Las presas suponen barreras infranqueables para los peces que suben cauce arriba para desovar. Foto: Chi
Cambiar el curso de los ríos o alterar su cauce natural para construir represas que permitan la producción de energía eléctrica ha sido una práctica habitual del ser humano.
Las consecuencias de estas alteraciones las han sufrido las especies autóctonas, especialmente los peces. Los salmones y las truchas que suben por el curso de los ríos para desovar son unos de los principales dagnificados tras la construcción de presas, auténticas murallas que les impiden alcanzar las partes más altas donde realizan esta labor. <
Dos meses después de la eliminación de dos represas hidroeléctricas del río Elwha, en el estado estadounidense de Washington, ya se han avistado ejemplares de salmones y truchas en dos afluentes fluviales.
Los biólogos han observado varios nidos y al menos han sido capaces de documentar la colonización natural de la parte media del río por, al menos, dos especímenes de trucha arco iris.
Ahora bien, los naturalistas advierten de que las grandes cantidades de sedimentos acumulados en estas zonas estancadas a lo largo de estos cien años y que ahora fluyen con libertad por todo el cauce, representan un peligro, ya que pueden obstruir sus branquias y acabar con ellos. Según sus cálculos, habrá que esperar al menos tres años para que el ecosistema se reestrablezca en su totalidad.
Este tipo de construcciones no solo bloquean el acceso de estas especies a sus criaderos naturales, provocan también la erosión de los fondos marinos y alteran la cadena trófica en estos hábitats. Un equilibrio que ahora se ve nuevamente alterado por la liberación de estos sedimentos.
Las consecuencias de estas alteraciones las han sufrido las especies autóctonas, especialmente los peces. Los salmones y las truchas que suben por el curso de los ríos para desovar son unos de los principales dagnificados tras la construcción de presas, auténticas murallas que les impiden alcanzar las partes más altas donde realizan esta labor. <
Dos meses después de la eliminación de dos represas hidroeléctricas del río Elwha, en el estado estadounidense de Washington, ya se han avistado ejemplares de salmones y truchas en dos afluentes fluviales.
Los biólogos han observado varios nidos y al menos han sido capaces de documentar la colonización natural de la parte media del río por, al menos, dos especímenes de trucha arco iris.
Ahora bien, los naturalistas advierten de que las grandes cantidades de sedimentos acumulados en estas zonas estancadas a lo largo de estos cien años y que ahora fluyen con libertad por todo el cauce, representan un peligro, ya que pueden obstruir sus branquias y acabar con ellos. Según sus cálculos, habrá que esperar al menos tres años para que el ecosistema se reestrablezca en su totalidad.
Este tipo de construcciones no solo bloquean el acceso de estas especies a sus criaderos naturales, provocan también la erosión de los fondos marinos y alteran la cadena trófica en estos hábitats. Un equilibrio que ahora se ve nuevamente alterado por la liberación de estos sedimentos.
Controversia por el uso de criaderos para la repoblación
Para facilitar su reimplantación, las autoridades del Parque Nacional Olympic, paraje donde se integra una parte del curso del Elwha, han autorizado el uso de ejemplares de salmón y de trucha criados en piscifactorías, hecho que ha provocado una polémica con los grupos conservacionistas y el cruce de varias demandas.
La demana interpuesta por los naturalistas alega que se está violando la Ley de Especies en Peligro de Extinción. Los especialistas subrayan que la introducción de salmón y truchas procedentes de criaderos supone una amenaza para especies autóctonas, como las amenazadas de Puget Sound salmón real (Oncorhynchus tshawytscha) y la trucha toro (Salvelinus confluentus).
En su opinión, cualquier daño a estas especies, a su vez, podría amenazar a las orcas (Orcinus orca) que se alimentan de los peces en el mar.
Aseguran que no hay que acelerar el proceso de reproducción en el río, ya que tanto el salmón como la trucha han demostrado que son capaces de hacer frente a las consecuencias de ocasionales explosiones volcánicas y de otros tipos de catastrófes naturales que aportan gran carga de sedimentos a las aguas y, por lo tanto, pueden recolonizar los arroyos sin ayuda.
Sin embargo, muchas personas involucradas en el proyecto consideran que el salmón del río Elwha y las poblaciones de trucha arco iris necesitan un impulso de los peces de piscifactoría.
“Los impactos a corto plazo van a ser adversos. No hay duda sobre ello. Hay una concentración de sedimentos muy alto”, afirmó a Nature, Brian Winter, gerente de Proyecto del Servicio de Parques Nacionales Elwha Restauración de Ríos.
Antes de las construcción de estas presas en el Elwha, en su cauce habitaban abundantes poblaciones de las cinco especies de salmón del Pacífico del Noroeste, así como la trucha arco iris (Oncorhynchus mykiss), y la trucha degollada costera (Oncorhynchus clarkii clarkii). Unas especies, con independencia de la polémica sobre los criaderos, cuyos primeros alevines ya nadan por sus aguas.
Para facilitar su reimplantación, las autoridades del Parque Nacional Olympic, paraje donde se integra una parte del curso del Elwha, han autorizado el uso de ejemplares de salmón y de trucha criados en piscifactorías, hecho que ha provocado una polémica con los grupos conservacionistas y el cruce de varias demandas.
La demana interpuesta por los naturalistas alega que se está violando la Ley de Especies en Peligro de Extinción. Los especialistas subrayan que la introducción de salmón y truchas procedentes de criaderos supone una amenaza para especies autóctonas, como las amenazadas de Puget Sound salmón real (Oncorhynchus tshawytscha) y la trucha toro (Salvelinus confluentus).
En su opinión, cualquier daño a estas especies, a su vez, podría amenazar a las orcas (Orcinus orca) que se alimentan de los peces en el mar.
Aseguran que no hay que acelerar el proceso de reproducción en el río, ya que tanto el salmón como la trucha han demostrado que son capaces de hacer frente a las consecuencias de ocasionales explosiones volcánicas y de otros tipos de catastrófes naturales que aportan gran carga de sedimentos a las aguas y, por lo tanto, pueden recolonizar los arroyos sin ayuda.
Sin embargo, muchas personas involucradas en el proyecto consideran que el salmón del río Elwha y las poblaciones de trucha arco iris necesitan un impulso de los peces de piscifactoría.
“Los impactos a corto plazo van a ser adversos. No hay duda sobre ello. Hay una concentración de sedimentos muy alto”, afirmó a Nature, Brian Winter, gerente de Proyecto del Servicio de Parques Nacionales Elwha Restauración de Ríos.
Antes de las construcción de estas presas en el Elwha, en su cauce habitaban abundantes poblaciones de las cinco especies de salmón del Pacífico del Noroeste, así como la trucha arco iris (Oncorhynchus mykiss), y la trucha degollada costera (Oncorhynchus clarkii clarkii). Unas especies, con independencia de la polémica sobre los criaderos, cuyos primeros alevines ya nadan por sus aguas.