Willy Stöwer: Untergang der Titanic (El hundimiento del Titanic). Fuente: Wikimedia Commons.
En estas fechas se celebran actos conmemorativos en todo el mundo por el centenario del hundimiento del Titanic, cuyo legado, tal y como se representa en los libros de historia y en la cultura popular, ha marcado nuestra forma de ver lo que sucede en un desastre marítimo.
Ahora, un equipo de científicos suecos afirma que una de las creencias ampliamente extendidas sobre los desastres marítimos, la que afirma que mujeres y niños son siempre los primeros en salvarse, fue un fenómeno exclusivo del Titanic.
Cuando el Titanic chocó con un iceberg en el Atlántico Norte, durante su viaje inaugural desde Southampton, Reino Unido, a Nueva York, Estados Unidos, el 15 de abril de 1912, el capitán ordenó a los hombres que se quedasen atrás y dieran prioridad de embarque en los botes salvavidas a mujeres y niños.
También mandó disparar a cualquier hombre que desobedeciera estas órdenes. El resultado fue que el 70 % de las mujeres y los niños se salvaron, y sólo lo hicieron el 20 % de los hombres, por lo que la evacuación del Titanic quedó en los libros de historia como el principal ejemplo de caballerosidad en el mar.
Pero parece ser que el Titanic ha sido una excepción a la regla, según muestran los descubrimientos de dos investigadores de la Universidad de Uppsala, en Suecia, Mikael Elinder y Oscar Erixon.
Mikael Elinder comenta: "Se espera que la tripulación rescate a los pasajeros, pero nuestros resultados muestran que los capitanes y la tripulación tienen más posibilidades de sobrevivir que los pasajeros. También hemos descubierto que las mujeres y los niños tienen más probabilidades de morir que los hombres. Parece que es más bien un caso de "sálvese quien pueda". La evacuación del Titanic fue excepcional, pero ha dado origen al mito duradero de que en los desastres se salvará primero a mujeres y niños".
Ahora, un equipo de científicos suecos afirma que una de las creencias ampliamente extendidas sobre los desastres marítimos, la que afirma que mujeres y niños son siempre los primeros en salvarse, fue un fenómeno exclusivo del Titanic.
Cuando el Titanic chocó con un iceberg en el Atlántico Norte, durante su viaje inaugural desde Southampton, Reino Unido, a Nueva York, Estados Unidos, el 15 de abril de 1912, el capitán ordenó a los hombres que se quedasen atrás y dieran prioridad de embarque en los botes salvavidas a mujeres y niños.
También mandó disparar a cualquier hombre que desobedeciera estas órdenes. El resultado fue que el 70 % de las mujeres y los niños se salvaron, y sólo lo hicieron el 20 % de los hombres, por lo que la evacuación del Titanic quedó en los libros de historia como el principal ejemplo de caballerosidad en el mar.
Pero parece ser que el Titanic ha sido una excepción a la regla, según muestran los descubrimientos de dos investigadores de la Universidad de Uppsala, en Suecia, Mikael Elinder y Oscar Erixon.
Mikael Elinder comenta: "Se espera que la tripulación rescate a los pasajeros, pero nuestros resultados muestran que los capitanes y la tripulación tienen más posibilidades de sobrevivir que los pasajeros. También hemos descubierto que las mujeres y los niños tienen más probabilidades de morir que los hombres. Parece que es más bien un caso de "sálvese quien pueda". La evacuación del Titanic fue excepcional, pero ha dado origen al mito duradero de que en los desastres se salvará primero a mujeres y niños".
Amplio análisis de patrones de supervivencia
Los investigadores analizaron una base de datos que contiene información sobre los pasajeros y la tripulación de dieciocho de los naufragios más notables ocurridos entre 1852 y 2011, y descubrieron que en la mayoría de las situaciones de desastre marítimo, el índice de supervivencia de las mujeres era sustancialmente inferior al de los hombres. Los niños eran los que tenían los índices de supervivencia más bajos, mientras que los índices más altos correspondían a capitanes y tripulación.
