La flecha señala la ubicación del tálamo en el cerebro. Fuente: Wikimedia Commons.
Xurxo Mariño, investigador de la Universidad de La Coruña, ha explicado recientemente en el Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl) los avances más recientes de su grupo de investigación acerca de los mecanismos por los cuales el encéfalo (parte superior y de mayor masa) consigue darle forma a las imágenes que capta la retina o tejido sensible a la luz situado en la superficie interior del ojo.
Los científicos han conseguido averiguar que una estructura conocida como tálamo se encarga de filtrar la información que percibimos para que finalmente la corteza cerebral genere las imágenes.
"La retina es un simple receptor de fotones, es en la corteza donde se forma la imagen", ha comentado el especialista en declaraciones a DiCYT.
Sin embargo, la corteza tiene "un diálogo muy intenso" con otra zona del centro del encéfalo, el tálamo. Pues bien, "nosotros estamos estudiando esa comunicación que se establece entre el tálamo y la corteza", apunta Mariño, "aunque la imagen se forma supuestamente en la corteza, el tálamo es un filtro fundamental de la información y esa filtración depende del contexto".
Los científicos han conseguido averiguar que una estructura conocida como tálamo se encarga de filtrar la información que percibimos para que finalmente la corteza cerebral genere las imágenes.
"La retina es un simple receptor de fotones, es en la corteza donde se forma la imagen", ha comentado el especialista en declaraciones a DiCYT.
Sin embargo, la corteza tiene "un diálogo muy intenso" con otra zona del centro del encéfalo, el tálamo. Pues bien, "nosotros estamos estudiando esa comunicación que se establece entre el tálamo y la corteza", apunta Mariño, "aunque la imagen se forma supuestamente en la corteza, el tálamo es un filtro fundamental de la información y esa filtración depende del contexto".
El tálamo como filtro
Otros sentidos recurren también a un filtro de la información para que el sistema nervioso la pueda procesar. Por ejemplo, "en un bar lleno de gente podemos mantener una conversación con una persona dentro de un grupo y focalizar nuestra atención en ella a pesar del ruido que generan las personas de alrededor".
En definitiva, la corteza cerebral tiene la capacidad de regular sus entradas a través del filtro del tálamo, en el caso de la investigación que realiza Xurxo Mariño, en el sistema visual.
Para lograr estos avances en el conocimiento sobre "cómo funciona la máquina que tenemos dentro del cráneo", el grupo de Neurociencia de la Universidad de La Coruña recurre a la electrofisiología, que consiste en estudiar las propiedades eléctricas de las neuronas.
"En el mundo de la Neurociencia, la vista es el sistema sensorial más estudiado porque da mucho juego a la hora de utilizar estímulos, es el que más se conoce y en el que nosotros tenemos publicaciones más relevantes", señala el investigador.
Básicamente, se trata de averiguar "cuáles son los mecanismos sinápticos de comunicación entre neuronas y cómo se va modelando y procesando la información que se capta en la retinas", ya que las neuronas van "computando la información".
Técnicas y análisis
En el Incyl también hay científicos que emplean la electrofisiología, pero en su caso el objetivo es estudiar el sistema auditivo. En este sentido, Xurxo Mariño asegura que tienen un campo de interés común a la hora de "masticar la información que obtenemos", es decir, en "el uso de técnicas de análisis de datos y de obtención de información".
El científico gallego también destaca la singularidad de su propio grupo de investigación al realizar experimentos con una amplia gama de modelos animales (ratas, gatos y monos), además de desarrollar terapias en seres humanos.
Utilizar un animal u otro depende del experimento concreto. Así, los monos se emplean para ejecutar tareas complejas, mientras que el gato es un buen modelo porque tiene un encéfalo de gran tamaño que facilita realizar experimentos y registrarlos electrofisiológicamente.
Por otra parte, el científico también trabaja en una línea de investigación sobre los mecanismos del ciclo sueño-vigilia para analizar cómo cambia a lo largo de las 24 horas del día la actividad eléctrica del sistema nervioso, regulada también por distintas zonas del encéfalo que liberan ciertas sustancias neurotransmisoras. Su grupo está implicado también en una tercera línea de investigación en busca de terapias eficaces para pacientes con Parkinson.
Otros sentidos recurren también a un filtro de la información para que el sistema nervioso la pueda procesar. Por ejemplo, "en un bar lleno de gente podemos mantener una conversación con una persona dentro de un grupo y focalizar nuestra atención en ella a pesar del ruido que generan las personas de alrededor".
En definitiva, la corteza cerebral tiene la capacidad de regular sus entradas a través del filtro del tálamo, en el caso de la investigación que realiza Xurxo Mariño, en el sistema visual.
Para lograr estos avances en el conocimiento sobre "cómo funciona la máquina que tenemos dentro del cráneo", el grupo de Neurociencia de la Universidad de La Coruña recurre a la electrofisiología, que consiste en estudiar las propiedades eléctricas de las neuronas.
"En el mundo de la Neurociencia, la vista es el sistema sensorial más estudiado porque da mucho juego a la hora de utilizar estímulos, es el que más se conoce y en el que nosotros tenemos publicaciones más relevantes", señala el investigador.
Básicamente, se trata de averiguar "cuáles son los mecanismos sinápticos de comunicación entre neuronas y cómo se va modelando y procesando la información que se capta en la retinas", ya que las neuronas van "computando la información".
Técnicas y análisis
En el Incyl también hay científicos que emplean la electrofisiología, pero en su caso el objetivo es estudiar el sistema auditivo. En este sentido, Xurxo Mariño asegura que tienen un campo de interés común a la hora de "masticar la información que obtenemos", es decir, en "el uso de técnicas de análisis de datos y de obtención de información".
El científico gallego también destaca la singularidad de su propio grupo de investigación al realizar experimentos con una amplia gama de modelos animales (ratas, gatos y monos), además de desarrollar terapias en seres humanos.
Utilizar un animal u otro depende del experimento concreto. Así, los monos se emplean para ejecutar tareas complejas, mientras que el gato es un buen modelo porque tiene un encéfalo de gran tamaño que facilita realizar experimentos y registrarlos electrofisiológicamente.
Por otra parte, el científico también trabaja en una línea de investigación sobre los mecanismos del ciclo sueño-vigilia para analizar cómo cambia a lo largo de las 24 horas del día la actividad eléctrica del sistema nervioso, regulada también por distintas zonas del encéfalo que liberan ciertas sustancias neurotransmisoras. Su grupo está implicado también en una tercera línea de investigación en busca de terapias eficaces para pacientes con Parkinson.