluta del 9,1 por ciento en la tasa de incidencia de la miopía, lo que representa una reducción relativa del 23 por ciento en la miopía incidente después de 3 años, que era menos de la reducción prevista. Sin embargo, esto es clínicamente importante, porque los niños pequeños que desarrollan miopía temprana tienen más probabilidades de progresar a la alta miopía, lo que aumenta el riesgo de miopía patológica. Así, un retraso en el inicio de la miopía en los niños pequeños, que tienden a tener una mayor tasa de progresión, podría proporcionar beneficios para la salud ocular desproporcionados a largo plazo” escriben los autores. "Pero se necesitan más estudios para evaluar el seguimiento a largo plazo de estos niños y de la generalización de estos resultados".
La prevención de la miopía en los niños
"Los estudios futuros deben incluir información sobre el contenido de la actividad al aire libre adicional, si la actividad podría ser estandarizada, y en qué se diferencia de otros estudios. Esta información podría guiar a su estudio y puesta en práctica de actividades al aire libre en el entorno escolar. El establecimiento a la larga del efecto a largo plazo de las actividades al aire libre adicionales en el desarrollo y progresión de la miopía es particularmente importante porque la intervención es esencialmente libre y puede tener otros beneficios para la salud”, explica Michael X. Repka, MD, MBA, de la Universidad Johns Hopkins de Medicina de Baltimore.
"Asimismo, dado el atractivo popular del aumento de las actividades al aire libre para mejorar la salud de los niños en edad escolar en general, el beneficio potencial de frenar el desarrollo de la miopía y la progresión de esas mismas actividades es difícil de ignorar. Aunque la prescripción de este enfoque con la intención de ayudar a prevenir la miopía parece no tener ningún riesgo, los padres deben entender que la magnitud del efecto es probable que sea pequeña y la durabilidad es incierta” asegura.
Un aumento de la miopía
La miopía ha alcanzado niveles epidémicos en los adultos jóvenes en algunas zonas urbanas de Asia oriental y sudoriental. En estas áreas, del 80 por ciento al 90 por ciento de los graduados de secundaria ahora tienen miopía.
Asimismo, también parece ir en aumento, más lentamente, en las poblaciones de origen de Europa del Este y Oriente. Actualmente, no hay una intervención eficaz para prevenir la aparición de este desajuste ocular.
Referencias bibliográficas:
Mingguang He, Fan Xiang, Yangfa Zeng, Jincheng Mai, Qianyun Chen, Jian Zhang, Wayne Smith, Kathryn Rose, Ian G. Morgan. Effect of Time Spent Outdoors at School on the Development of Myopia Among Children in China. JAMA (2015). DOI: 10.1001/jama.2015.10803.
Michael X. Repka. Prevention of Myopia in Children. JAMA (2015). DOI: 10.1001/jama.2015.10723.
Mingguang He, Fan Xiang, Yangfa Zeng, Jincheng Mai, Qianyun Chen, Jian Zhang, Wayne Smith, Kathryn Rose, Ian G. Morgan. Effect of Time Spent Outdoors at School on the Development of Myopia Among Children in China. JAMA (2015). DOI: 10.1001/jama.2015.10803.
Michael X. Repka. Prevention of Myopia in Children. JAMA (2015). DOI: 10.1001/jama.2015.10723.