Su estudio es uno de los análisis de patrones de supervivencia en desastres marítimos más amplios que se hayan realizado, habiendo utilizado información sobre la suerte de más de 15 000 personas. Los estudios anteriores solo habían contemplado el Titanic y el RMS Lusitania, que encalló frente a las costas de Irlanda en 1915.
Sin embargo, a pesar de que el Titanic sea una excepción y el «sálvese quien pueda» sea una forma más adecuada de describir el pánico típico que se produce durante un desastre marítimo, la creencia de que en una situación de desastre se salvará primero a mujeres y niños sigue prevaleciendo en la conciencia colectiva.
Los científicos descubrieron que en los barcos en los que el capitán dio la orden de «mujeres y niños primero», fue menor la diferencia entre los índices de supervivencia de hombres y mujeres. Sin embargo, la supervivencia de las mujeres solo fue mayor cuando esta orden se reforzó con la amenaza de violencia.
El equipo sugiere que el caso del Titanic fue tan diferente a causa de la severidad de las órdenes del capitán. Por consiguiente, el estudio resalta la importancia del papel de los líderes en los desastres. Los investigadores dicen que sigue siendo inusual que un capitán dé una orden al estilo de la del Titanic y que es más común que el capitán se limite a abandonar el barco y se salve antes que los pasajeros.
Mikael Elinder añade: "Aunque los desastres marítimos son sucesos trágicos, pueden contribuir a que comprendamos la forma en que la gente se comporta bajo una tensión extrema y cuando es cuestión de vida o muerte. Así pues, la conducta del capitán en el reciente y ampliamente comentado encallamiento del Costa Concordia no es una excepción sino algo bastante común en los desastres marítimos".
Los investigadores analizaron una base de datos que contiene información sobre los pasajeros y la tripulación de dieciocho de los naufragios más notables ocurridos entre 1852 y 2011, y descubrieron que en la mayoría de las situaciones de desastre marítimo, el índice de supervivencia de las mujeres era sustancialmente inferior al de los hombres. Los niños eran los que tenían los índices de supervivencia más bajos, mientras que los índices más altos correspondían a capitanes y tripulación.
Su estudio es uno de los análisis de patrones de supervivencia en desastres marítimos más amplios que se hayan realizado, habiendo utilizado información sobre la suerte de más de 15 000 personas. Los estudios anteriores solo habían contemplado el Titanic y el RMS Lusitania, que encalló frente a las costas de Irlanda en 1915.
Sin embargo, a pesar de que el Titanic sea una excepción y el «sálvese quien pueda» sea una forma más adecuada de describir el pánico típico que se produce durante un desastre marítimo, la creencia de que en una situación de desastre se salvará primero a mujeres y niños sigue prevaleciendo en la conciencia colectiva.
Los científicos descubrieron que en los barcos en los que el capitán dio la orden de «mujeres y niños primero», fue menor la diferencia entre los índices de supervivencia de hombres y mujeres. Sin embargo, la supervivencia de las mujeres solo fue mayor cuando esta orden se reforzó con la amenaza de violencia.
El equipo sugiere que el caso del Titanic fue tan diferente a causa de la severidad de las órdenes del capitán. Por consiguiente, el estudio resalta la importancia del papel de los líderes en los desastres. Los investigadores dicen que sigue siendo inusual que un capitán dé una orden al estilo de la del Titanic y que es más común que el capitán se limite a abandonar el barco y se salve antes que los pasajeros.
Mikael Elinder añade: "Aunque los desastres marítimos son sucesos trágicos, pueden contribuir a que comprendamos la forma en que la gente se comporta bajo una tensión extrema y cuando es cuestión de vida o muerte. Así pues, la conducta del capitán en el reciente y ampliamente comentado encallamiento del Costa Concordia no es una excepción sino algo bastante común en los desastres marítimos".